La inteligencia artificial de Google decía hasta el domingo en la mañana que la probabilidad de que Ecuador gane a Catar era de 42%; también predecía que la probabilidad de que el país anfitrión del Mundial de Fútbol se imponga era del 27%; y que había un 31% de probabilidades de que el partido termine empatado.
El resultado oficial dice que Ecuador se impuso. Esto significa que la predicción hecha por Google, en base a la analítica de datos, fue acertada.
Para los siguientes partidos de la selección ecuatoriana los pronósticos hechos con inteligencia artificial dicen que Holanda tiene un 90% de probabilidades de ganarle a Ecuador, mientras con Senegal las probabilidades de triunfo son de 35% para cada país.
El tema de la inteligencia artificial y la predicción de resultados del Mundial, utilizando la data, está en pleno auge. Así, por ejemplo, varios medios han publicado en los días previos a la Copa del Mundo una serie de probables finales y campeones. Allí están Brasil, Francia, Argentina, Alemania e incluso Bélgica y España.
Estas predicciones se basan en información como resultados recientes en partidos de preparación, históricos de resultados entre selecciones, el valor del mercado de las selecciones y sus jugadores, el número de jugadores que cada país tiene en competencias como la Champions League. También toman en cuenta factores socioeconómicos como el PIB o datos de la población.
Sin embargo, en los algoritmos que se usan en la inteligencia artificial hay un detalle que es relevante: el sesgo de la información. Esto significa que quién decide la información a ser usada para hacer las predicciones tiene por naturaleza un sesgo, una inclinación o si se quiere un favoritismo sobre los datos que son empelados para elaborar las predicciones y obtener los resultados.
Esto lo saben bien quienes están en el mundo tech y ya existen iniciativas para intentar corregir eso. Una experta en el tema lo resume así: “Un algoritmo aprende datos históricos y, si se sigue usando esa información, las nuevas predicciones van a dar el mismo resultado, el mismo patrón”.
Pero volviendo al fútbol, personalmente tengo varias interrogantes sobre si la inteligencia artificial y sus algoritmos puedan pronosticar resultados y sobretodo situaciones inolvidables. ¿Ustedes creen que el gol del siglo de Maradona en el 86, el cabezazo de Zidane en la final del 2006, el penal fallado por Baggio en el 94, los penales atajados por Goycochea en el 90 y muchos otros episodios únicos del Mundial de Fútbol se podían haber pronosticado con la inteligencia artificial?
Yo tampoco. Es que esa es la magia del fútbol, en donde la habilidad de un genio, la mala suerte y el error humano son factores que van más allá de lo que nos pueda predecir un algoritmo, un robot o cualquier máquina. (O)
