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De asistente de Elon Musk a inversora de SpaceX: la historia de Elissa Butterfield

John Hyatt

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De su paso por Tesla y SpaceX a las apuestas en xAI: cómo la millonaria forjó una carrera en el capital de riesgo tras trabajar junto a uno de los empresarios más influyentes.

30 Abril de 2025 12.15

En 2016, cuando tenía 25 años, Elissa Butterfield, una nativa de Los Ángeles que trabajaba en la industria del entretenimiento, aceptó un nuevo trabajo que cambió su vida: empezó a trabajar para Elon Musk. En ese momento, Musk no era la figura conocida que es hoy. Su patrimonio rondaba los US$ 10.000 millones, 38 veces menos que ahora. Durante dos años, como parte del equipo de asistentes ejecutivas de Musk, Butterfield ayudó a manejar la agenda y las prioridades cambiantes de su jefe. Participó en gestiones que fueron desde el rescate de niños atrapados en una cueva en Tailandia hasta la excavación de túneles en el estacionamiento de Tesla. Además, coordinaba llamadas con inversores, organizaba reuniones y administraba la extensa cartera de Musk, que incluía desde sus tareas en Tesla y SpaceX hasta sus actividades más excéntricas y nuevos proyectos. En 2018, asumió funciones operativas tanto en Tesla como en SpaceX, y dejó la nómina de Musk en 2022.

"Me dio la impresión de que era increíblemente leal y debió de ser increíblemente eficaz", dice un exempleado de SpaceX. Hoy, Butterfield aprovecha su experiencia y sus contactos. Desde que se unió a Island Green Capital Management, una firma de capital de riesgo con sede en Los Ángeles, en 2024, el grupo invirtió en xAI y SpaceX, las dos empresas de Musk que más crecieron.

Island Green, fundada en 2023 por Ateet Ahluwalia, un exoperador de Goldman Sachs, fue uno de los al menos 61 inversores que participaron en la ronda de inversión de US$ 6.000 millones de xAI en mayo pasado, que valoró a la startup en US$ 24.000 millones, según Pitchbook. En enero, Island Green compró una participación en SpaceX a un vendedor desconocido, probablemente con una valoración cercana a los US$ 350.000 millones, cifra que la compañía alcanzó en diciembre tras una venta de acciones por US$ 1.250 millones. La apuesta de Island Green por SpaceX se hizo a través de una sociedad instrumental, una estructura común entre los inversores que buscan adquirir una parte de SpaceX y aceptan pagar una comisión, según una persona familiarizada con el tema.

Las inversiones de Island Green vinculadas a Musk ya aumentaron su valor, al menos en teoría. xAI recaudó otros US$ 6.000 millones en noviembre, con una valoración de US$ 50.000 millones. Esta cifra subió a US$ 80.000 millones el mes pasado tras la fusión de Musk con su empresa de redes sociales X. Ahora, según informes, Musk busca recaudar aún más dinero para xAI a un "valor adecuado", que, de acuerdo a Bloomberg, podría llegar a los US$ 120.000 millones. Por su parte, las acciones de SpaceX cotizan en mercados secundarios con valoraciones que van de US$ 380.000 millones a US$ 400.000 millones, según las firmas de análisis de datos de mercado PM Insights y Caplight.

Elon Musk, Tesla
A diferencia de su exjefe, Butterfield mantiene un perfil bajo.

Island Green también apoyó a Impulse Space, la startup fundada por otro exalumno de SpaceX, Tom Mueller, uno de los primeros empleados del fabricante de cohetes y exingeniero principal de su lanzador. La firma donde trabaja Butterfield participó en una ronda de financiación de US$ 150 millones en octubre pasado, que valoró a la startup en US$ 510 millones, según PitchBook. Antes de la llegada de Butterfield, Island Green —que hoy administra US$ 88 millones en activos— solo había realizado otras dos inversiones: en la empresa de defensa Shield AI y en la empresa de robótica Formic.

