La retroalimentación o feedback es considerado un proceso clave y de gran impacto dentro del aprendizaje, es una manera de promover el aprendizaje significativo tanto en estudiantes como en colaboradores.
Quizá en algún momento de nuestras vidas hemos recibido feedback o también hemos tenido la oportunidad de darlo, podemos reconocer que este proceso clave, implica dar a los estudiantes o colegas información sobre su desempeño e indicaciones sobre como potenciarlo o mejorarlo.
El feedback tiene el objetivo de generar movimiento, es decir, promueve acciones que permitan alcanzar los objetivos planteados, a través de la superación de dificultades que se detectan en el desempeño.
Debe responder a 3 preguntas:
- ¿A dónde voy?
- ¿Dónde estoy?
- ¿Qué debo hacer ahora?
La primera pregunta ¿a dónde voy? Pretende que el estudiante analice cuál es su meta, comprenda los objetivos de aprendizaje. En la segunda, ¿dónde estoy? Se genera una especie de monitoreo personal en el cual, el estudiante debe reconocer cuál es su nivel de desempeño actual. Y finalmente, en la pregunta sobre ¿qué debo hacer ahora? el estudiante debe responderse con las acciones que ejecutará para avanzar desde el punto de partida hasta alcanzar los objetivos para (Ruiz, 2020) este último paso es el elemento potenciador para el aprendizaje.
La investigación educativa y las evidencias obtenidas muestran que esta práctica tiene cierta relevancia puesto que en el campo educativo aporta a la consecución de los objetivos de aprendizaje de los estudiantes, pero un tema a considerar es que puede ser más o menos efectivo según el tipo de retroalimentación y la forma en que esta se brinda. Por tanto, si no cuidamos la forma o elegimos un tipo inapropiado de retroalimentar podría incluso provocar un efecto contrario al esperado o negativo.
Algunos tipos de feedback son:
- Positivo
- Negativo
El feedback positivo destaca los hitos y logros alcanzados junto con los progresos realizados, mientras que, el feedback negativo se centra en resaltar los defectos del desempeño del estudiante y lo que debe mejorar.
Desde el punto de vista más práctico un ejercicio de feedback tendría las siguientes características:
- Preparar el ambiente: pensar en una pregunta que se pueda realizar al estudiante para romper el hielo, algo sobre su vida o sobre sus preferencias, algo fuera de lo que deseamos tratar en la retroalimentación.
- Mencionar las fortalezas: hablar de lo positivo y de aquello que vemos está correcto o va por buen camino.
- Mencionar las áreas de mejora: en este aspecto se procura hablar de aquello que vemos debe tener correcciones o modificaciones.
- Plan de mejora: se solicita al estudiante generar ideas sobre cómo puede mejorar su trabajo para alcanzar los objetivos, también se puede apoyar con ideas y propuestas de parte del docente.
Lo importante no es quedarnos con los mensajes negativos o que expresemos solo lo inconformes que nos sentimos con el trabajo que hemos recibido sino, llevar al estudiante a la etapa de mejora y a cumplir con sus metas y objetivos propuestos. (O)
