Prohibido innovar en el Ecuador
Los empresarios y emprendedores que tienen la libertad de poder invertir en innovación deben hacerlo ya, no vaya a ser que la Asamblea identifique otro sector que ideológicamente sea peligroso y prohíba que empresarios agroindustriales o turísticos inviertan en emprendedores tecnológicos.

Cuando arrancamos el 2022, junto con los miembros de AEI, nos poníamos como meta del año desarrollar las condiciones para que el Ecuador sea un país fácil para innovar. Desarrollar estas condiciones significa que los emprendedores puedan generar productos o servicios más innovadores, pero también que las empresas ya establecidas puedan ser competitivas en el mundo.

Entonces, definimos los frentes para trabajar: 

  1. Las universidades y las empresas deben conocerse y confiar entre sí para producir innovación desde la investigación aplicada.
  2. El sector empresarial debe acceder a tecnología y aplicar en sus procesos.
  3. Debe existir una normativa que motive a todos a innovar. 

    Como parte del primer esfuerzo, un grupo de empresas que representan el 5% del PIB del país iniciaron un proceso permanente de trabajo junto a universidades que entre todas suman alrededor de 200.000 estudiantes. Promovieron una inmersión a Israel en abril; las empresas han abierto sus necesidades y las universidades han presentado sus capacidades.

    En el frente de promover la inversión en tecnología, varias empresas, junto al Ministerio de Telecomunicaciones y la Cámara de Innovación y Tecnología, han creado el Hub de Innovación Digital. En este espacio interactúan proveedores, empresas que consumen tecnología y el Ministerio busca generar el marco que fomente ese consumo.

    Llegamos a las últimas semanas del año y quedaban pendientes las reformas legales para contar con una mejor normativa. El 14 de diciembre, la Asamblea Nacional prohibió que el sector financiero invierta en innovación abierta para ser más competitivo. No, no leyó mal, prohibió. 

    Pero esta prohibición no fue un error involuntario, pues la propuesta inicial de la Asamblea fue vetada por el Ejecutivo; es decir, se rechazó este artículo, pero con un total de 74 votos se ratificaron y prohibieron al sector financiero invertir en emprendimientos tecnológicos que le ayude a innovar.

    Como en todos los casos, los empresarios y emprendedores deben innovar para ser competitivos y sobrevivir en un mercado global, por lo que los empresarios del sector financiero deberán buscar soluciones que ya estén probadas en otros países y consumir sus servicios, alejándose de los ecuatorianos talentosos que tenían emprendimientos nacientes. 

    Pero ¿qué podemos hacer? 
    Pues, los asambleístas deben reflexionar y aprovechar la siguiente reforma normativa para corregir el error. Los votantes tenemos, en las elecciones seccionales de febrero, una buena oportunidad para reflexionar sobre nuestros representantes y elegir a autoridades locales que dejen de lado sus posiciones ideológicas abstractas y se conecten con la realidad. 

    Las universidades deben seguir acercándose al sector productivo para aplicar todo el talento y conocimiento para la generación de oportunidades que permitan innovar a los emprendedores y empresarios.

    Y los empresarios y emprendedores que tienen la libertad de poder invertir en innovación deben hacerlo ya, no vaya a ser que la Asamblea identifique otro sector que ideológicamente sea peligroso y prohíba que empresarios agroindustriales o turísticos inviertan en emprendedores tecnológicos.

    Ecuador es un país que necesita innovar, necesita financiamiento, necesita que el empresario y el emprendedor trabajen juntos, que podamos conectarnos con mercados globales y que sin importar si nos gusta el partido rojo, naranja, verde, amarillo o azul, al momento de definir políticas públicas, normas e inversiones piensen en la realidad de la gente. (O)