¿Por qué nadie se come la última porción de pizza? (Y qué dice eso sobre ti)
Un mediador ve lo que los involucrados no ven porque no está atrapado en la dinámica del conflicto. Aporta objetividad, nuevas perspectivas y, muchas veces, soluciones simples pero efectivas.

Imagina esto, tú y tu amigo frente a la última porción de una pizza recién horneada, con pepperoni crujiente y queso derretido. Ambos la quieren, pero nadie se atreve a tomarla. Si uno la agarra, queda como egoísta. Si ambos esperan, la pizza se enfría... y todos pierden. Este momento incómodo es más que un dilema culinario: es el Equilibrio de Nash en acción, un concepto genial de John Nash que explica por qué a veces nos estancamos, incluso cuando todos podríamos ganar.

El Equilibrio de Nash ocurre cuando cada persona elige la mejor opción considerando lo que cree que hará el otro. Nadie cambia su estrategia porque cualquier movimiento parece arriesgado. En la pizza, si tú no la tomas para no parecer egoísta y tu amigo hace lo mismo, llegan a un empate inútil: pizza fría, nadie contento. Es estable, pero no ideal. Esto pasa en la vida real todo el tiempo: negociaciones, conflictos laborales, incluso discusiones de pareja. Todos actúan "racionalmente", pero el resultado es un punto muerto.

Pongamos un ejemplo más grande: dos empresas quieren fusionarse para dominar el mercado, pero ninguna cede en quién liderará. Si nadie da el primer paso, la fusión se cae, aunque ambos saben que juntos serían imparables. Parece ilógico, pero cada uno protege su interés. Así funcionan los conflictos políticos, las negociaciones salariales o hasta las discusiones por el mando del televisor. El Equilibrio de Nash no es el mejor resultado, sino el más seguro, y ahí está su trampa.

¿Cómo salir del estancamiento en una negociación? Aquí tienes tres claves esenciales:

  1. Cambia las reglas del juego:


Si estás discutiendo por una pizza, no sigas en el mismo círculo. Proponte partirla de una manera diferente, invéntate un reto rápido como "piedra, papel o tijera" o sugiere una dinámica distinta. En una negociación real, romper el patrón puede significar ofrecer una solución inesperada, replantear los intereses o buscar un enfoque completamente nuevo. La creatividad es una herramienta poderosa para desbloquear situaciones.

  1. Construye confianza desde lo simple:


La desconfianza es uno de los mayores obstáculos en cualquier conflicto. Escucha activamente, demuestra apertura y buena fe. A veces, estar dispuesto a ceder en un detalle pequeño puede abrir la puerta a un acuerdo más grande. Mostrar empatía y voluntad de diálogo genera un ambiente donde ambas partes se sienten seguras para negociar.

  1. Involucra a un mediador:


Cuando todo parece trabado y ninguna de las partes cede, un tercero neutral puede ser clave. Un mediador ve lo que los involucrados no ven porque no está atrapado en la dinámica del conflicto. Aporta objetividad, nuevas perspectivas y, muchas veces, soluciones simples pero efectivas.

El Equilibrio de Nash nos recuerda que actuar racionalmente pensando solo en uno mismo no siempre conduce al mejor resultado colectivo, pero con comunicación, empatía y un toque de ingenio, es posible transformar el juego. Porque al final, compartir esa pizza sabe mucho mejor que quedarse sin nada. (o)