Butterfield se suma a la lista de exalumnos de Musk que cerraron acuerdos y lanzaron empresas en el mundo del capital de riesgo y las startups, bajo la influencia del empresario. Varios de los altos ejecutivos de Musk construyeron fortunas de cientos de millones, e incluso miles de millones de dólares. Hasta ahora, los veteranos de SpaceX lanzaron 116 empresas y recaudaron US$ 6.100 millones en capital de riesgo, según el sitio web de fundadores de exalumnos de SpaceX. Sam Teller, quien fue jefe de gabinete de Musk entre 2014 y 2019 y quien contrató a Butterfield, se incorporó a Valor Equity Partners, la firma dirigida por Antonio Gracias, multimillonario y amigo personal de Musk, donde trabajó como socio durante tres años y medio.

A diferencia de su exjefe, Butterfield mantiene un perfil bajo. No respondió a las solicitudes de comentarios de Forbes para este artículo. Esta angelina de 34 años se graduó con honores en 2013 en la Universidad de Belmont, una institución cristiana privada ubicada en Nashville, con un título en negocios musicales, según la oficina de registro de la universidad. Inició su carrera en la agencia de talentos WME, donde llegó a ser asistente del jefe de eventos, de acuerdo con su perfil de LinkedIn. Más tarde, se sumó al equipo de asistentes ejecutivos de Musk.

Siempre había tareas urgentes en esos días. En 2016, cuando Musk ordenó a sus lugartenientes empezar a excavar un proyecto piloto en el estacionamiento de Tesla para su nueva empresa de túneles (que luego se transformó en Boring Company), Butterfield fue quien se encargó de conseguir que todos los trabajadores de Tesla movieran sus autos, como relata la biografía de Musk escrita por Walter Isaacson. En 2018, cuando Musk decidió convertir la plataforma de lanzamiento de SpaceX en Boca Chica, Texas, en la base dedicada a Starship —el cohete más nuevo y más grande de SpaceX—, le encomendó a Butterfield la tarea de crear una comunidad para los cientos de ingenieros y trabajadores de la construcción que trabajaban día y noche. Ella llevó remolques Airstream, palmeras, un bar tiki y una terraza con fogata, según el libro de Isaacson.

Ella también quedó atrapada en los caprichos de Musk. En julio de 2018, cuando Musk asignó a un grupo de ingenieros de SpaceX y The Boring Company la fabricación de un minisubmarino para intentar salvar a un grupo de niños atrapados en una cueva en Tailandia, Butterfield fue una de las personas que coordinaron los detalles. Ayudó a programar el vuelo de Musk a Tailandia y, según se desprende de documentos judiciales de 2018, transmitía sus ideas de ingeniería —algo relacionado con una "solución de cremallera de fuerza cero" para un "tubo de cueva tailandés"— al jefe de gabinete de Musk, Sam Teller, y al ingeniero Steve Davis, presidente de The Boring Company y uno de los hombres de máxima confianza de Musk. La información surgió en el marco de una demanda en la que el buceador británico Vernon Unsworth acusó sin éxito a Musk de difamación después de que el empresario lo llamara "pedófilo" en Twitter.

Como cualquier empleado eficaz, Butterfield también aprendió a gestionar el humor de su jefe. Al organizar sus tareas en SpaceX, procuraba "evitar saltarse la reunión de Mars Colonizer, porque era la reunión más divertida para él y siempre lo ponía de buen humor", le contó a Isaacson.

Según su perfil de LinkedIn, Butterfield se convirtió en directora de la oficina del CEO de SpaceX en 2021. Una persona familiarizada con su puesto afirma que la reincorporaron como asistente ejecutiva para cubrir a una compañera que estaba de licencia por maternidad. De una manera u otra, Butterfield dejó SpaceX de forma definitiva en 2022 y se incorporó a una empresa de biotecnología como directora de operaciones. También fundó su propia compañía, Bread and Butterfield LLC. Sin embargo, dejó su nuevo cargo un año después, y su LLC, aunque sigue activa, no parece estar vinculada a ninguna empresa operativa. Todo indica que todavía no estaba lista para alejarse de la órbita de Musk.

*Con información de Forbes US.

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