Por derecho propio
"No soy la próxima Usain Bolt o Michael Phelps: soy la primera Simone Biles". Simone Bile . (Múltiple medallista olímpica)

Durante la maratón de Chicago del año 2024, la atleta keniata Ruth Chepngetich se convirtió en la primera mujer correr los 42 kilómetros en menos de 2 horas 10 minutos, parando los cronómetros oficiales en 2 horas, 9 minutos y 56 segundos, una hazaña únicamente comparable con la que en su momento cumplió la etíope Tigst Assefa que un año atrás en la Maratón de Berlín registró 2 horas, 11 minutos y 53 segundos.

Los dos minutos que separan los tiempos de estas extraordinarias atletas, sirven para señalar no solo la calidad de estas mujeres deportistas sino fundamentalmente para demostrar la injusticia que contra su género planteó una miope como retrógrada dirigencia que prohibió la participación femenina en la "prueba reina" de los Juegos Olímpicos. 

Hace apenas 41 años, un el 5 de agosto de 1984, durante la realización de los Juegos Olímpicos de Los Ángeles (Estados Unidos) se corrió la primera maratón femenina de la historia. Las presiones venidas de distintos puntos del planeta hicieron efecto y con recelo y muchas expectativas, el Comité Olímpico permitió que un puñado de atletas corrieran por las calles de la ciudad estadounidense recibiendo el aplauso y aliento de miles de espectadores que entre admirados y alborozados veían como las damas iban venciendo la distancia, al agobiante calor y la humedad reinante.

Años antes, durante la Maratón de Boston 1967, una mujer llamada Katherine Virginia Switzer, tuvo que correr "disfrazada de hombre"-ya que la competencia estaba prohibida para las damas- con una capucha que le cubría el rostro, cuando fue descubierta, por los organizadores, la quisieron sacar de la prueba, pero ante la tenaz oposición de su novio y otros maratonistas, pudo completar el recorrido en 4 horas y 20 minutos, y si la carrera pedestre fue anecdótica más lo fue la fase de inscripción cuando tuvo que registrarse como Carlos Switzer. Años más tarde, cuando Kathy Switzer había cumplido 70 años derrochó coraje, actitud y deportivismo al participar y culminar la maratón de New York el año 2017. 

Un suceso extraordinario

Si bien fue importante la llegada de las atletas a la meta, lo que hizo la maratonista suiza Gaby Andersen, marcó definitivamente a los Juegos Olímpicos de Los Ángeles 1984. Su proeza fue inolvidable y revela valentía, temple y una característica típica de una fondista convencida que su objetivo "era llegar...terminar la carrera...vencer a la distancia, al calor, al dolor ". 

Dicen las reseñas periodísticas de la época que cuando Gaby Andersen llegó al abarrotado estadio de los Ángeles, los miles de asistentes empezaron a aplaudir y a gritar; de acuerdo a las reglas nadie podía tocar a la atleta suiza que caminando como autómata, yendo de un lado a otro de la pista avanzaba hacia la meta...se pensaba que ella no llegaría...que se desplomaría en cualquier momento, pero Gaby Andersen avanzaba...deshidratada, bañada de sudor y muy adolorida, con la mirada a ratos perdida y en otros fija en la meta...los últimos 200 metros los cubrió en unos eternos 6 minutos,  la angustia se hizo presente, quizás como preludio de un momento único y especial que se transformó en ensordecedora exclamación de júbilo y de alivio, cuando la maratonista suiza cruzó la meta derrochando valor, resistencia y coraje. 

La primera maratón olímpica la ganó la norteamericana Joan Benoit, fue medalla de oro, pero fue la atleta suiza la verdadera protagonista de esos inolvidables Juegos. Su dramático remate se mantiene como un hito en el atletismo mundial, ni el colosal forcejeo, ni la humedad ni el elevado calor (32 grados centígrados) pudieron con ella. A los dos días le dieron el alta en el hospital al que fue llevada y quince días después estaba en Idaho participando en un duatlón al que había sido invitada.

Para el año 2016 Gabriela Andersen fue la protagonista de la película "Free to Run" dirigida por Pierre Morath donde se narra la historia épica de esta espectacular corredora de fondo, cuya gesta quedó grabada en los anales del atletismo mundial.

Dos Rosas

El 29 de junio de 1958, nace en Oporto (Portugal) la que muchos entendidos consideran entre las mejores corredoras de maratón de la historia, su nombre es Rosa Mota, quien curiosamente se inicia en el atletismo por consejo médico, para combatir el asma que la agobiaba.

Rosa Mota fue medalla de oro en la maratón del Campeonato Mundial de Atletismo realizado en 1987 en la ciudad de Roma. En los Juegos Olímpicos de Seul en 1988 volvió a ganar la medalla de oro en la maratón con un tiempo de 2 horas, 25 minutos y 40 segundos. Ganó tres veces consecutivas el Campeonato Europeo de Atletismo en 1982,1986 y 1990.

Junto con Eusebio, Carlos Lópes, Luis Figo y Cristiano Ronaldo, Rosa Mota constituye otro referente del deporte luso, cuyo récord nacional en la maratón, establecido en 1986 de 2 horas 23 minutos y 29 segundos parece improbable que pueda ser igualado o peor superado.

Los triunfos de esta extraordinaria atleta se reflejan en las más famosas y reconocidas maratones, su enorme categoría le permitió ganar tres veces la legendaria y difícil maratón de Boston 1987,1988 y 1990. Chicago la vio dos veces triunfar en los años 1983 y 1984 y por si fuera poco cruzó la meta en primer lugar en Londres el año 1991.

Ecuador-un país con reconocidos atletas masculinos- tiene en Rosa Alba Chacha una consagrada maratonista, toda una vida dedicada al atletismo, se cuenta que empezó a correr a los 9 años. Nacida en Ambato el 8 de diciembre de 1982 supo representar al país en los cuatros últimos Juegos Olímpicos (Río de Janeiro, Londres, Tokio y París) es decir que cumpliendo el tiempo base siempre estuvo entre las mejores del mundo. Sus logros deportivos se destacan- no únicamente en las maratones olímpicas- sino en aquel espectacular primer lugar en la Maratón de Buenos Aires el año 2010, lo que le valió la clasificación al Mundial de Maratón de Daegu en Corea del Sur el 2011, o aquella en Hamburgo del año 2024, donde batió el récord ecuatoriano de maratón con un crono de 2 horas 26 minutos y 24 segundos y que le permitiera calificar a los Juegos Olímpicos de París de ese año.

Actualmente Julia, Daniela, Andrea, María, Lourdes y todas las mujeres que armadas de valor y constancia se enfrentan al diario entrenamiento sin esperar otra recompensa que la satisfacción de superar distancias, mejorar tiempos y acariciar sueños, Mujeres que se encuentran en todas las competencias atléticas del mundo - con derecho propio- y que al igual que sus antecesoras han logrado trasformar las carreras de largo aliento en una escuela de vida. (O)