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Aprendizaje, aprender, lectura (Pixabay)
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Las dificultades de aprendizaje tienden a asociarse entre sí, hasta el punto de que se ha propuesto que las dificultades de lectura, escritura y matemáticas son parte de un trastorno: el trastorno del aprendizaje, que puede tener distintas manifestaciones.

14 Octubre de 2022 15.46

Las dificultades de aprendizaje son una serie de problemas que afectan de forma notable y persistente a la adquisición de habilidades académicas básicas sin que el bajo rendimiento se pueda explicar mejor por un bajo nivel intelectual, dificultades sensoriales, problemas socioeconómicos o una escolarización inadecuada o irregular (Ripoll, 2021).

Las dificultades de aprendizaje tienden a asociarse entre sí, hasta el punto de que se ha propuesto que las dificultades de lectura, escritura y matemáticas son parte de un trastorno: el trastorno del aprendizaje, que puede tener distintas manifestaciones.

  • Dificultades en la lectura: se presentan errores en la precisión o lectura de palabras, no existe una velocidad adecuada para leer, por lo general la lectura es demasiado lenta y también surgen problemas en la comprensión.
  • Dificultades en escritura: ésta se manifiesta con mala ortografía, gramática y puntuación, además, de presentar poca claridad en y organización en el texto.
  • Las dificultades de matemáticas: con problemas en la memorización de las operaciones aritméticas, errores en cálculo y en el razonamiento matemático.

Sobre la prevalencia de estas dificultades se sabe que son más frecuentes en chicos que en chicas especialmente en problemas de escritura.

Se calcula que solo el 30% de los casos de trastornos de lectura o la escritura aparecen aislados, mientras que en el 70% de los casos se encontrará una dificultad que afecta a la lectura y también a la escritura. Por otro lado, la asociación entre trastornos de lectura y matemáticas está entre el 30 y el 50% (Grigorenko, Compton, Fuchs, 2019).

Es importante detectarlas a tiempo, para ello se debe acudir a un profesional que puede ser un psicopedagogo o psicólogo educativo o clínico (con experiencia en el campo educativo) quien podrá aplicar varias herramientas como: cuestionarios con los que podrá detectar signos de alarma, test o pruebas que hará el estudiante para valorar los predictores del aprendizaje.

Dentro de este proceso de detección, la formación de padres y docentes sobre dificultades de aprendizaje es clave para observar de manera oportuna signos de alarma.

Sobre la intervención de estas dificultades, se conoce que existen tendencias de intervención que poco o nada de eficacia o evidencia han mostrado en la mejora de estas dificultades por ejemplo: el entrenamiento perceptivo – motor un campo vinculado con la lateralidad o la lateralidad cruzada, el método Dore el cual contiene una tabla de ejercicios para ser realizados durante 20 minutos y pretende el aprendizaje de habilidades y la mejora en la coordinación, concentración, autoconfianza, aumento de la motivación por el trabajo escolar, mejoras en lectura y escritura y en la práctica de deportes.

En este mismo grupo se encuentra el método conocido como Brain Gym el cual se basa en 26 patrones de movimiento que según sus creadores produce mejoras en la concentración, la memoria, la lectura, las matemáticas, la coordinación física, las relaciones sociales y la responsabilidad. Otro método que también se está escuchando mucho en el mercado es el Neurofeedback que es un conjunto de técnicas que brinda información a la persona sobre su funcionamiento cerebral con algunos parámetros de la actividad eléctrica, con el objetivo de que aprenda a realizar modificaciones a esas medidas. A éstas se pueden sumar la técnica de gateo, la musicoterapia, el método Tomatis, la educación musical o dieta.

Todas las intervenciones antes mencionadas, muestran poca investigación sobre su eficacia y en algunos casos como en el Brain Gym se sugiere evitar su uso por la falta de fundamentación e investigación. 

¿Qué hacer? la recomendación es aplicar intervenciones que hayan mostrado eficacia como las de base fonológica para el caso de la lectura, que ha tenido un extenso respaldo de investigaciones, evitar utilizar programas de intervención no respaldados por evidencias rigurosas acerca de su eficacia y para los padres la sugerencia es no confiar a la primera y buscar profesionales e intervenciones que muestren evidencias de que dan resultados positivos en la mejora de las dificultades.

A nivel formal lo ideal sería generar guías que orienten tanto a padres como a profesionales a utilizar los mejores métodos para apoyar a las personas que tienen dificultades de aprendizaje y cuyo afán es superar las barreras que los limitan. (O)

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