El edadismo (I)
En 2021, la Organización Mundial de la Salud emite el Global report on agaism; traducido Informe mundial sobre el edadismo. Inicia por entender al fenómeno como los estereotipos, los prejuicios y la discriminación hacia las personas en atención a su edad, catalogándolo de manifestación social polifacética. Al analizar su naturaleza, refiere a los primeros en el sentido de "cómo pensamos"; a los segundos, en relación con "cómo nos sentimos". A la segregación la reseña a título de "cómo actuamos" respecto de la edad del hombre. Bregar contra el "edadismo" es una obligación de los individuos -de cualquier edad-, pero también de los estados a través de sus regímenes normativos e institucionales, y de la sociedad como un todo. Abordemos el tema en función de lo expuesto por la OMS. Según el Informe, la dimensión edadista resumida en el párrafo anterior está complementada fácticamente por dos formas de expresión. Una explícita, en que la persona de manera consciente asume a su edad como limitante para tal o cual exposición vivencial: estoy muy vieja para aprender, para emprender en nuevos propósitos, para seguir proyectándome en el mundo. Quienes menos amor propio revelan llegan al extremo de sostener ser "muy viejos para el sexo... ya superé la edad de apetito erótico". ¡Penosa postura de amargura! Reviste mayor amenaza cuando la sociedad en su conjunto adopta similar actitud frente a los actores mayores. Se da, entonces, un círculo vicioso que ubica al ciudadano de la "tercera edad" -término de hecho peyorativo y vejatorio, al margen de los "beneficios" legislativos que trae consigo- en una categoría de desventaja frente a los "jóvenes". La segunda es implícita, de naturaleza inconsciente y conlleva preferir tácitamente a la juventud. Es una proyección personal e institucional de edadismo harto inconveniente para el desarrollo social. Es identificable en cualquier revelación tendiente a desacreditar a la edad madura. La asume en sinónimo de caducidad de la habilidad -que sí la tendría la mocedad- para innovar, para renovar y para transformar aquello que la poseería en exclusiva la edad no avanzada... lamentable error. De allí que los "grandes" estamos convocados a mantenernos actualizados, so pena de ser rebasados por la juventud que considera a la menor edad como un "plus" a su favor. El edadismo genera graves consecuencias socioeconómicas, que repercuten negativamente en el desarrollo integral de las naciones. Es imprescindible la oportuna reacción social contra costumbres y hábitos edadistas. La comunidad está compelida a poner coto a toda y cualquier insinuación menospreciativa de la edad. El documento de la OMS revela que el edadismo reduce la calidad de vida de los adultos mayores, aumenta su aislamiento social, restringe la capacidad de expresar su sexualidad, e incrementa el riesgo de violencia y abuso contra las personas mayores. Al propio tiempo -y ello es igual de dañino- puede reducir el compromiso de los jóvenes con la sociedad, según la Organización. Por tradición, los países asiáticos, en especial Japón, son los menos edadistas del orbe. Edadismo emblemático fue lo acaecido en Ecuador durante la pandemia del Covid-19. Referimos a las deshonrosas acciones en contra de los "viejos". Abusando de un régimen normativo expedido por presión impresentable de ciertos empresarios, trabajadores cercanos a su edad de jubilación patronal fueron despedidos inobservando sus derechos laborales y humanos. Se lo hizo con pretextos económicos solo justificables por quienes apelaron a ellos. Tales empleadores obtuvieron beneficios bochornosos. En materia de salud, a porciones de ciudadanos en edad avanzada, los centros médicos negaron atención para dar preferencia a jóvenes. Lo hicieron con el argumento inhumano de que las probabilidades de sobrevivencia de los primeros eran menores. Las cosas deben ser dichas como son y no como pintan... más cuando están involucrados derechos humanos. La Fundación española "La Caixa", en 2023, publica el Glosario sobre edadismo. En su presentación señala derivarse de la campaña No soy tu abuelo (2022), lanzada con motivo del Día Mundial de Toma de Conciencia de Abuso y Maltrato en la Vejez. Divide a las alocuciones en tres categorías reflejantes de edadismo. Primero, la "infantilización o baby talk", que incluye términos tales como viejito/abuelito, nuestros mayores y son como niños. Segundo, la "despersonalización": tercera edad, son vulnerables, dependiente, senil, está gagá, son olvidadizos, cosas de la edad, están solos, loro viejo no aprende a hablar, eres un agonías, achaques de la edad. Tercero, la "deshumanización": momia, dinosaurio, aparcamiento de viejos, ya tienes una edad, ya lo has hecho todo, abuela canguro, cacatúa, viejo verde, dan lástima, son una carga, contar batallitas. En todas sus manifestaciones, el edadismo es ofensivo y debe ser rechazado. La edad en sus distintas etapas está llamada a ser asumida y vivida con dignidad... y respetada.

