Una de las cosas lindas de hacer un viaje, es que se lo 'conjuga' en 3 tiempos: el planear, el recorrer y el recordar. Este artículo tiene por objeto provocar eso, seguir esta receta para alcanzarlo: que el lector cierre sus ojos y piense en un destino, el o las personas que se junten, tiempo y presupuesto y así armar para -como en otras disciplinas- concretar ese plan.
Tantos lugares están al alcance de nuestras manos, lejanos, cercanos, exóticos e incluso muchos dentro del país. Por tanto, de esa suerte de universo de opciones, la idea es "inquietar" a poner el ojo o el dedo sobre el mapa de la Patagonia.
Es extensa, agreste y variada. Si la vemos más detenidamente, encontraremos un gran verdor en la franja donde Los Andes van juntándose a la costa del Pacifico, eso es el sur de Chile y su Bosque Valdiviano.
Además de poder adentrarse a estos lugares en embarcaciones, buses o por vía aérea, hay rutas que se han internado entre esos macizos y bosques, derroteros construidos por el hombre para poder recorrerlos en vehículo.
Con una búsqueda más específica podrás encontrar la ruta 7, conocida también como la Carretera Austral, infraestructura y tremendo orgullo chileno. Siendo una construcción relativamente reciente, permite que ahora exista un nexo comercial, turístico y de intercambio con distantes lugares o poblados meridionales con el centro/sur del país.
Desde Ecuador encontramos vialidad que nos une. Sin embargo, hay distancias importantes (principalmente por la morfología de Chile) para recorrerlas y finalmente acceder a Puerto Montt. La 7 inicia efectivamente ahí, y su trazado -redunda decir- hacia el sur ofrece aproximadamente 1200 km de paisajes únicos e idílicos. Es un recorrido muy variado entre asfalto y ripio hasta Villa O'Higgins.
Antes del kilómetro 0, además de una vialidad rápida y organizada, hay muchos atractivos, y con la cercanía a la cordillera y sinuosas costas del Pacifico, es fácil deleitarse e ir observando la transición que ofrece el centro-sur chileno como preámbulo.
Estrictamente la maravillosa Carretera Austral empieza a abrirse después del primer ferry para llegar a Hornopirén, donde se aborda una segunda barcaza cuyo recorrido lleva a Caleta Gonzalo, Sin duda, esta parte es una vivencia cautivante, permite descifrar cómo se vive en la Patagonia: sus fiordos, sus tiempos y sus climas, como también sus sabores, sus particularidades (una de ellas es la paciencia) y entender su naturaleza imponente.
Conductores se apresuran hacia llegar a Chaitén, algunos quizá sin saber que a pocos kilómetros, justo en una evidente esquina de un nuevo segmento asfaltado de esta vía, está el P. N. Pumalin, zonas termales y una interesante área protegida que fue iniciativa del visionario Doug Tompkins (conocido CEO de las marcas Patagonia, Esprit y North Face), y hoy entregado al gobierno chileno y su brazo forestal (CONAF) dan la posibilidad de recorrerlos y tener una visión de esta fracción de bosque valdiviano. Adentrarse y acampar aumenta la percepción: es un si o si!
Aparece una palabra, define al lugar donde se conserva nieve y hielo: un ventisquero. Continuando la austral, cruzando por los icónicos puentes (construidos aun en la dictadura) quedan atrás ríos de cristalinas aguas y nuevamente se dejan ver grandes masas de glaciar y -si las condiciones de luz permiten- aparecen también colores turquesas y formas orgánicas que temperaturas y vientos han formado. Se trata de los Ventisqueros Colgante, Yelcho y el Macizo de la Laguna de Cerro Castillo.
Volviendo al hilo conductor y su generoso insertarse en el P. N. Queulat (y no sorprende que la señalización prevenga posibles cruces de huemules) esta zona presenta paisajes de indescriptible belleza, donde una sinuosa cuesta de 8 km demandan esfuerzo y concentración. Con cascadas y zonas nuevamente asfaltadas (merecido descanso puede ser acceder al PN del mismo nombre que ofrece varias actividades), después de caseríos y cambio de cubierta vegetal, se abren en La Junta nuevos rumbos (un previo desvio a Futalefu-Frontera Arg.), destinos costeros (R.M. Balmaceda) o la coqueta Coyhaique. Pocos quizá sean los sitios donde termas dan al mar, eso es Puyuhuapi. Mientras que Puerto Rio Tranquilo, puede ser sinónimo del P. N. San Rafael, del Campo Hielo Norte y las Catedrales de Mármol, toures y actividades de aventura se ofrecen a estos lugares.
Planear el recorrido los siguientes kilómetros de la ruta 7 es crucial. Parecen pocos los 350 kilómetros que distan al destino final, las estaciones de servicio, provisiones o cajeros son distantes y escasos. Días soleados pueden ser una constante en la zona, por los efectos refractivos del gran lago binacional -de los más grandes de Sudamérica- y abre opciones como Guadal y sucesivamente a también diversos paisajes hacia la ceja de Chile Chico-Los Antiguos, bordeandolo. No menos interesantes aquellas riberas del rio Bertrand, Cochrane (se pronuncia cocran) y una última barcaza desde Caleta Yungay y épicos 100km que separan a el poblado donde el río Mayer -el paso del puente anuncia la llegada- y pasa a ser el lago O'Higgins. Descanso obligado en Caleta Tortel, una Venecia en los fiordos del Pacífico Sur y que goza de una gran gastronomía.
El término overlander surge como definición de conducir largos trayectos, ajenos y poco transitados. Probablemente esta sea una de las mejores formas de recorrer la Carretera Austral, cuya filosofía es aún mantenerla de ripio y angosta.
Citando la primera oración, se describen algunos lugares ícono de la región, hay que confesar que para quien escribe es un ejercicio de memoria. Sin embargo, permitirán planear un viaje memorable, necesario y épico, el que -como poco- requerirá dos semanas, lapso en el que esta ruta topará todos los sentidos, y en el que la naturaleza sorprenderá y seguramente coincidirán en que se impondrá! Eso sí, este destino no es recomendable para quienes quieren recorrerlo 'de apuro' o padecen del síndrome de Stendhal. (O)
