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La circunstancia que el proyecto de Ley de Inversiones haya fracasado por falta de apoyo de la Asamblea Nacional, estaba dentro del pronóstico de modo que toca trabajar con la ley vigente de Alianzas Público Privadas, APPs, y su reglamento, el Código Orgánico de la Producción reformado y demás instrumentos legales aplicables.

04 Mayo de 2022 14.37

Promediando el primer año de Gobierno del presidente Guillermo Lasso, su plan de 30 mil millones de dólares de inversiones, como factor clave de la reactivación económica postpandemia, se mantiene en compás de espera. Si finalmente comienza en su segundo año de mandato es casi seguro que esa ambiciosa meta tendrá que ser reajustada, debido a que se ejecutará en un trienio, no en un cuatrienio.

El ciclo de aprendizaje de la Administración como la normal lentitud burocrática es la causa de esta demora, a pesar de subsiste el optimismo de los actores económicos. Sin embargo, hay el riesgo de que el interés decaiga si no hay señales de una activación de la oferta pública que incluye a los sectores de petróleo y gas, minería, energía hidroeléctrica y no convencional, así como obras de infraestructura, incluido el concesionamiento de carreteras.

La circunstancia que el proyecto de Ley de Inversiones haya fracasado por falta de apoyo de la Asamblea Nacional, estaba dentro del pronóstico de modo que toca trabajar con la ley vigente de Alianzas Público Privadas, APPs, y su reglamento, el Código Orgánico de la Producción reformado y demás instrumentos legales aplicables.

El secretario técnico de Asociaciones Público-Privadas y Gestión Delegada, Roberto Salas Guzmán, reconoció que ha tomado tiempo pero que todo está listo para avanzar con los múltiples proyectos que estuvieron en el portafolio del Ecuador Summit de noviembre 2021. Está consciente, según admitió, que el proceso está a prueba y necesita ir ganando la credibilidad de las contrapartes privadas. 

Hay proyectos emblemáticos que pueden servir para darle el empujón al Plan de Inversiones, venciendo la inercia que lo mantiene parado.

Uno de ellos es la refinería de alta conversión de Esmeraldas cuyo objetivo es trasformar en derivados ligeros y de calidad los 55 mil barriles diarios de residuo o fuel oil que se venden a pérdida. Este déficit de producción de gasolinas y diésel obliga a su importación a precios altos para luego mezclarlos con sus semejantes de producción local, cuyo resultado es el combustible de baja calidad que se comercializa en el país. El actual sistema significa una pérdida anual de más de 300 millones de dólares al año, monto que serviría para la amortización del proyecto estimado de 2.5 billones de dólares, incluidos 500 como pago en adelanto al Estado. El proceso que avanzó en el anterior Gobierno esta a la espera de ser reanudado. 

El compromiso del gerente general de Petroecuador Ítalo Cedeño de duplicar la producción petrolera a un millón de barriles en cinco años, de modo propio ha reactivado el sector hidrocarburífero, con proyectos prioritarios como la captura del gas que se viene quemando en 300 llameros dispersos en el Oriente, equivalentes a 18 mil barriles diarios, o la reapertura de un millar de pozos cerrados, empezando por el centenar que resulta más atractivo. En ambos casos, la respuesta de interés del sector privado ha sido manifiesta. 

Otro proyecto, es el relacionado a la modernización de la red ferroviaria a lo largo de 600 kilómetros que podría incluir ramales a los puertos de Esmeraldas, Manta y Puerto Bolívar, con una inversión de 2.5 billones. La secretaría de APPs y el MTOP están por contratar un estudio de factibilidad que permita definir los términos de referencia para convocar a la licitación respectiva antes de fin de año. Hasta donde se conoce hay grupos interesados de Estados Unidos, Alemania, Rusia, China y Perú. Su sostenibilidad económica dependería del servicio de carga, principalmente aquella relacionada a la producción minera. Para Ecuador disponer de trenes del primer mundo sería un avance logístico gigantesco.

Respecto al concesionamiento de carreteras está previsto hacerlo en vías como: Manta-Quevedo; Loja-Catamayo; La Cadena-Montecristi; a más del Viaducto Sur o Quinto Puente. Lo cierto es que el MTOP no parece tener un esquema factible y su reciente convocatoria abierta a los interesados en esta última, resultó un fracaso. Con esto son ocho a nueve años de frustración por la falta de ejecución de una obra transformadora para Guayaquil y el Austro ecuatoriano. Tal vez es momento de considerar una nueva entidad responsable, más aplicada, que podría ser la prefectura del Guayas. (O)

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