En 2021, la Organización Mundial de la Salud emite el Global report on agaism; traducido Informe mundial sobre el edadismo. Inicia por entender al fenómeno como los estereotipos, los prejuicios y la discriminación hacia las personas en atención a su edad, catalogándolo de manifestación social polifacética. Al analizar su naturaleza, refiere a los primeros en el sentido de "cómo pensamos"; a los segundos, en relación con "cómo nos sentimos". A la segregación la reseña a título de "cómo actuamos" respecto de la edad del hombre. Bregar contra el "edadismo" es una obligación de los individuos -de cualquier edad-, pero también de los estados a través de sus regímenes normativos e institucionales, y de la sociedad como un todo. Abordemos el tema en función de lo expuesto por la OMS.

Según el Informe, la dimensión edadista resumida en el párrafo anterior está complementada fácticamente por dos formas de expresión. Una explícita, en que la persona de manera consciente asume a su edad como limitante para tal o cual exposición vivencial: estoy muy vieja para aprender, para emprender en nuevos propósitos, para seguir proyectándome en el mundo. Quienes menos amor propio revelan llegan al extremo de sostener ser "muy viejos para el sexo... ya superé la edad de apetito erótico". ¡Penosa postura de amargura! Reviste mayor amenaza cuando la sociedad en su conjunto adopta similar actitud frente a los actores mayores. Se da, entonces, un círculo vicioso que ubica al ciudadano de la "tercera edad" -término de hecho peyorativo y vejatorio, al margen de los "beneficios" legislativos que trae consigo- en una categoría de desventaja frente a los "jóvenes".

La segunda es implícita, de naturaleza inconsciente y conlleva preferir tácitamente a la juventud. Es una proyección personal e institucional de edadismo harto inconveniente para el desarrollo social. Es identificable en cualquier revelación tendiente a desacreditar a la edad madura. La asume en sinónimo de caducidad de la habilidad -que sí la tendría la mocedad- para innovar, para renovar y para transformar aquello que la poseería en exclusiva la edad no avanzada... lamentable error. De allí que los "grandes" estamos convocados a mantenernos actualizados, so pena de ser rebasados por la juventud que considera a la menor edad como un "plus" a su favor.

El edadismo genera graves consecuencias socioeconómicas, que repercuten negativamente en el desarrollo integral de las naciones. Es imprescindible la oportuna reacción social contra costumbres y hábitos edadistas. La comunidad está compelida a poner coto a toda y cualquier insinuación menospreciativa de la edad. El documento de la OMS revela que el edadismo reduce la calidad de vida de los adultos mayores, aumenta su aislamiento social, restringe la capacidad de expresar su sexualidad, e incrementa el riesgo de violencia y abuso contra las personas mayores. Al propio tiempo -y ello es igual de dañino- puede reducir el compromiso de los jóvenes con la sociedad, según la Organización. Por tradición, los países asiáticos, en especial Japón, son los menos edadistas del orbe.

Edadismo emblemático fue lo acaecido en Ecuador durante la pandemia del Covid-19. Referimos a las deshonrosas acciones en contra de los "viejos". Abusando de un régimen normativo expedido por presión impresentable de ciertos empresarios, trabajadores cercanos a su edad de jubilación patronal fueron despedidos inobservando sus derechos laborales y humanos. Se lo hizo con pretextos económicos solo justificables por quienes apelaron a ellos. Tales empleadores obtuvieron beneficios bochornosos. En materia de salud, a porciones de ciudadanos en edad avanzada, los centros médicos negaron atención para dar preferencia a jóvenes. Lo hicieron con el argumento inhumano de que las probabilidades de sobrevivencia de los primeros eran menores. Las cosas deben ser dichas como son y no como pintan... más cuando están involucrados derechos humanos.

La Fundación española "La Caixa", en 2023, publica el Glosario sobre edadismo. En su presentación señala derivarse de la campaña No soy tu abuelo (2022), lanzada con motivo del Día Mundial de Toma de Conciencia de Abuso y Maltrato en la Vejez. Divide a las alocuciones en tres categorías reflejantes de edadismo. Primero, la "infantilización o baby talk", que incluye términos tales como viejito/abuelito, nuestros mayores y son como niños. Segundo, la "despersonalización": tercera edad, son vulnerables, dependiente, senil, está gagá, son olvidadizos, cosas de la edad, están solos, loro viejo no aprende a hablar, eres un agonías, achaques de la edad. Tercero, la "deshumanización": momia, dinosaurio, aparcamiento de viejos, ya tienes una edad, ya lo has hecho todo, abuela canguro, cacatúa, viejo verde, dan lástima, son una carga, contar batallitas.

En todas sus manifestaciones, el edadismo es ofensivo y debe ser rechazado. La edad en sus distintas etapas está llamada a ser asumida y vivida con dignidad... y respetada. (O)