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Jacqueline Novogratz y Acumen
Negocios

La firma de riesgo que recaudó US$ 250 millones para llevar energía solar a 70 millones de personas en África

Christopher Helman

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La apuesta busca activar negocios sostenibles en rincones ignorados por el capital tradicional. Con modelos híbridos de financiamiento, la iniciativa apunta a conectar a millones en África con soluciones fuera del sistema convencional.

30 Septiembre de 2025 09.55

El hogar estadounidense promedio consume 11.000 kilovatios-hora de energía por año. Sin embargo, en todo el mundo, 500 millones de personas todavía viven sin acceso a electricidad. La situación es especialmente crítica en el África subsahariana, donde, según el Banco Mundial, solo el 16 % de los habitantes de Malawi, el 22 % de Burkina Faso y el 36 % de Sierra Leona pueden encender la luz en sus casas.

Hace dos años, Jacqueline Novogratz y su firma de capital de riesgo, Acumen, lanzaron la Iniciativa Hardest-to-Reach, un proyecto que busca llevar electricidad a 70 millones de personas en el África subsahariana, principalmente a través de energía solar fuera de la red.

Hoy, Acumen anunció que recaudó casi US$ 250 millones para esta iniciativa, con aportes de un consorcio internacional de inversores. Entre los que apoyan el proyecto están el Fondo Verde para el Clima, la CFI, el Banco Shinhan, el Fondo Nórdico de Desarrollo y el Fondo Soros para el Desarrollo Económico.

"Para catalizar nuevos mercados que no existen, como en Malawi, donde no hay inversores, se necesita capital respaldado filantrópicamente", dice Novogratz, de 64 años, quien lideró a Acumen en la implementación de unos US$ 340 millones durante 24 años.

La apuesta no es menor. Entre las inversiones recientes de Acumen se cuentan US$ 2 millones destinados a la startup malauí Yellow, que comercializa lámparas solares; US$ 1,25 millones para RDG Collective, un proveedor zambiano de energía solar para el hogar; y US$ 1 millón para financiar sistemas solares compatibles con la sharia a través de KIMS Microfinance en Somalia, un país donde apenas la mitad de la población tiene acceso a electricidad.

Captura de pantalla del 23/09/2025 a las 6:26.50
Construcción de sistemas solares con amarillo en Malawi.
 

Del total recaudado por Acumen, cerca de US$ 200 millones se destinarán a H2R Amplify, una línea que proporciona capital de crecimiento, principalmente a través de préstamos con condiciones que vinculan el reembolso al impacto social. Los otros US$ 60 millones irán a H2R Catalyze, un mecanismo para el desarrollo del mercado que combina capital, deuda, subsidios y asistencia técnica.

Según Novogratz, estas alternativas flexibles resultan clave en este momento, sobre todo después de que la administración de Donald Trump eliminara este año el financiamiento de USAID. "Fue un gran poder blando", afirma, y advierte que el retiro de la ayuda exterior estadounidense deja un vacío difícil de llenar. "Este es el momento de construir los nuevos modelos financieros del mundo posayuda".

Algunos inversores de Acumen que participan en los tramos más riesgosos, como el Fondo Nórdico de Desarrollo, ni siquiera esperan recuperar su capital. Pero en vez de limitarse a entregar ayudas, Novogratz insiste en que "es evidente que los modelos de inversión son la solución adecuada" para impulsar un ecosistema emprendedor.

Una de las lecciones que Novogratz aprendió en estas dos décadas recorriendo el mundo en busca de emprendedores con visión y convicción es que los mercados verdaderamente libres son raros. "Cuando sos joven y creés que vas a cambiar el mundo, nadie te dice que trabajás en mercados de pobres, que son economías políticas, no economías de mercado", afirma. En esas regiones difíciles de alcanzar, muchas veces no son los consumidores quienes definen qué prospera, sino que eligen los ganadores actores como USAID, organizaciones no gubernamentales, el crimen organizado o las iglesias.

Novogratz admira a quienes logran emprender en contextos así. Menciona el caso de Jawad Aslam, un ex becario de Acumen en Pakistán, que empezó a trabajar con su equipo en 2008. Se dedicó a ofrecer viviendas para personas de bajos ingresos y hoy dirige Ansaar Management Company, una empresa rentable que construyó miles de unidades habitacionales para ese segmento de la población.

"Han aprendido que si sos lo suficientemente inteligente y valiente, y te mantenés en el juego, ganás y se produce el cambio", asegura Novogratz.

 

Nota publicada en Forbes US.


 

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