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Resulta, mi queridísimo monarca, que por estas semanas y meses un par de artistas de su reino andarán de gira por estos barrios latinoamericanos. Ambos dos han ignorado olímpicamente venir a presentarse ante un público que, le juro por los Rolling Stones, llenaría Wembley tres días seguidos.

15 Septiembre de 2022 01.46

Quito, 15 de septiembre de 2022

 

Señor

Don

Estimado y ponderado

 

Carlos III

Rey del Reino Unido

 

En su palacio.-

 

Con el riesgo de parecer descortés e insensible en momentos tristes para la corona británica, de la cual ahora usted es la cabeza, me he tomado el atrevimiento de escibirle esta misiva que, espero, llegue a tiempo a sus manos, con la esperanza de sortear un  escenario afligido en el que nos encontramos en estos momentos en Ecuador. Sí, ese pequeño país de Sudamérica que usted visitó en 2009. Ese mismo. Ese que unos años más tarde se empoderó de la canción de los Beatles para gritarle al mundo que All You Need Is Love; ese del que ahora a uno de los nuestros le cantan “¡Caicedoooo! He came from Ecuador, ¡Aha!, to win the Ballon d'or, ¡Aha!, his name is Caicedoooo”. Ese mismo. 

Le cuento. 

Resulta, mi queridísimo monarca, que por estas semanas y meses un par de artistas de su reino andarán de gira por estos barrios latinoamericanos. Este mismo instante, Dua Lipa se pavonea por Argentina y Coldplay arma farra en Perú. Y en la agenda están como otros 10 conciertos en tierras maradonianas y otros tantos en Chile y Brasil. Y en Ecuador, ni uno solo, ¡ni uno! Ambos dos han ignorado olímpicamente venir a presentarse ante un público que, le juro por los Rolling Stones, llenaría Wembley tres días seguidos. Y me atrevo a jurarle, porque se ha comprobado hasta la saciedad que somos los campeones mundiales de la novelería, lo llevamos en el ADN, es nuestro carné de identidad. 

Y no entendemos las razones por las cuales nos han apartado de sus vidas. Es verdad, mi buen Charlie, no te voy a negar, que a veces nos emocionamos demasiado con estilos musicales con los que podemos discrepar, pero que no me vas a negar que, a veces, pueden ser pegajosos como esa de Quevedo y Bizarrap que en estos momentos está de moda y que son motivo de un culto inexplicable hacia el perreo subido de tono. Pero es que la sangre caliente corre por nuestras venas, aunque algunos exageren un poco en su temperatura, sin embargo, eso no quita que, si Chris Martin llegara a regalarnos esas pulseras de luces tan bonitas, no habría dónde poner un alfiler en el coloso de El Batán. Y por el precio de las entradas, de diciéndoles que ni se preocupen, que pongan nomás a lo que crean conveniente, que de donde sea 'mos' de sacar, ya sea difiriendo a 36 meses o empeñando la tele donde el veci. First muertos, antes que sencillos. 

Cuando leas esta carta, yo estaré ya muy lejos, en la noche las estrellas alumbrarán mi caminooooo. Uy, perdón, mi don Carlitos,  me dejé embriagar por las notas tricolores de la canción de las chicas de Tierra Canela (te adjunto el link para que disfrutes del talento ecuatoriano) que se parece a esa otra que dice “Cause you're a sky, cause you're sky full of stars…”. Uno que es bilingüe. Bueno, vuelta en cambio volviendo al punto, todo este preámbulo para solicitarte muy encarecidamente que intercedas para que Coldplay nos abra uno de sus conciertos acá. Diles que no vamos a estar bien, que no será la primera vez, que, “when you try your best, but you don't succed; when you get what you want, but not what you need”, solo nos queda Barcelona. Y, si hablándoles al corazón, no lo logras, no importa, lo siguiente que te pedimos es que nos extiendas un pequeño crédito de esos US$ 42.000 millones que ahora te corresponden. 

Solo un pedacito. Ni siquiera podemos imaginar toda esa fortuna, la cantidad de conciertos que nos alcanzaría para pagar o todo lo que podríamos hacer. Solo tenemos la idea de que es casi casi la mitad de nuestro Producto Interno Bruto (PIB), tres veces nuestra recaudación de impuestos anuales y unas 5,25 veces nuestras reservas internacionales. Así que por garantías de pago, no faltaría. Solo esperamos que este plan B, se quede en plan B y, el A se concrete, que logres que la banda aterrice en nuestro país. Necesitamos tu apoyo, mirrey, confiamos en ti. God Save The King! (O)

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