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¿Reemplazo o Reinvención? Lo que realmente está cambiando en la Ingeniería de Software

Diego Buenaño

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La ingeniería de software está experimentando lo que podríamos llamar un "renacimiento profesional". Esta evolución no representa una amenaza; representa una oportunidad sin precedentes para que los ingenieros expandan su influencia y definan el futuro tecnológico de la humanidad.

25 Julio de 2025 11.28

La industria tecnológica está experimentando una transformación crítica que debe servir como un llamado de atención urgente para quienes laboran en el sector y para quienes están por involucrarse en el mismo. Los datos son contundentes: más de 110,000 desarrolladores de software han sido despedidos globalmente en el último año, empresas como Meta han eliminado 16,000 empleos en su reestructuración hacia la inteligencia artificial, y el 32% de las compañías tecnológicas ya han implementado herramientas de IA para automatizar tareas de programación tradicionalmente ejecutadas por humanos.

Lejos de presenciar el ocaso de la ingeniería de software, estamos siendo testigos de su evolución más significativa desde la revolución de internet. Lejos de volverse irrelevantes, los ingenieros de software están reescribiendo el rol que juegan en esta era digital que no deja de transformarse.

Es cierto que la inteligencia artificial ha democratizado el acceso a la programación básica. Hoy, un diseñador puede crear prototipos funcionales con simples comandos de texto, y un especialista en marketing puede ejecutar análisis de datos complejos sin conocer nada de SQL. Pero aquí radica una paradoja fundamental que a nivel global no se logra comprender: que todos puedan usar herramientas básicas no elimina la necesidad de los expertos que dominan la disciplina.

Pensemos en lo que ocurrió con las cámaras digitales: cualquiera puede tomar fotos, pero los fotógrafos profesionales no desaparecieron; se transformaron en narradores visuales con un estándar más alto. De la misma manera, cuando los procesadores de texto democratizaron la escritura digital, no eliminaron a los escritores profesionales; elevaron el estándar de lo que constituía escritura de calidad. La misma dinámica está ocurriendo en la ingeniería de software.

El hecho de que cualquiera pueda generar código de programación con IA no significa que cualquiera pueda diseñar sistemas escalables, mantener arquitecturas complejas, o tomar decisiones técnicas estratégicas que definan el éxito o fracaso de un determinado producto.

Más allá de los titulares alarmistas, los datos revelan una realidad más matizada. Mientras que el 55% de los desarrolladores actuales utilizan herramientas como GitHub Copilot, solo un porcentaje mínimo de profesionales acepta los resultados sin modificaciones. Esta estadística es reveladora: incluso las mejores herramientas de IA actuales requieren supervisión, validación y refinamiento humano constante.

La IA de hoy funciona mejor como "un desarrollador junior brillante": capaz de ejecutar tareas específicas con eficiencia, pero requiriendo dirección estratégica, validación de resultados y contexto humano para generar valor real.

Las empresas no están eliminando ingenieros porque la IA los haya reemplazado; están reestructurando sus equipos porque el rol del ingeniero está evolucionando desde la implementación hacia la orquestación y el liderazgo tecnológico.

Los ingenieros de software mantienen tres ventajas competitivas fundamentales que la IA actual no puede replicar:

  • Comprensión profunda de la IA: Los ingenieros no solo saben cómo usar estas herramientas; entienden cómo funcionan, cuáles son sus limitaciones, y cómo integrarlas efectivamente en sistemas de producción. Mientras otros usuarios de IA operan en la superficie, los ingenieros trabajan con conocimiento de los fundamentos.
  • Pensamiento sistémico: Cualquiera puede crear un prototipo o una característica aislada con IA, pero construir software de producción escalable, mantenible y confiable requiere una comprensión sistémica que va mucho más allá de la generación de código. 
  • La Evolución del rol: De codificadores a arquitectos del futuro

La transformación actual no está eliminando a los ingenieros de software; está elevando sus responsabilidades y ampliando su impacto. El ingeniero moderno se está convirtiendo en:

  • Un orquestador de sistemas: En lugar de escribir cada línea de código manualmente, dirige equipos híbridos para construir soluciones complejas. Su valor radica no en la velocidad de codificación, sino en la calidad del pensamiento estratégico.
  • Un Traductor de necesidades humanas: La capacidad de entender problemas ambiguos del mundo real y transformarlos en especificaciones técnicas claras sigue siendo una habilidad exclusivamente humana. 
  • Un guardián ético: Con el poder creciente de la tecnología viene la responsabilidad de asegurar que se use de manera beneficiosa. Los ingenieros están en la primera línea de decisiones que afectan la privacidad, la equidad y el bienestar social.
  • Un innovador continuo: Mientras la IA se encarga de tareas rutinarias, los ingenieros se liberan de estas tareas para enfocarse en innovación, experimentación y resolución de problemas que requieren creatividad y pensamiento crítico.

Los despidos masivos en tecnología no reflejan una disminución en la demanda de ingeniería de software, sino una corrección después de una década de crecimiento insostenible. Muchas empresas tecnológicas admiten haber contratado excesivamente durante la pandemia sin considerar la sostenibilidad a largo plazo.

Paralelamente, sectores tradicionales como manufactura, salud, finanzas y gobierno están aumentando significativamente su demanda de talento tecnológico. La transformación digital de industrias tradicionales está creando oportunidades que compensan con creces las reducciones en empresas tecnológicas puras.

Además, el surgimiento de nuevos campos como la ingeniería de prompts, la optimización de modelos de IA, y el desarrollo de aplicaciones de IA especializadas está creando nichos profesionales que no existían hace apenas dos años.

La pregunta relevante no es si los ingenieros de software sobrevivirán a la era de la IA, sino cómo liderarán su desarrollo. Los datos muestran que las empresas más exitosas en implementación de IA no son las que reemplazan ingenieros, sino las que los empoderan para trabajar en niveles más altos de abstracción y estrategia.

La IA está elevando el piso de lo que es posible técnicamente, pero son los ingenieros humanos quienes están elevando el techo de lo que es deseable y beneficioso para la sociedad. Esta dinámica no es temporal; es la nueva normalidad de una profesión que se está redefiniendo para ser más impactante, más estratégica y más esencial que nunca.

La ingeniería de software está experimentando lo que podríamos llamar un "renacimiento profesional". Esta evolución no representa una amenaza; representa una oportunidad sin precedentes para que los ingenieros expandan su influencia y definan el futuro tecnológico de la humanidad. En lugar de ser reemplazados por la IA, se están convirtiendo en sus arquitectos, directores y guardianes éticos.

El futuro no pertenece a quienes programan más rápido, sino a quienes piensan más profundo, se adaptan más con agilidad y colaboran efectivamente. Y en este futuro, los ingenieros de software no solo tienen un lugar asegurado; tienen el asiento del conductor. (O)

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