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Martha  Tufiño y suMascota Quito - Ecuador
Lifestyle
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Un boyero bernés y una Jack Russell son los terapeutas de Martha Tufiño, una ejecutiva con 30 años de trayectoria en el sector asegurador. En 2005 asumió la Dirección General de Equivida y en diciembre de 2021 fue una de las responsables de manejar la fusión con Seguros Equinoccial. Con esta alianza se convirtió en la mayor aseguradora del país.

23 Septiembre de 2022 21.31

"Siempre me han gustado las mascotas; por mi casa han pasado varias generaciones de perros, el último fue Alí, un golden retriever que murió a los 14 años.

"El año de pandemia fue muy duro para nosotros como familia: mi madre falleció y pasamos literalmente encerrados de marzo a agosto, no salimos para nada. Mi hija mayor, Paula, se empeñó en que quería un perro pequeño, empezó a buscar y se enamoró de una jack russell; además, Nicolás, mi segundo hijo, quería un boyero bernés. Con mi esposo conversamos y decidimos que estábamos listos. Así llegaron Cleopatra y Vitorino Martín a nuestras vidas.

"Cleo, así le decimos de cariño, llegó en agosto; era una miniatura, literalmente entraba en la palma de mi mano. Recuerdo que, cuando la recogimos, nos la entregaron en una caja de kleenex, solo se le veían los ojos, era una preciosura. Entre los cuatro nos pusimos a barajar nombres y nos encantó Cleopatra; ahora estoy segura de que le queda como anillo al dedo, porque ella nos pone en orden a todos.

"Un mes después, en septiembre, una amiga de mi hijo le contó que su perro había sido papá y que tenía un cachorro boyero bernés. La verdad no fue muy difícil convencernos, porque siempre nos han gustado los perros grandes y esa raza nos llamaba mucho la atención.

Martha  Tufiño y suMascota Quito - Ecuador
Martha Tufiño y sus mascotas, Vitorino Martín y Cleo. Fotos: Pavel Calahorrano.

"A sus cuatro meses era una bola de pelos negros con una mancha blanca en la cara; medía el triple que Cleo, pero nunca le hizo daño, juegan mucho juntos pese a la diferencia, de raza, sexo, tamaño y fuerzas. El nombre Vitorino Martín lo puso mi hijo por una ganadería de toros bravos española, pues a él le encanta la lidia de toros.

"Entre semana, antes de salir a trabajar, siempre juego un rato con ellos en el jardín y los fines de semana salimos a caminar junto con mi esposo. Cleo es dinamita pura, no se cansa; luego de caminar una hora regresamos todos agotados y ella corre a buscar su pelota para jugar, es muy activa, todo lo contrario de Vitorino. Él es dulzura pura. En su tamaño, lo único que busca es que le mimes, le acaricies y le tomes en cuenta. Le encanta abrazarte, a veces me hace perder el equilibrio (risas). 

"Es muy especial, como que siempre quiere estar pegado a uno. Pese a su tamaño y a ser un perro de trabajo, busca protección. Cuando dejo de acariciarle, me coge y aprieta la mano para que siga; si estoy sentada, se enrosca en mis piernas, es mi osito. Los dos son muy consentidos. Cleo manda en la casa, ella es la dominante. Cuando Vitorino está molestoso, se le cuelga de la oreja para llamarle la atención. Ella nos marca el paso a todos.

"Durante mi trayectoria profesional, los perros me han enseñado a ver las cosas de una manera distinta. Me ayudan a desestresarme, a tener paciencia, son mi mejor psicólogo, yo les cuento mis problemas, alegrías y tristezas; ellos me escuchan atentos y no le dicen a nadie.

“Los dos han llenado nuestra vida, ahora que los hijos estudian en el exterior, son mi compañía, me cuidan y siempre están pendientes de mis movimientos. Son una bendición en nuestra vida”. (I)

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