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Normas contables vs normas tributarias: una relación compleja

Ximena Amoroso

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Alcanzar resultados eficientes no es un logro inmediato; es el resultado de un trabajo constante y estratégico durante todo el año. Con una correcta aplicación de las normativas y una visión clara, las empresas pueden posicionarse de manera más sólida y preparada para enfrentar las complejidades del entorno económico actual.

4 Diciembre de 2024 16.51

Cuando hablamos de cierre fiscal, lo primero que debemos considerar es que este no se limita a una simple operación contable o tributaria. En Ecuador, el cierre fiscal representa un desafío multidimensional que exige conocimiento profundo, planificación estratégica y cumplimiento riguroso de normas contables y tributarias. Este proceso, que podría parecer técnico y rutinario, tiene implicaciones significativas en la sostenibilidad y eficiencia económica de las empresas. 

El punto de partida es entender, que existe una compleja relación entre las normas contables vs. normas tributarias y, aunque relacionadas, no siempre coinciden en sus objetivos. Mientras las normas contables, como las NIIF (Normas Internacionales de Información Financiera), buscan reflejar la realidad económica de la empresa, las normas tributarias están diseñadas para regular la recaudación de impuestos. Esto genera diferencias que las empresas deben conciliar cuidadosamente para evitar errores en la presentación de sus estados financieros y declaraciones fiscales. 

Por ejemplo, el uso de juicios y estimaciones es vital en la contabilidad para representar fielmente la situación económica de una empresa. Sin embargo, en el ámbito tributario, estos elementos están sujetos a regulaciones específicas que pueden limitar su aplicabilidad. La clave está en encontrar un balance entre ambas perspectivas, respetando las normativas y optimizando los beneficios fiscales. 

En Ecuador, las normas tributarias, son de los cuerpos legales con mayores cambios, la ley tributaria, sus reglamentos y normas complementarias establecen un marco complejo que regula aspectos esenciales como límites de deducibilidad en gastos, conciliaciones tributarias, y la aplicación de beneficios fiscales. Este marco se aplica a los dos regímenes tributarios existentes: el Régimen General y el RIMPE (Régimen Impositivo para Microempresas y Pequeños Emprendedores). 

Ambos regímenes presentan características particulares que las empresas deben considerar al planificar su cierre fiscal. Mientras que el Régimen General implica un análisis más amplio de ingresos y deducciones, el RIMPE introduce simplificaciones, pero no está exento de riesgos si no se maneja correctamente. 

El análisis de ingresos es un aspecto fundamental del cierre fiscal. Es crucial determinar si los ingresos provienen de fuente ecuatoriana, de títulos gratuitos, o de operaciones en el exterior, entre los principales. Cada uno de estos conceptos tiene implicaciones fiscales distintas, especialmente cuando se trata de declarar ingresos gravados y exentos. 

El tratamiento de los ingresos obtenidos fuera del país también requiere atención especial. En una economía globalizada, los ingresos internacionales deben declararse adecuadamente, respetando los acuerdos de doble imposición y las normativas locales. 

En el cierre fiscal, los gastos son tan importantes como los ingresos. La clave para deducir gastos radica en responder a una pregunta básica: ¿este gasto contribuyó a generar o mejorar los ingresos gravados? Si la respuesta es afirmativa, el gasto pasa el primer filtro, para su deducibilidad.

Sin embargo, cumplir con este criterio no es suficiente. Los gastos también deben cumplir con requisitos adicionales, como contar con facturas válidas, respetar las reglas de bancarización, y estar registrados dentro del periodo fiscal correspondiente, entre otros. Además, existen límites normativos específicos que deben revisarse cuidadosamente para evitar sanciones. 

Otro tema no menor, es la correcta gestión de los activos es otro pilar del cierre fiscal. Aspectos como el registro inicial, la depreciación y los revalúos deben manejarse estratégicamente para reflejar el valor real de los activos y optimizar su impacto fiscal. 

En el caso de inventarios, es fundamental determinar el tipo de registro (permanente o periódico) y analizar situaciones como pérdidas o mermas. Una correcta determinación del costo de ventas, basada en el tipo de inventario, puede marcar la diferencia entre un cierre fiscal eficiente y uno problemático. 

Las empresas fantasma son un riesgo para el sistema, el uso de estas es un problema que afecta gravemente al sistema tributario. Estas prácticas fraudulentas no solo generan pérdidas para el Estado, sino que también exponen a las empresas a sanciones severas. Evitar el uso de proveedores no confiables es una responsabilidad que recae tanto en las empresas como en los auditores y consultores tributarios. 

La Nómina: Justicia y Administración Correcta, en muchos sectores, la nómina representa uno de los gastos más significativos. Una administración adecuada no solo garantiza el cumplimiento tributario, sino que también promueve la equidad y la justicia laboral. Esto incluye aspectos como la correcta aplicación de retenciones, beneficios sociales y provisiones para jubilación patronal. 

El 2024 ha sido un año lleno de desafíos económicos, y las cuentas por cobrar no son la excepción. Identificar y gestionar cuentas incobrables es esencial para minimizar su impacto financiero y tributario. Las empresas deben asegurarse de cumplir con los requisitos legales para deducir estas pérdidas y evitar problemas fiscales adicionales. 

En un entorno de comercio globalizado, el análisis de precios de transferencia ha cobrado una importancia crucial. Las empresas que operan con partes relacionadas deben garantizar que sus transacciones cumplan con los principios de plena competencia, utilizando información comparativa confiable y de calidad internacional. Un error en este análisis puede resultar en ajustes significativos y sanciones severas. 

El cierre fiscal incluye también temas complejos como el tratamiento de activos biológicos, impuestos diferidos, y la depreciación acelerada, otros aun mas complejos. En los últimos años, el tratamiento de la jubilación patronal ha sufrido múltiples cambios, lo que exige una constante actualización de conocimientos para su correcta aplicación. 

Además, las deducciones adicionales, diseñadas para estimular comportamientos económicos específicos, deben aprovecharse estratégicamente como parte de una planificación fiscal integral. 

Lograr un cierre fiscal eficiente y estratégico exige mucho más que el simple cumplimiento normativo. Requiere planificación proactiva, un análisis detallado y el aprovechamiento inteligente de los beneficios fiscales disponibles. Este proceso demanda profesionales altamente capacitados, asesoría especializada y un compromiso permanente con la actualización normativa tanto a nivel local como internacional. 

En un entorno económico tan desafiante como el de 2024, un cierre fiscal bien ejecutado no solo garantiza el cumplimiento legal, sino que también se convierte en una herramienta indispensable para fortalecer la estabilidad financiera, optimizar recursos y aumentar la competitividad empresarial. 

Si bien la complejidad del proceso no debe subestimarse, con la preparación adecuada, las empresas pueden transformar este reto en una oportunidad para mejorar su desempeño financiero y tributario. Alcanzar resultados eficientes no es un logro inmediato; es el resultado de un trabajo constante y estratégico durante todo el año. Con una correcta aplicación de las normativas y una visión clara, las empresas pueden posicionarse de manera más sólida y preparada para enfrentar las complejidades del entorno económico actual.  (O)

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