Desde el estreno de la primera película "Rápidos y Furiosos" en 2001, la franquicia generó más de US$ 7.200 millones en total. Con once entregas hasta hoy, se convirtió en una de las sagas más exitosas, populares y taquilleras del cine.

Por eso, los autos que forman parte de estas historias captan tanto interés y también mueven mucho dinero. ¿Cuánto? Más de siete cifras.

El RX-7 duplicó el récord anterior de US$ 550.000

El último fin de semana, en la subasta de Bonham's en Goodwood, Sussex, Inglaterra, el Mazda RX-7 de 1992 que se usó en Rápidos y Furiosos: Reto Tokio se vendió por más de US$ 1,2 millones. Modificado con un kit de carrocería Veilside Fortune, marcó un nuevo récord para un Mazda de calle, duplicando los US$ 550.000 que pagaron antes por el Toyota Supra 1994 que manejó Paul Walker en la primera película.

Aunque parezca llamativo, no se trata del auto más caro de la saga. Un Nissan Skyline GT-R R34 azul, que Paul Walker manejó en la cuarta entrega de Rápidos y Furiosos, se vendió en 2023 en una subasta de Bonhams por US$ 1,3 millones.

Tokyo Drift no funcionó en los cines, pero sus autos sí

Que un auto usado en Tokyo Drift —la película con peor desempeño de toda la franquicia, con una recaudación total de US$ 157 millones— alcance semejante precio, confirma que la tercera entrega tiene fanáticos fieles y con billetera abultada. A pesar de que casi no aparecen los protagonistas originales y el guion resultó flojo, hay que reconocer que se destacaron las escenas de acrobacias, la calidad visual y la selección de autos: Nissan Silvia, Mitsubishi Lancer Evo IX, Nissan 350Z, Mazda RX-8 y un Ford Mustang Fastback, una de las combinaciones más impactantes de toda la saga.

Aunque Tokyo Drift no alcanzó el mismo éxito que otras películas de la saga, los autos que aparecen en esa entrega resultan imposibles de pasar por alto. Hasta un fan poco experimentado podría identificar la pintura negra con naranja del RX-7 como el vehículo principal de Han Lue, el personaje al que le dio vida el actor Sung Kang en Tokyo Drift. Además, se trata de uno de los dos ejemplares que, según se dice, sobrevivieron al rodaje y terminó vendido por una cifra que superó el millón de dólares. 

La firma japonesa Veilside, especializada en personalizaciones, es reconocida por sus kits aerodinámicos y ganó notoriedad dentro del universo de Rápido y Furioso. Este RX-7 personalizado lleva el kit de carrocería ancha Fortune, que le suma casi 18 centímetros de ancho, junto con un alerón trasero de gran tamaño y generosas entradas de aire laterales. Se mantiene en excelente estado porque se utilizó casi exclusivamente para sesiones de fotos y se manejó muy poco.

Con información de Forbes US.