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El crecimiento económico sigue siendo pobre, el empleo debe mejorar mucho y en temas de pobreza, seguridad ciudadana y salud pública falta mucho por hacer.

03 Febrero de 2023 14.44

No se trata de desconocer los logros y avances de una determinada administración, pero siempre es mejor asignar a cada uno lo que le corresponde y mirar las cifras observando el bosque y no unos pocos árboles. Caso contrario, no se estaría informando como corresponde ni tampoco se reconocerían los avances y mejoras en la forma correcta.

Se escucha con insistencia por parte del gobierno y del Presidente que uno de sus grandes logros ha sido bajar el déficit fiscal de más de USD 7 mil millones a cerca de USD 1 mil millones en apenas un año y medio de gestión. Esto es una total imprecisión, por calificarlo solo de esta manera. El año 2020 que registró un shock externo tan fuerte como fue la pandemia del COVID 19 y sus terribles secuelas en la salud ciudadana, en lo social y en lo económico, determinó que efectivamente el país decrezca en el 7.8% el 2020, es decir, una contracción económica profunda no vista en la historia económica del Ecuador. Habiendo vivido los años previos a la pandemia cerca de 5 años de estancamiento económico, sin reservas internacionales suficientes ni ahorros fiscales y un déficit público cercano el 6% del PIB de forma recurrente, ese año el desbalance fiscal efectivamente superó los USD 7 mil millones. Por esa razón, el gobierno del ex Presidente Lenin Moreno con el importante apoyo del FMI y la banca multilateral instauró un programa económico para los siguientes 27 meses que incluía desembolsos externos por USD 6.500 millones de dólares. Ese programa económico establecía metas macroeconómicas para todo el período de aplicación del programa, donde se incluía una reducción gradual del desequilibrio fiscal, la recuperación también gradual de las reservas internacionales, entre otros objetivos. En ese sentido, para el cierre del 2020 se habían adoptado una serie de decisiones económicas para llegar a una meta algo superior a los USD 3 mil millones de déficit fiscal el 2021, objetivo que se fijó en el propio presupuesto del Estado para el año 2021.  Al término del gobierno anterior, el programa económico había cubierto las metas cuantitativas y cualitativas constantes en el Acuerdo, lo que permitió recibir USD 4 mil millones de los USD 6 mil quinientos millones pactados. En lo cualitativo se logró la aprobación de la Ley Anticorrupción que modificaba la Ley Integral Penal y la Ley de Defensa de la Dolarización, normas legales negociadas y acordadas y aprobadas en la Asamblea Nacional. Lo anotado quiere decir que la reducción del déficit fiscal ya era parte del programa económico desde mediados del 2020 y ya constaba en las acciones adoptadas antes del 24 de mayo del 2021. Por lo tanto, el actual gobierno continuó en la aplicación del programa económico diseñado por el gobierno anterior, lo mantuvo y lo perfeccionó lo cual sin duda se debe reconocer. Esto quiere decir que la baja del déficit fiscal de más de USD 7 mil millones a algo más de USD 3 mil millones fue parte del programa del anterior régimen, siendo el gobierno actual en funciones quien mantuvo el programa y logró reducirlo a algo más de USD 1 mil millones al cierre del 2022. En palabras sencillas, el anterior gobierno logró reducir el desequilibrio público en cerca de 4 mil millones y la actual administración lo redujo en cerca de USD 2 mil millones. Sin embargo, más allá de las cifras, lo importante es anotar que se trata de un esfuerzo de 2 gobiernos denotando que la perseverancia y continuidad en la política económica es importante y favorable para una economía. 

También deben acotarse algunos comentarios en términos de las cifras de empleo. Si el empleo adecuado pasa del 34% de la PEA al 36% de la PEA entre el 2021 al 2022 y no se mira que se reduce la población económicamente activa (PEA) en cerca de USD 250 mil personas, el mayor empleo puede ser una simple ficción. Puede haber personas que ya no buscan trabajo y, por lo tanto, salen del grupo de la PEA. Un análisis similar debe hacerse al observar la tasa de desempleo y subempleo que ambas se contraen. Es inclusive más importante que la comparación no se la realice solo frente al 2020 que fue un año de profunda crisis económica por la pandemia, sino frente a años anteriores al 2020, donde las conclusiones tendrán que moderarse. Los indicadores de pobreza mejoran frente al 2020 pero siguen siendo mayores a los de años previos.

Hay que continuar en los esfuerzos por consolidar la estabilidad macroeconómica, pues no es correcto afirmar que la casa ya está en orden, falta mucho por avanzar y, sobre todo, hacer sostenibles esas mejoras. El crecimiento económico sigue siendo pobre, el empleo debe mejorar mucho y en temas de pobreza, seguridad ciudadana y salud pública falta mucho por hacer.  (O)

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