Forbes Ecuador
María José Peñaherrera Vale
Movimiento Inspirador

Es ecuatoriana, tiene 30 años y es la manager del laboratorio de investigación de la Universidad del Este de Londres

Daniela Segovia Velasteguí

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María José Peñaherrera estudió Psicología Clínica en la Universidad del Azuay. Tiene 30 años y trabaja con 18 personas, entre estudiantes de PHD, posdoctorantes y pasantes, en el Baby Development Lab de la Universidad del Este de Londres. Salió del país en 2021 y espera regresar para continuar con su trabajo a favor del desarrollo de niños, niñas y adolescentes.

30 Mayo de 2024 10.25

Esta ecuatoriana cree firmemente que los entornos en los que crecemos hacen la diferencia en quiénes llegamos a ser. Por esta razón, es una de las profesionales que está estudiando estos comportamientos con el fin de contribuir con cambios reales en las políticas públicas.  María José Peñaherrera asegura que ahora está donde siempre ha querido. Es la manager del laboratorio de investigación, Baby Development Lab, de la Universidad del Este de Londres. Tiene 30 años y salió de su nativa Cuenca hace tres años, para embarcarse en un viaje de estudios que se ha convertido en una de sus mayores experiencias profesionales.

Su mamá es educadora y siempre pensó que la vida le iba a llevar por ese camino. Desde los 11 años trabajó animando fiestas infantiles y sabía que quería estudiar algo relacionado con niños y niñas. Peñaherrera encontró en la Psicología Clínica la oportunidad de abrir la mente y el pensamiento. En la Universidad del Azuay no solo se preparó en esta área de estudio, sino que se involucró en el consejo universitario. “Me enamoré de la política. Me gusta mucho tener voz y estar en puestos de liderazgo para generar un impacto en mi entorno”.

Pocos meses antes de obtener su título abrió un centro, con unas colegas psicopedagogas, para brindar apoyo de calidad a precios accesibles. “No es un secreto para nadie que acceder a salud mental de calidad en Ecuador está muy limitado para quienes pueden pagarlo”. CEDIMA funcionó por cuatro años y tenía un enfoque multidisciplinario, desde estimulación temprana, control de tareas, hasta rehabilitación y terapia de lenguaje.

Al mismo tiempo trabajaba como ayudante de investigación en la Universidad de Cuenca. Esa fue una de las razones por las que el centro dejó de funcionar. “Cada una aspiraba a progresar en su carrera dentro de la Academia. Comencé como voluntaria, luego trabajaba medio tiempo y al final me ofrecieron un contrato a tiempo completo”. Peñaherrera es apasionada por la investigación y su ímpetu por mejorar la llevaron a buscar una maestría en el exterior.

Canadá fue una de sus opciones, pero fue admitida en la Universidad de Londres, Inglaterra. “Sabía que mi camino eran las neurociencias y el comportamiento del cerebro desde el tema cognitivo. Ingresé al Birkbeck College para estudiar Neurociencia Cognitiva en Neuropsicología. Los niños me inspiran profundamente, estudio por y para ellos”. Mientras cursaba su maestría, esta cuencana aplicó a una pasantía en el laboratorio de la Universidad del Este de Londres, conocido por sus investigaciones a favor del desarrollo de niños y adolescentes. La pasantía se convirtió en un trabajo a tiempo completo y hoy es su manager. Asumió este puesto en octubre de 2023 y está encargada de temas administrativos, de organización y de comunicación. Además, ha adquirido experiencia en la recopilación y análisis de datos en bebés y niños mediante electroencefalografía (EEG), registros fisiológicos y "eye-tracking".

De acuerdo con Peñaherrera, en el laboratorio hay 18 personas, entre estudiantes de PHD, posdoctorantes y pasantes. Actualmente, tienen varios proyectos relacionados con la neuroimagen y el comportamiento. Por ejemplo, están analizando los diferentes indicadores de estrés que tienen los estudiantes, expuestos a distintos ambientes. Es decir, cómo aprenden los niños cuando están al aire libre, en un ambiente mixto o en un aula”.

Es la única latina que trabaja en este laboratorio y asegura que están haciendo cosas diferentes. “Es un espacio que regresa a ver a las minorías culturales y se sale mucho de las típicas investigaciones, que suelen estar muy alejadas del día a día de un bebé. Salimos de los ambientes controlados e incluso visitamos sus viviendas”.  Es una mujer entusiasta y cuenta, con mucho anhelo, lo que están haciendo al otro lado del Atlántico. Su meta es realizar su PHD y regresar a Ecuador. “Ya llevo tres años y cada vez me convenzo de que debo regresar a mi país. Quiero poner el hombro y aportar con todo lo que estoy aprendiendo. Tenemos muchas cosas por hacer y la salud mental es un tema urgente en Ecuador”.

Peñaherrera explica que está consciente de los privilegios que ha tenido, pero eso le motiva a seguir estudiando. Como anécdota nos cuenta que pensó que, al llegar, iba a tener que igualarse mucho para estar al nivel de sus compañeros. ¡Se equivocó! “Esa brecha no es tan grande, tuve una gran educación en Ecuador y he contado con el apoyo de fantásticos profesionales, que en su mayoría han sido mujeres”.

Para cuidar de su salud mental pinta y también busca un equilibrio entre el trabajo y su vida privada. Su mayor consejo: “Nunca duden en tocar una puerta o mandar un correo electrónico, eso puede cambiar por completo su vida”. (I)

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