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Carlos Zambrano y su esposa Quito - Ecuador
Negocios

Así fue el plan que siguió esta pareja para llevar malanga amazónica a Walmart

Daniela García

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Los esposos Carlos Zambrano y Angélica Almeida unieron esfuerzos para dedicarse a producir un tubérculo cuyo consumo no es común en Ecuador, pero sí en otras partes del mundo. La malanga, o también conocida como papa china, se convirtió en el vegetal que les permitió facturar más de US $ 5 millones el año pasado.

22 Enero de 2024 09.36

Para serles sincera, nunca antes había escuchado sobre la malanga. Cuando Carlos Zambrano me contactó para hablar sobre su empresa, se aclararon todas mis dudas sobre este producto que crece en la región amazónica y que no es común consumirlo en el país, aunque es cotizado para la exportación. 

La semilla de la malanga llegó a Ecuador hace, más o menos, 30 años, según Zambrano. Vino desde Costa Rica, a sembrarse en las tierras de la costa ecuatoriana y después en las provincias de Sucumbíos y Orellana, en la Amazonía. Su color es marrón y su textura interna es blanca o amarilla. Una vez cocinada, tiene un sabor un poco dulce y una textura muy similar a la papa y la yuca.

Carlos Zambrano y su esposa Angélica Almeida se conocieron en el 2009 en la universidad; eran dirigentes estudiantiles en Manabí. Desde allí empieza su historia: formaron una familia y así nació la necesidad de brindarles a sus hijos un futuro distinto. 

Carlos tiene un hermano que los introdujo al mundo de la malanga. “Él ya estaba involucrado en la compra del tubérculo. Nos mostró todo y decidimos entrar a una sociedad en donde -en un inicio- invertimos US$ 5.000. Lamentablemente, quebramos y nos separamos de eso”, recuerda Angélica. Sin embargo, este acercamiento les permitió conocer la logística y tratamiento que suponía dedicarse a este negocio. 

En 2010, esta pareja decidió empezar desde cero y mudarse a la Joya de los Sachas, en Orellana. “El cambio fue duro. Dejar a nuestras familias y amigos. Migramos a una cultura totalmente diferente y nos establecimos con nuestros hijos durante dos años”, comenta Almeida. En un comienzo, su giro de negocio se basó en la compra de malanga a productores de la Amazonía para procesarla, lavarla y venderla a los exportadores. En ese periodo, invirtieron US $10.000. 

Luego, fundaron su empresa llamada Amazon Fruit Ecuador y crearon un centro de acopio “básico y sencillo” en El Carmen, Manabí. Carlos y Angélica consiguieron estrechar lazos con sus clientes más importantes y quienes ahora también son sus socios estratégicos. “Nuestro producto comenzó a llegar bien a Estados Unidos. Durabilidad y calidad fue lo que nos hizo marcar mucho la diferencia”, asegura Zambrano.

En dos años más, pasaron a otro nivel. “Decidimos llevar esto a otra magnitud. Sobre todo gracias a Angélica, una mujer muy visionaria, capaz de llegar a esto y cambiar una mentalidad muy conformista”, afirma Carlos. Estas son las palabras que usó para describir a su esposa, quien lo impulsó a fortalecer lo que hoy tienen y construyeron con mucho esfuerzo. 

El objetivo de estos emprendedores siempre fue sembrar y convertirse en productores. Tenían el conocimiento y el mercado escogido, así que en 2016 iniciaron con la cosecha de malanga. En el primer año de siembra, la empresa invirtió cerca de US$ 100.000. “La malanga comenzó a cosecharse en Santo Domingo de los Tsáchilas hace mucho tiempo. Pero nada brinda tantas bondades con la zona del oriente”, resalta Carlos. 

El mercado ecuatoriano en producción de malanga reúne a pocas empresas, “no más de cinco”, según Almeida. Sobre todo aquellas que cuenten con la cadena de valor completa; es decir, desde la cosecha hasta la exportación. Entre ellas, está Amazon Fruit Ecuador. Es importante mencionar que, en 2021, las exportaciones de esta fruta llegaron a los US$ 44 millones, con un crecimiento promedio del 16%. Lo que la posicionó en el puesto número 7 de los 10 superfoods que tiene Ecuador, de acuerdo a la Federación Ecuatoriana de Exportadores. 

En ese contexto, Zambrano dice que “para llegar al extranjero, y sobre todo a un supermercado, debemos cumplir con una planta que tenga todas las certificaciones que garanticen la seguridad alimentaria de nuestro producto y así lo hicimos”.

El punto de acopio y la planta de procesamiento de la malanga tuvieron una evolución que les tomó alrededor de cinco años. Tiene 1.500 metros cuadrados de construcción y tuvo una inversión de alrededor de US $300.000. Hoy en día, cumple con altos estándares de calidad que han permitido que reciba certificaciones internacionales que garanticen y validen la categoría del producto. 

El equipamiento de la planta les abrió las puertas a otro objetivo. Esta pareja apuntó a que su producto llegue a una de las empresas minoristas más grande del mundo: Walmart. “Estamos actualmente certificándonos en responsabilidad social con colaboradores y medio ambiente para que en mayo ya podamos estar en las perchas de Walmart”, confirmó Angélica. 

Este es uno de sus grandes planes para el 2024, lo que implicaría que sus ventas se dupliquen y la producción aumente, algo que es parte de sus proyecciones. Amazon Fruit Ecuador cerró sus ventas el año pasado en US $ 5,3 millones y tuvo una producción de 12.000 cajas mensuales. 

Además, otro proyecto que está en planes de ejecución es inmiscuirse en el mundo de la agroindustria. “Queremos utilizar nuestro propio descarte para producir alimentos que contengan malanga y sean exportables”, añade Almeida. 

El discurso que llevan grabado en su mente es el que no arriesga, no gana. Esta pareja quería comerse el mundo y cambiar su realidad. Que sus hijos tengan una excelente educación y que aprendieran de ellos e ir más allá, ese es su legado. “Ellos quieren ser más grandes que sus pares”. (I)

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