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Dedica un tiempo diario a la lectura compartida con tus hijos, por lo menos 15 minutos. La lectura compartida consiste en que, se lee con el niño y no para el niño, es decir, se genera interés por el texto a través de preguntas que realiza el adulto y que el niño responde, pero no es un asunto de tomar la lección, sino de disfrutar el momento de leer.

21 Abril de 2023 16.16

El 23 de abril se celebra en todo el mundo, el Día del Libro Internacional. Constituye un día simbólico para la literatura mundial porque durante esta fecha en 1616 fallecieron Miguel de Cervantes, William Shakespeare y el Inca Garcilaso de la Vega. Por tanto, la fecha cobra sentido y pretende que todos, y en especial los jóvenes, descubran el placer de la lectura y a valoren las irremplazables contribuciones de aquellos quienes han impulsado el progreso social y cultural de la humanidad. 

Se menciona a los jóvenes, pero realmente el hábito y la competencia lectora debería iniciar desde que los niños se encuentran en su etapa de la infancia. Podría incluso decirse que, desde que nacen al estar dispuestos a comunicarse y a desarrollarse en un ambiente social sus sentidos perciben todo lo que sucede a su alrededor. Perciben a través del oído, el tacto, el gusto y la vista. Imitan gestos del rostro del adulto y se apropian de los sonidos del habla de acuerdo con el contexto en el que se desarrollan. Esto parece poco, pero son grandes pasos que le permiten descubrir el mundo que les rodea. 

Un tema recurrente en nuestro medio es que, leemos poco, un libro completo y dos libros incompletos al año, según la Encuesta de Hábitos Lectores, Prácticas y Consumos Culturales, entonces podemos concluir que, dentro de las preferencias y hábitos de los ecuatorianos no está leer. Nos podríamos quedar con los datos y no hacer nada o, podemos plantear estrategias que fomenten la lectura desde edades tempranas.

Por tanto, aquí planteo algunas ideas para generar el hábito lector en el hogar:

  1. Dedica un tiempo diario a la lectura compartida con tus hijos, por lo menos 15 minutos. La lectura compartida consiste en que, se lee con el niño y no para el niño, es decir, se genera interés por el texto a través de preguntas que realiza el adulto y que el niño responde, pero no es un asunto de tomar la lección, sino de disfrutar el momento de leer. 
  2. Adapta un espacio de tu casa para la lectura, aquí puedes incluir tus textos favoritos y los de tus hijos o incluir un pequeño estante de libros en el cuarto de los pequeños. 
  3. Prioriza la compra de libros, por lo general adquirimos textos por obligación o porque son parte de la lista de útiles escolares, pero ¿te has puesto a pensar que, visitar una librería es un primer paso para fomentar el gusto por la lectura?
  4. Visita bibliotecas infantiles, la Universidad de Las Américas cuenta con una biblioteca infantil donde niños y jóvenes pueden disfrutar del gusto por la lectura.
  5. Permite que, los niños elijan lo que desean leer. 

Me estaba olvidando de una última recomendación, que consiste en simplemente alejarse de los dispositivos móviles y volver al papel, a los textos y al encuentro cálido que genera un buen libro, más si lo compartimos con nuestros hijos.

No necesitamos grandes enciclopedias para iniciar, quizá es todo lo contrario podemos iniciar con textos cortos y del agrado de quienes lo leen. 

Aquí otras recomendaciones para elegir textos:

  • Para los más pequeños de 0-2 años los libros deben poseer texturas, formas, colores e imágenes llamativas, con textos cortos y compuestos de muchas palabras e imágenes para fomentar su vocabulario y, además, permitir que los manipulen e incluso los lleven a la boca.
  • Desde los 3 – 5 años el texto puede ser más amplio, con un vocabulario más complejo y abordar diversos temas, sobre todo aquellos que fomenten el juego imaginativo y simbólico.
  • Desde los 6 -10 años los textos pueden ser leídos por los niños y es entonces donde el abanico de oportunidades se expande y se pueden incluir libros de ciencia, historia, animales, arte, y más.
  • Y desde los 11 en adelante podemos pensar que los jóvenes están listos para deducir y analizar, sacar conclusiones y también descubrir su yo, saber quienes son y qué quieren, por ello, textos en los que se fomenten los ideales es idóneo.

Podemos seguir sorprendiéndonos de lo poco que leemos o tomar la decisión de empezar, de dar los primeros pasos para el cambio y el fomento del hábito lector. Aquí les he dejado algunas ideas. (O)

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