Para los adultos: ¡Feliz día del niño!
Que este 1 de junio no pase desapercibido. Que nos conmueva. Que nos impulse a hacer más, a escuchar más, a cuidar mejor, a jugar, a compartir, a ser ese adulto que cada niño necesita.

Cada 1 de junio, en Ecuador celebramos el día del niño y en los diferentes espacios:  las aulas y los hogares se llenan de colores, juegos y risas para celebrar esta fecha. Pero, no se trata solo de globos y regalos: es una oportunidad para mirar con el corazón y preguntarnos, como sociedad, ¿qué estamos haciendo hoy por los niños de nuestro país?

La historia del Día del Niño empieza con un gesto profundamente humano. En 1919, Eglantyne Jebb, una activista británica, fundó "Save the Children" para ayudar a los niños afectados por la guerra. Poco después, redactó la primera "Declaración de los Derechos del Niño", abriendo paso a un movimiento global en defensa de la infancia.

Con el paso de los años, este mensaje fue adoptado por la ONU, y en 1979 se declaró el Año Internacional del Niño. Desde entonces, muchos países, incluido Ecuador, adoptaron el 1 de junio como una fecha para alzar la voz por quienes aún no pueden defenderse solos.

Aquí, el Día del Niño se vive con entusiasmo y cariño, pero más allá de los festejos, este día nos invita a pensar: ¿estamos garantizando una niñez segura, feliz y llena de oportunidades?

En un país donde muchos niños aún enfrentan realidades como la pobreza, la violencia o la falta de acceso a la educación y salud, esta fecha debe ser un recordatorio de nuestras tareas pendientes. Por ejemplo, en el tema de nutrición, según datos del INCE, la desnutrición crónica infantil (DCI) afecta al 20,1% de los niños menores de 2 años a nivel nacional. Otro dato alarmante es el publicado por el diario Primicias, publicado el 29 de mayo de este año, que señala según Fuente: Dinased / Policía Nacional, Ministerio del Interior (Datos Abiertos) • Elaborado: Alexander García / PRIMICIAS, en el año 2024, 32 niños entre 1 a 9 años fueron víctimas de muertes violentas. De la misma forma podríamos analizar factores como la desigualdad en el acceso a la educación, salud, recreación y demás elementos claves para su desarrollo.

Con todo esto, la pregunta es: ¿por qué la atención a la infancia ya no puede esperar? Porque lo que viven nuestros niños hoy, marcará el futuro que construiremos mañana y no solo para ellos como seres individuales, sino a la larga para toda la sociedad. Este día nos recuerda que cuidar a la infancia no es tarea de unos pocos: es una responsabilidad colectiva. Padres, docentes, autoridades, vecinos, todos podemos hacer algo para protegerlos y darles un entorno lleno de amor, respeto y posibilidades.

El Día del Niño no es solo una fecha bonita en el calendario. Es un llamado a la empatía, a la acción y al compromiso real con cada niño y niña. Que este 1 de junio no pase desapercibido. Que nos conmueva. Que nos impulse a hacer más, a escuchar más, a cuidar mejor, a jugar, a compartir, a ser ese adulto que cada niño necesita.

Porque cuando protegemos a un niño, estamos protegiendo lo más valioso que tiene un país: su futuro. (O)