Coincidencia o no, hace unos días comentaba acerca de una emoción que si no es bien regulada nos podría estar envolviendo y atrapando, el miedo. Hoy quiero enfatizar en algo parecido, pero centrándome en la comunicación y en la forma más asertiva que como adultos podemos adoptar con los niños y niñas que, lamentablemente están inmersos en un ambiente hostil y de temor constante, debido a los últimos acontecimientos que hemos vivido en el país.
No es novedad mencionar, que toda la violencia que envuelve al Ecuador repercute de manera directa o indirecta en la estabilidad y rutina de los más pequeños e incluso de sus cuidadores: maestros y padres que, deben gestionar y organizar sus agendas para adaptarse de manera rápida a situaciones que como en pandemia los toman por sorpresa.
Frente a esta situación, es necesario que, además de procurar continuar con las rutinas, las clases y evitar que, la educación se detenga, también pensemos en promover el bienestar emocional en los niños y niñas.
Seguro muchos padres se han cuestionado sobre cómo apoyar a sus hijos en medio de estas situaciones difíciles, yo también lo he hecho y, he acudido a la lectura para tener herramientas que, me permitan ser asertiva.
Comparto así, algunas recomendaciones que podrían ayudar:
- Mantén la calma. Hay que considerar que la primera fuente de seguridad son los padres, porque pueden brindar el apoyo y la protección necesaria a sus hijos para enfrentar cualquier situación, pero nadie da lo que no tiene, por tanto, es necesario considerar un autocuidado que incluye, dormir y alimentarse bien, hacer ejercicio, mantener la rutina en la medida que sea posible, limitar y filtrar el acceso a información para bajar niveles de ansiedad e incertidumbre, evitar aislarse y procurar tener contacto con familiares, amigos, vecinos.
- No hagas como si nada estuviera pasando ni evites hablar de eso. Diles la verdad aclarando sus dudas de manera clara y sencilla, empleando un lenguaje apropiado para su edad y evita detalles que puedan angustiarlos más.
- Cuando converses pregúntales cómo se sienten y dedica tiempo a brindarles apoyo emocional, que no necesariamente lo haces con palabras, lo puedes lograr a través del juego o de realizar actividades lúdicas y de agrado para el pequeño.
- Restringe el acceso a imágenes o noticias violentas.
- Mantén una conexión a través del cariño, los abrazos y la cercanía, cuando estés con ellos evita desconectarte utilizando tu celular u otro dispositivo.
- Procura continuar con la rutina, aunque estén en casa, es importante que los niños sientan seguridad y orden, mantén el mismo horario de dormir, juego, baño, alimentación, así podrán percibir que, están en un entorno conocido y podrán tranquilizarse.
- Sé flexible. Los autores señalan que, llegar a un equilibrio es importante, por tanto, no debemos olvidar la flexibilidad en ciertos momentos del día, más si se encuentran en clases en línea (Carolina de Oteyza, autora del manual ¿Qué podemos hacer? Ayudando a nuestros hijos en tiempos de violencia y conflicto social).
Finalmente, y aunque nos dé mucho miedo y esta emoción nos quiera llevar al aislamiento porque precisamente parte de su función es permitirnos la supervivencia, debemos fomentar relaciones sociales y promover los lazos y el intercambio con familia, amigos, compañeros, para crecer y continuar con el apoyo de otros.
No quiero finalizar esta columna sin mencionar que, parte del problema es la polarización en la cual vivimos, el continuo odio e intolerancia. Es momento de promover la convivencia y el respeto que sin duda empieza analizarnos a nosotros mismos y ver cómo nos referimos y tratamos a los demás. (O)