El nombre de esta columna surge a partir de un curso denominado “Bienestar en el aula desde el aprendizaje autónomo”, que finalicé hace poco. El objetivo del programa era fomentar un pensamiento de autocuidado del docente y el diseño de prácticas de enseñanza con un enfoque a priorizar elementos clave de la relación profesor – estudiante para generar un ambiente que promueva el bienestar en: 

• La práctica docente. 

• Los hábitos de estudio y actividades para el estudiantado. 

• Metodologías de aprendizaje (reflexión, aula invertida, incorporación de tecnología). 

• Comunidad docente. 

El curso incluyó varios temas como, la psicología positiva aplicada al aprendizaje cuyo autor es Martín Seligman, pionero de esta corriente y autor de varios libros como “La vida que florece” y “Niños optimistas”. Otros temas tratados fueron, las emociones y el aprendizaje, la identificación de comunidades o redes de aprendizaje, resiliencia, estado de flow y mindfulness.

En el curso también identificamos nuestras fortalezas de carácter a través del test VIA Fortalezas de carácter. Entre las fortalezas que señala la prueba están: la curiosidad, el deseo de aprender, el liderazgo, la humildad, la equidad, la perseverancia, el trabajo en equipo, la espiritualidad, el sentido del humor, la perseverancia, entre otras. El objetivo de este ejercicio es que, al reconocer las 5 principales fortalezas, estas se puedan aprovechar en las sesiones de clase. Dejo el enlace para quien desee hacerlo y conocer sus fortalezas y además de paso identificar sus áreas de mejora https://www.viacharacter.org/account/register#

A continuación, me centraré en el estado de flow el cual es uno de los estados que propician el aprendizaje autónomo, junto con el mindfulness y la resiliencia.

Las personas logramos el estado de flow cuando:

 1. Tenemos la sensación de que las propias habilidades son adecuadas para enfrentar los retos que se nos presentan. Para esto es necesario identificar nuestras fortalezas, por ello el ejercicio con el test Via, que mencioné anteriormente. Yo lo llamaría autoeficacia alta.

 2. Se nos ofrece una retroalimentación inmediata, de que estamos haciendo bien las actividades específicas y reguladas por las normas. 

3. La concentración es tan intensa que no se puede prestar atención o pensar en otra cosa diferente a la actividad que se está realizando: “la conciencia de uno mismo desaparece” (Loya y Guajardo, 2023). En este aspecto, podemos decir que, es cuando realizamos una actividad y no nos percatamos que ha pasado el tiempo.

Hay que aclarar que el estado de flow no es necesariamente “sentir felicidad” sino una plena concentración y fluidez en lo que hacemos y generamos. 

El estado de flow en el aula de clase puede identificarse a través de los mensajes emocionales que los estudiantes envían en cada actividad que les proponemos realizar.

Lograr estados de flow genera bienestar. Estos tienen relación con niveles de habilidad y con el nivel de reto que planteamos a nuestros estudiantes, por ejemplo, si el nivel de habilidad de un estudiante es alto y el reto también lo es podrá alcanzar el estado de flow, por el contrario si la habilidad es baja y el reto es alto se generará ansiedad. Lo ideal es que, nuestros estudiantes identifiquen también sus fortalezas y que, con ellas puedan alcanzar niveles altos de concentración, pero para ello el rol docente es fomentar actividades con niveles de reto, caso contrario se generará aburrimiento o algo aún peor, apatía. Pensemos entonces ¿qué estamos generando en nuestros estudiantes a través, de las actividades que les proponemos: un estado de flow o apatía? La práctica docente debe generar bienestar y excelencia. (O)