Constituyente, ¿de a de veras?
En noviembre seremos consultados si conviene o no una nueva Constitución. Emergen los escépticos, los amargados, los expertos. Opciones: propuesta renovada o texto vigente de Montecristi.

El camino a la convocatoria de la Constituyente resultó tortuoso. Noboa apostó todo cruzando algunas líneas rojas. Ignoró a la Corte Constitucional (CC) y después, cuando ella buscó mejoras en lugar de bloqueos, ajustó los textos sin chistar... Los errores cometidos por la Presidencia revelan la debilidad de su equipo asesor. Revelan también una CC politizada, alineada en parte con la oposición. Nueve magistrados no elegidos, con pretensiones de poder omnímodo. ¿Nuevo espacio de disputa? 

El momento para formalizar la consulta, no pudo ser peor. El incidente mayor: fin de los subsidios al diésel, con intentos previos fallidos. Posible exigencia del FMI que afecta sin duda a los pulpos del contrabando, la minería ilegal, el transporte. Efectos previsibles en el costo de la vida y los pasajes del transporte, punto siempre neurálgico. Multiplicación de compensaciones y bonos del gobierno con cierto tufo a clientelismo.

El nudo mayor es el paro nacional de la CONAIE, al que han adherido convencidos y oportunistas. Los encapuchados, de origen incierto, han vuelto aparecer multiplicando las violencias. Las expresiones sociales dejaron de ser pacíficas y la represión se endureció. Hasta ahora, se registra un muerto, decenas de heridos en los dos bandos, policías secuestrados y cerca de 50 detenidos. Los focos de protesta, son pocos pero intransigentes. Hablan a nombre de toda la ciudadanía -craso error-, se pronuncian por el NO en la consulta y excluyen el diálogo...

A pesar de todos los avatares, la consulta se viene. Para instalar o no una Asamblea Constituyente. Con 80 asambleístas y con la misión de redactar la Carta Magna número 21. El proceso es enredado y largo en caso de ganar el SÍ: elección de legisladores constituyentes, elaboración de la Carta Magna, aprobación popular. Viviremos en "estado elección" dos años más.

Sobre la consulta ya se evidencian posiciones irreconciliables. La Revolución Ciudadana, la CONAIE y el frente sindical, niegan toda posibilidad de cambio. Ratifican la Constitución de Montecristi y promocionan el NO. El resto de la ciudadanía, fragmentada en muchos frentes, por ahora guarda silencio. Existe sí, un sector que culpa de muchos males a la Constitución 2.008 del Correísmo, y apuesta por su derogatoria y superación.

La propaganda por el SÍ y por el NO se ha iniciado. La sociedad clama por abrir y elevar el nivel del debate. Y por encontrar algunos acuerdos esenciales como país, que hoy parecen imposibles. Clama también por combatir la noticia falsa. Aquella que, por ejemplo, asegura que se suprimirán todos los derechos. 

Peligros y posibilidades

Los riesgos acechan. El primero es confundir a la Constitución como la solución a todos los males. Equivocación que puede costarnos caro. La Constitución no suspende los deberes actuales frente a los problemas. No es receta ni reglamento; no es ni himno ni catecismo; no es refundación el país. Es ordenador, sueño, destino, lineamientos esenciales. Potenciación y rediseño de lo mejor que hemos construido.

Mencionamos tres riesgos adicionales. Uno, utilizar la Constitución como estrategia de desquite, de ajuste de cuentas. Dos, trabajarla con dedicatoria para determinado sector de dentro o fuera del gobierno. Tres, mantenerse en la epidermis de los problemas. Si algo de esto sucede, habremos perdido todos.

Los temas a debatir son múltiples y de alto voltaje. Es imprescindible llenarlos de contenido, no de propaganda. En un primer sobrevuelo, se visualizan 4 paquetes de temas : seguridad y justicia, ordenamiento institucional y gobernanza, derechos sociales, desarrollo económico. 

En el tema de seguridad y justicia, sobresale el enfoque de seguridad en las nuevas condiciones de la criminalidad, y la reforma al sistema judicial. En el tema institucional, los poderes y funciones del estado (el Consejo de Participación en especial), pesos y contrapesos, limitaciones de la Corte Constitucional, prevención de la corrupción... 

En el tema de derechos, nueva concepción y aplicación, que incluye los derechos para todos sin privilegios y los derechos de la naturaleza; salud y educación, seguridad social. Y en el tema económico, inversión, sectores estratégicos, rol del estado y la empresa, mercados internacionales... 

Seguramente faltan temas y relaciones, pero se irán completando en las próximas semanas. Lo esencial será abordarlos con enfoque de sistema y no de elementos sueltos. Y de largo plazo, no de urgencias coyunturales. Una Constituyente de a de veras, debe abordar el modelo de desarrollo del país. Nuestra identidad para hoy y para las nuevas generaciones. Desde los mejores aciertos, hacia los nuevos sueños que merecemos como nación. (O)