Las masas
Las multitudes solo viven... subsisten sin conciencia de la necesidad de trascender. Permanecen intelectualmente inmóviles, convencidas de que el mundo es “su mundo”, y por lo tanto ciegas a aquel. El hombre masa, el ramplón, el banal deja de cuestionar tanto su existencia cuanto sus obligaciones éticas y morales para con la sociedad de que forma parte.