Los supletorios se quedan
Los cambios son buenos, pero deben venir acompañados de formación continua y, además, en este caso en particular, centrarse en que tanto docentes como estudiantes deben alcanzar metas de aprendizaje y que las notas son parte del proceso, pero no lo único a alcanzar.

El pasado mes de febrero el Ministerio de Educación del Ecuador (MINEDUC), anunció cambios en el modelo de evaluación, además dio a conocer el cronograma escolar 2023-2024, en el que se organiza el ciclo lectivo en las instituciones educativas fiscales en trimestres, con el propósito de contar con evaluaciones periódicas más frecuentes y, sobre todo, oportunas. De acuerdo con el anuncio esto pretende bridar un acompañamiento pedagógico permanente y la aplicación de evaluaciones con retroalimentación oportuna para estudiantes y padres de familia.

Según el Ministerio de Educación, el nuevo modelo de evaluación está centrado en la adquisición de aprendizajes, desarrollo de destrezas y el trabajo continuo en refuerzo pedagógico, en lugar de enfocarse en la aprobación de uno o varios exámenes (MINEDUC, 2023).

Además del cambio a trimestres, también se eliminan los exámenes remediales y de gracia, los cuales podían ser rendidos desde 8vo grado de Educación General Básica por estudiantes que no habían aprobado la asignatura, incluso luego de haber rendido un examen supletorio.

De acuerdo con la ministra de Educación María Brown, este modelo de evaluación llevó a los estudiantes de Educación Básica Superior y Bachillerato a una cultura que impedía un seguimiento continuo y el estudio a lo largo del año, porque se centraba en la evaluación sumativa final, que no reflejaba el aprendizaje integral del estudiante y que, además, los promovía a pasar el año sin adquirir los conocimientos suficientes o deseados. En este nuevo esquema el examen supletorio será el único que se mantendrá. 

Otro cambio para tomar en cuenta es que, se elimina la promoción automática en la Educación Básica Media porque se desea evitar que los estudiantes avancen a grados superiores sin contar con las destrezas en los campos de la comunicación y lógico - matemático. Y también, se regulará la promoción para los niveles de Educación Inicial, Educación General Básica Preparatoria y Elemental.

Todos estos antecedentes me recuerdan cuando en mi época, cada fin de trimestre debíamos rendir los exámenes y con ello también al finalizar el año los supletorios. Seguramente recordarán la lista publicada de aprobados y reprobados en la cartelera general a vista de todos. Había mucho temor rondando, no de todos los estudiantes, pero sí de gran parte de ellos por reprobar o no alcanzar la nota para “pasar el año” anécdotas también seguro vienen a la mente, como el haber pasado con las “justas”, o el llanto y la desesperación, frente a verse perdidos definitivamente el año y más… Lo que sí no se vivía era una sensación de calma más si estabas en la lista de suspensos, porque también era una época centrada en el examen y la meta era aprobar o no perder el año. Con esto no estoy negando que se haya aprendido, considero que, sí lo hacíamos, solo destaco el modelo de evaluación al que al parecer estamos retomando, con otro enfoque eso sí, de acuerdo con, lo señalado por el ministerio. 

De cualquier manera, si hay algo que destacar es que se pretende mejorar el nivel académico con el que los niños, niñas y adolescentes avanzan sus cursos, la evaluación continua es una aliada y además, la oportunidad de detectar dificultades en el aprendizaje y poderlas remediar a tiempo o al menos de manera oportuna. Para este último punto, sobre remediar a tiempo, se requiere docentes capaces de atender la diversidad en el aula, detectar dificultades, no he dicho etiquetar, sino detectar y poder trabajar de manera interdisciplinaria para brindar los apoyos necesarios a quien se esté quedando detrás de lo esperado en el aprendizaje. Gran reto para el sistema educativo.

Los cambios son buenos, pero deben venir acompañados de formación continua y, además, en este caso en particular, centrarse en que tanto docentes como estudiantes deben alcanzar metas de aprendizaje y que las notas son parte del proceso, pero no lo único a alcanzar. Será mejor saber y comprobar si los estudiantes saben leer de manera competente, si comprenden lo que leen, si saben producir textos con buena sintaxis y ortografía y si pueden resolver operaciones matemáticas sencillas, esto como unos ejemplos.  Puede ser la oportunidad de generar una mentalidad de crecimiento en los estudiantes y de que puedan avanzar hacia la Educación Superior sin brechas, vacíos y desventajas que luego los haga desertar.  (O)