El inicio del año escolar trae oportunidades de aprendizaje y crecimiento. Nuevos retos y metas que plantearse como docentes y estudiantes. Claro, esto es viable si cuentas con la fortuna de tener a tus hijos e hijas, familiares y amigos dentro del sistema escolar.
Hace unos días tuve una conversación amena con una joven interesada en estudiar la carrera de Educación, en nuestra conversación topamos el tema de la importancia que tiene la educación en la vida de cada ser humano. Esta joven de manera muy segura me decía que estaba convencida que el medio más eficaz para fomentar el crecimiento y propiciar una mejor calidad de vida para las personas es la educación.
Por coincidencias que tiene la vida, justo revisando las noticias del día, me encontré con una no tan alentadora. El Ministerio de Educación del Ecuador (MINEDUC), daba las cifras de deserción escolar para el año 2023-2024.
Como antecedente, los datos del año pasado sobre la deserción escolar revelaron que el 4.1% de niños, niñas y adolescentes abandonaron la escuela o el colegio y hubo una disminución de un 3% de estudiantes matriculados. Se detectaron alrededor de 11 factores que provocaron esta deserción, entre las que están:
- Falta de recursos económicos 24.5%
- Poco interés por estudiar 23%
- Padres adolescentes 9%
El MINEDUC detalla que en el ciclo 2023-2024 se matricularon 1.780.368 alumnos, siendo la cifra más baja en los últimos seis periodos académicos. Según el Ministerio de Educación, 38, 238 niños y niñas no se han matriculado, en Sierra y Amazonía. Las causas según detalla esta entidad son:
- La falta de dinero: 24, 90%
- La migración:13, 1%
- Trabajo infantil: 7,1%
También se menciona una vez más que, las causas al igual que el año anterior son la falta de interés por estudiar y, además, el embarazo en adolescentes.
Otro dato que también genera inquietud es que, el número de estudiantes extranjeros matriculados este año escolar es apenas de 14.022.
Aunque se espera que las cifras de deserción disminuyan porque varios niños y niñas se incorporarán a lo largo del año escolar, esta información refleja una realidad triste y alarmante. Diría que desalentadora, porque como lo he mencionado al inicio de esta columna, la educación es el camino para garantizar una mejor calidad de vida y abrir oportunidades de crecimiento personal.
Es una cadena de causas que generan la deserción, la falta de dinero provoca que los padres no puedan comprar la lista de útiles, y con ello fomenten el trabajo infantil tan visible, cruel y ya común en las calles de las ciudades de nuestro país.
A esto se suma el poco interés por estudiar, que refleja una desmotivación por acceder al sistema educativo, unido a la ausencia de metas y objetivos. Pero claro, si el estómago está vacío, difícilmente, importe ir a la escuela.
Si hablamos de consecuencias, los datos indican que, 1.326 adolescentes entre 12 y 17 años han sido detenidos en el primer semestre de este año por delitos de robo, tenencia de armas y tráfico de drogas, según la Policía Nacional.
La deserción escolar es el condimento perfecto para incrementar la crisis social en la que estamos actualmente inmersos. Los sueños se esfuman cuando la pobreza opaca la realidad y roba los derechos. Igual y aunque todo suene desalentador, seguiremos promoviendo que, la educación es un derecho y el mejor camino para ser mejores. (O)
