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la maldicion
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Un 26 de junio de 1972 se abrió la caja de pandora en la Amazonía ecuatoriana, de la cual salieron oportunidades finitas y amenazas infinitas para el desarrollo de nuestro país. El petróleo, nuestro único salvavidas, es cada vez más obsoleto debido a la transición de la movilidad eléctrica. Si no cambiamos nuestro rumbo ahora, no quedarán ni las migajas de lo que pudieron ser sus beneficios.

12 Marzo de 2023 08.44

El mundo ha vivido muchas revoluciones industriales a lo largo de su historia, la primera en el Reino de Gran Bretaña durante el siglo XVIII que marcó el inicio del 'Big Bang' económico global. Estos cambios moldearon el planeta en el que vivimos, forzando a la mano de obra a mudarse de la ruralidad a las grandes metrópolis y forjando el crecimiento exponencial del Producto Interno Bruto (PIB) de varias naciones. Y a medida que el mundo cambiaba, nosotros permanecíamos igual, viendo desde fuera la revolución. 

Pero esta pasividad, de pronto, sufrió una terapia de electroshock fulminante. Solo un año después del descubrimiento del oro negro y líquido, pasamos de ser un pueblo de agricultores sedentarios a codearnos con las grandes naciones en la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP). Un 26 de junio de 1972 se abrió la caja de pandora en la Amazonía ecuatoriana, de la cual salieron oportunidades finitas y amenazas infinitas para el desarrollo de nuestro país. Este magnánimo anuncio estuvo a cargo del general Guillermo Rodríguez Lara, quien llevaba dictatorialmente las riendas país y cuyo objetivo era sacarle el jugo, literalmente, a la tierra.  

Y como sabe todo hijo de terrateniente: ¿Para qué trabajar cuando la tierra proveerá? 

Es ahí cuando se da inicio a la triste historia de la economía ecuatoriana, una maldición que no nos ha permitido generar una industrialización nacional, sino que ha generado una dependencia cada vez más tóxica a una materia prima que el mundo le está dando la espalda. Traigo a colación este tema, muchas veces refundido en nuestra historia, debido a que estamos viviendo una nueva revolución industrial con la llegada de la inteligencia artificial avanzada. Históricamente las revoluciones solo suelen afectar a los trabajadores de 'cuello azul', siendo las personas que realizan el trabajo manual, pero esta vez, la revolución no dejará tranquilos a los trabajadores de 'cuello blanco' o aquellos que realizan trabajos intelectuales.

Entonces, para recapitular. Vivimos en un país que, casi, casi, se ha quedado estancado en el tiempo. Seguimos exportando banano e importando computadoras y lo único que nos salva, por ahora, es el petróleo, que cada vez se vuelve más obsoleto debido a la transición de la movilidad eléctrica. En palabras de Roberto Gómez Bolaños: Y ahora, ¿quién podrá defendernos? Por ahora, lamentablemente nadie. No hay un plan de transición y esto genera que el sentimiento de abandono se sienta en las calles y en los corazones de nuestros compatriotas migrantes que dejan su patria para asegurar un beneficio mejor para su familia, dentro de esos países que sí lograron revolucionarse. 

Pero no todo el panorama es negativo, pienso que todavía estamos a tiempo para cambiar el rumbo y aprender de la historia. En 1969, solo tres años antes de nuestro descubrimiento, Noruega encontró petróleo, pero ellos no tienen el problema que enfrentamos hoy en día. Subieron impuestos, invirtieron en la seguridad social e incentivaron la competencia de las industrias privadas para construir una economía no dependiente de las materias primas. Hoy por hoy nos encontramos en la última barrera, o dejamos de ser dependientes de nuestra comodidad y vemos más allá de nuestras narices o tiramos a la basura una oportunidad en un millón. Básicamente somos como esas personas 'afortunadas' que ganan la lotería y debido a un pobre manejo de sus finanzas terminan en bancarrota después de pocos años. Yo solo me pregunto, ¿cómo sería Ecuador si nunca hubiéramos encontrado petróleo? ¿Seríamos un mejor o peor país? (O)

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