Tu cerebro está programado para alcanzar el éxito, pero es probable que no lo estés usando de la mejor manera. No es tu culpa. Durante años, el discurso empresarial repitió una idea: esforzarse. Aguantar. Desarrollar la resiliencia, entrenar la fortaleza mental y enfrentar situaciones difíciles para salir de la zona de confort.
Sin embargo, pensar que el logro depende de un esfuerzo desmedido te limita. Te impide aprovechar tus ventajas y sacar el máximo provecho de lo que ya sabés. El verdadero secreto del éxito está en el subconsciente. Estos trucos basados en la neurociencia pueden ayudarte a activar ese poder.
Reentrená tu cerebro para alcanzar resultados concretos sin desgastarte
Activá la red neuronal por defecto para liberar el pensamiento creativo
Muchas ideas originales aparecen en la ducha porque se activa la red neuronal por defecto. En ese momento, el subconsciente empieza a procesar todo lo que absorbiste durante el día. Los consejos que ignoraste, las microexpresiones que no registraste, los patrones que no supiste interpretar. Todo eso sigue ahí.
Se cuenta que Thomas Edison, al igual que Salvador Dalí y Albert Einstein, aprovechaba este mecanismo. En vez de apurarse, entraba en ese estado entre la vigilia y el sueño, conocido como hipnagógico. Se recostaba, sostenía una bola de acero y se dejaba llevar hasta que la relajación le abría paso a la creatividad. Cuando la bola caía y el ruido lo despertaba, capturaba esas intuiciones antes de que el sueño profundo las borrara.

Si no encontrás la forma de desconectar, nunca vas a alcanzar el tesoro. Cerrá la computadora portátil. Practicá tu deporte. Caminá con un amigo que te inspire. Cerrá los ojos y recostate —la pelota de acero es opcional—. Organizá tus momentos de descanso con la misma seriedad con la que agendás tus reuniones, y así vas a lograr avances que ni siquiera imaginabas.
Entrená la neuroplasticidad para alcanzar el éxito de manera automática
El cerebro se reestructura con la repetición. Si visualizás el éxito todos los días, tus neuronas se reorganizan para hacerlo posible. Podés automatizarlo actuando como si fuera inevitable.
Si vivís quejándote de lo caro que está todo, tu actitud de escasez va a alejar las oportunidades de generar dinero. Cuando te comportás como alguien sin riqueza, tu propio cerebro termina reforzando esa idea.
Lo contrario también es cierto. Si pagás tus cuentas con gusto y con gratitud por poder hacerlo, te predisponés a recibir. Al asumir la identidad de alguien con riqueza, tu vida empieza a ajustarse a esa condición.
Reducir la presión para actuar y encontrar el flujo
El cortisol nubla el juicio y bloquea la creatividad. Cuando los atletas compiten en los Juegos Olímpicos, su preparación incluye un entrenamiento mental. Buscan llegar sin nervios porque, de lo contrario, su técnica se resiente según el estado de ánimo. El máximo rendimiento aparece en situaciones de fluidez, no en respuestas de lucha o huida.
La paradoja entre el estrés y el éxito es real. No alcanzar lo que se desea genera tensión, pero para lograrlo es necesario relajarse. Hay que dejar de obsesionarse con el resultado, de castigarse cuando no aparecen respuestas y de impacientarse cuando las cifras no crecen mes tras mes.

Podés divertirte ganando dinero, pero también podés divertirte perdiéndolo. Si confiás con calma en que vas a resolverlo, mejor sonreí. Cuando tu jet privado te deje en tu departamento frente a la playa, te vas a preguntar por qué desperdiciaste tanto tiempo en la tristeza.
Usá la neurociencia para alcanzar el éxito sin esfuerzo
Tu cerebro es la mejor herramienta de negocios cuando lo utilizás de manera correcta. Activá la red neuronal por defecto con descansos estratégicos, aprovechá la neuroplasticidad a través de la visualización diaria y evitá la paradoja entre el estrés y el éxito al elegir la fluidez por encima de la fuerza. Las ideas millonarias surgen de cerebros optimizados, no de cerebros agotados.
*Con información de Forbes US.