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Cinco errores financieros que cometen los millennials y hay que evitar

Cristina Sánchez

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Los millennials son una generación bien preparada, pero en términos financieros a menudo el miedo a actuar contracorriente, la presión de los compañeros u otros factores sociales les llevan a gestionar con dudosa eficacia su dinero.

12 Enero de 2022 11.12

Los profesionales pertenecientes a la generación más popular en términos de contratación y lanzamiento de nuevos negocios, esos entusiastas millennials que buscan algo más en su desarrollo laboral que percibir un buen sueldo, instigados por una educación cuya piedra angular forman el refuerzo de la autoestima, la creencia de ser únicos y especiales y la satisfacción inmediata de todo deseo o propósito, también cometen errores a causa de sus inseguridades y falta de experiencia.

Se trata sin duda de una generación bien preparada, pero en términos financieros a menudo el miedo a actuar contracorriente, la presión de los compañeros u otros factores sociales les llevan a gestionar con dudosa eficacia su dinero.

En el fondo, independientemente de la edad, todos buscamos la tranquilidad de saber que hacemos lo posible por procurarnos una buena vida, sin comprometer nuestras perspectivas de futuro al vivir irresponsablemente el presente. Por eso, atención a estos cinco errores, millennials.

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1. Priorizar el pago de préstamos estudiantiles sobre el ahorro para la jubilación

Los préstamos estudiantiles, especialmente en Estados Unidos, son la causa de que la industria del Ramen y la comida preparada se sustenten en cada rincón del planeta. La deuda estudiantil no es una broma, se debe contribuir a subsanarla desde el primer día si no se quiere vivir esclavizado por los intereses.

No obstante, si las tasas de interés de préstamos estudiantiles son bajas, es probable que sea mejor invertir ese dinero agresivamente a largo plazo en lugar de pagar los préstamos antes.

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2. Invertir demasiado conservadoramente

Nuestra investigación muestra que los millennials tienen menos conocimientos de inversión general en comparación con las generaciones previas. Además, son más propensos a llamarse a sí mismos inversionistas conservadores que la Generación X y Baby Boomer, debido principalmente al hecho de que fueron testigos de la mayor crisis del mercado en décadas durante sus años de formación.

Sin embargo, aunque el mercado de valores va a subir y bajar, a menudo descontroladamente, es el mejor lugar para invertir el dinero a largo plazo.

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3. Usar las tarjetas de crédito para financiar lujos

¿Cómo disfrutar del lujo sin comprometer las metas de ahorro a largo plazo? Sencillo: se puede tener cualquier cosa, pero no se puede tenerlo todo. Este es un concepto totalmente nuevo para muchos jóvenes que son el producto de familias con ingresos dobles donde la mayoría de sus deseos se vieron satisfechos al momento.

Se trata de priorizar. Si los caprichos no se pueden pagar en efectivo, hay que elegir los que más convengan y aplazar el resto hasta que los ingresos aumenten.

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4. Vivir en un lugar de lujo sin fundamento financiero

Este es uno de los errores financieros más grandes y comunes de los que cometen los jóvenes que, tras pasar sus estudios en desolados pisos compartidos, deciden invertir todo su primer salario en instalarse en un piso con grandes comodidades.

Sin renunciar a unos básicos, hay lugares más modestos y en línea con los ingresos para mudarse: si los costos de vivienda consumen más del 50% del total, es demasiado caro. Construir un fondo de emergencia antes de elegir la vivienda es la mejor opción para tener un colchón financiero.

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5. Sentirse mal por retrasar la “adultez”

Las estadísticas muestran que los millennials en general están retrasando algunos de los hitos más típicos asociados con el “adulto”, como el matrimonio, tener hijos o comprar su vivienda. Al elegir, automáticamente decimos que no a innumerables otras opciones, lo que puede provocar que nos paralicemos en la indecisión.

El antídoto a esto va más allá de las finanzas personales, pero en lo relativo al dinero: al tomar decisiones financieras por uno mismo, hay que parar y preguntarse si uno estaría haciendo esa elección de no poder compartirlo en las redes sociales. Parece exagerado, pero, en muchos casos, la aprobación social es el motor de innumerables gastos superfluos.

*Nota publicada en Forbes España

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