La actividad florícola ocupa el quinto lugar de las exportaciones no petroleras y representa el 8 % del PIB agrícola. En 2023 las flores ecuatorianas llegaron a 120 países, principalmente Estados Unidos (US$ 340 millones), la Unión Europea (US$ 254 millones) y Kazajistán (US$ 129 millones) entre otros.
Solo en rosas las ventas superaron los US$ 730 millones, seguido por las flores de verano con US$ 116 millones. En total, las ventas llegaron a US$ 987 millones, el año pasado. Alejandro Martínez, presidente Ejecutivo de la Asociación Nacional de Productores y Exportadores de Flores del Ecuador (Expoflores), cree que este año habrá un pequeño crecimiento pese a un verano muy caluroso y un último trimestre que se ve complejo. "San Valentín y el Día de la Madre salvaron las estadísticas. Vendimos casi US$ 400 millones en esas dos fechas. Además, ahora contamos con un sistema de proyección de producción con tres semanas de antelación basado en data real".
El país cuenta con 6.400 hectáreas sembradas, de las cuales 5.500 están en la formalidad y 900 en la informalidad, según Martínez. También comenta que existen muchas dudas en los contratos laborales y controles sanitarios, lo que significa un riesgo. Este sector florícola genera 60.000 empleos directos y 58.000 indirectos.
Este ejecutivo lleva 12 años al frente de esta asociación. Entre sus retos destacan sostener la competitividad en un mercado volátil y construir un modelo de gestión activo, emprendedor y resiliente.
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En 2016, esta institución creo Xptrac, un sistema unificado de data con una inversión inicial de US$ 170.000. El sistema se utiliza hoy en día en 63 fincas y permite analizar diariamente los precios y entender la evolución de los cultivos. "Para exportar actualmente hay que cumplir 38 pasos, con este método hemos logrado reducir a 11 y todavía hay trabas burocráticas. Ser competitivos a través de política pública en este país es complicado. También con Flor Ecuador hemos estandarizado los procesos productivos. Aquí están inscritas 184 fincas". En automatización en estos ocho años la inversión llega a US$ 700.000.
Para continuar utilizando tecnología, el gremio tiene una asistente que trabaja con inteligencia artificial desde 2023, 432 días para ser precisos. Se trata de Lili, una plataforma de IA que trabaja con 56 chatbots digitales que trabajan 24/7 lo que permitió optimizar el trabajo no solo administrativo, sino también productivo. Martínez cuenta lo que se hace Lili: "Actualiza en minuto y medio las retenciones del SRI, que antes lo hacíamos en dos horas. Además, funciona como un auto editor de los procesos dentro de las fincas. Por ejemplo, si ven algo fuera de lo normal suenan las alertas, e inmediatamente otro chatbot analiza si estas alertas fueron o no lógicas, porque puede ser que una finca este cambiando los protocolos para bien."
Martínez cuenta a Forbes que los planes para 2025 son ambiciosos. En febrero, con una nueva tecnología, se probará un sistema con un dispositivo electrónico 'in situ' que entregará información climática, nivel de nubosidad, edad relativa de los sembríos, entre otras. Esta data será ordenada por los robots y Lili generará proyecciones de producción, número y calidad de los tallos o en cuántas semanas estarán listos para ser cortados, lo que ayudará a los técnicos a tomar las medidas adecuadas. El programa piloto se ejecutará en ocho fincas y tiene una inversión inicial de US$ 100.000. Si da los resultados esperados de un 90% de precisión, su ampliación costará alrededor de US$ 1 millón.
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Martínez también cuenta que el 10 y 11 de octubre pasados se desarrolló la III feria de negocios Expo Flor Ecuador, que contó con la participación de 113 expositores y 126 marcas. Más de 2.600 potenciales compradores llegaron a Quito. Montar este evento, que se realizó en el Parque Bicentenario, significó una inversión de US$ 4 millones.
Las ideas no se detienen en este sector. Recientemente presentaron al Servicio Nacional de Aduanas (SENAE) una propuesta para que lo que pagan en impuestos se reinvierta en el mismo sector. "Nosotros pagamos US$ 1,7 millones anuales, lo que queremos es que ese monto alimente a las funciones del Estado dedicadas a las flores para conseguir mejores y más rápidos resultados mediante una alianza público privada. Esto permitiría a Agro Calidad contar con recursos para hacer un trabajo de control fitosanitario correcto. Hemos propuesto hacer un programa piloto, pero todavía no tenemos una respuesta".
Martínez calcula que este 2024 cerrarán con una facturación de US$ 992 millones, mientras que Lili asegura que serán US$ 997 millones. Al final del año veremos quién tuvo razón. (I)