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Estrategia empresarial
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La estrategia no se proclama, se ve. Está en el presupuesto. En el calendario. En los espacios que el CEO protege. En lo que se honra con tiempo, dinero y atención. En lo que se hace, más que en lo que se dice.

27 Agosto de 2025 16.11

Peter Drucker, el padre del management moderno, nunca pensó la estrategia como una proyección financiera ni como un documento técnico. Para él, el management era un acto profundamente humano. Una forma de pensar, reflexionar, conversar y decidir con propósito.

Hoy, en un mundo saturado de dashboards, métricas y tableros de control, muchas empresas han perdido ese rumbo. La estrategia se volvió operativa, y el pensamiento estratégico... escaso.

Por eso es tiempo de volver a la esencia. Volver a los fundamentos. A esa estrategia que nace de hacerse buenas preguntas, pensar con claridad, conversar con profundidad, mirar el contexto y decidir con coraje.

Escribo este artículo con la intención de compartir cinco frases que han marcado mi forma de ver la estrategia. No son recetas, ni fórmulas. Son principios. Ideas que, a lo largo de décadas acompañando a empresas y líderes en sus decisiones clave, han demostrado ser esenciales. Las propongo como guía para no perder el rumbo, para volver a pensar estratégicamente cuando todo alrededor parece urgencia.


1. "La estrategia no es una lista de 'cosas por hacer'. Es una decisión. Una sola. Una que lo cambia todo."

Hay empresas que llenan pizarras con tareas, acciones y metas. Pero no han tomado una decisión. Y sin una decisión clara, todo se diluye.

La estrategia empieza cuando un equipo, guiado por un líder, se sienta, mira el entorno, elige con criterio y dice: "Vamos por aquí". No se trata de sumar iniciativas, sino de encontrar la que da sentido a todas las demás.


2. "No se trata de planear más, sino de pensar para elegir mejor."

Planificar es importante, pero no sustituye al pensamiento. Muchas empresas repiten ciclos anuales de planificación sin reflexión. Hacen más de lo mismo, con más detalle, pero sin verdadera elección.

Pensar estratégicamente es detenerse a mirar el entorno, entender lo que cambia, y tomar decisiones distintas. No más planes. Mejor pensamiento.


3. "La estrategia se nota en las prioridades reales, en los recursos, en lo que mides, en lo que premias y en lo que estás dispuesto a dejar de hacer."

Si todo es prioritario, nada lo es. La estrategia se revela en el uso del tiempo, el dinero y la atención. No está en lo que se declara, sino en lo que se hace.

Una organización muestra su estrategia con sus decisiones diarias, no con sus discursos.


4. "Una buena estrategia comienza eligiendo el terreno correcto."

Lo sabían los generales romanos, lo escribió Clausewitz y lo confirmó la historia militar: el terreno determina las posibilidades. En estrategia empresarial pasa igual. Elegir el campo de juego es la decisión más importante.

¿Dónde vamos a competir? ¿Con qué ventaja? ¿A quién queremos servir mejor que nadie? Las respuestas a esas preguntas definen si la estrategia tiene sentido.

5. "Al final, toda estrategia debería responder a una sola pregunta: ¿cómo vamos a crear valor real para alguien?"

Si no hay valor, no hay estrategia. Hay movimiento, pero no dirección. Hay actividad, pero no impacto.

Crear valor para alguien específico es el norte que guía toda estrategia auténtica.

La raíz de la estrategia
Estas cinco frases nacen de años de vivir procesos estratégicos reales, y son una invitación a volver a la raíz de la estrategia.

La estrategia no nació en las hojas de cálculo. Nació en la Escuela de Pajes Reales, creada por Filipo de Macedonia para preparar a Alejandro Magno y a otros jóvenes líderes. Allí, la estrategia era parte de la formación del liderazgo.

Siglos después, Napoleón le encargó al general Antoine-Henri Jomini que escribiera un libro con los principios estratégicos de la guerra. Ese libro, que influyó a generaciones de oficiales, fue también el puente hacia la estrategia empresarial moderna.

Ya en el siglo XX, el historiador Alfred Chandler —desde Harvard— identificó que algunas empresas tomaban decisiones distintas, no reactivas, sino orientadas por una lógica de largo plazo. Eso era estrategia. Su obra de 1962, Strategy and Structure, mostró cómo la estrategia precede a la estructura.

Y fue Kenneth Andrews quien sistematizó esa lógica en su libro The Concept of Corporate Strategy (1971), donde explica que:
• La estrategia es un patrón coherente de decisiones.
• El CEO debe actuar como estratega: el general que decide desde dónde y cómo se va a competir.
• Y toda empresa debe tener un propósito claro y deliberado.

Esa es la raíz. La estrategia no se proclama, se ve. Está en el presupuesto. En el calendario. En los espacios que el CEO protege. En lo que se honra con tiempo, dinero y atención. En lo que se hace, más que en lo que se dice.

Y lo que está en juego no es solo el rumbo de una empresa.
Es su capacidad de crear impacto real.
De generar futuro. (O)

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