Pedro Maldonado Ordóñez Editor
El paso de Shakira por el país es un evento musical y económico nunca antes visto en Ecuador. Cerca de 105.000 boletos se vendieron para los tres conciertos que la artista colombiana ofrecerá en Quito, en los siguientes días. Es un récord absoluto para la industria de conciertos en Ecuador, pero también un impulso para decenas de actividades comerciales y turísticas.
La llegada de la creadora de himnos como Las de la intuición y Ojos así traerá un impacto económico favorable para hoteles, restaurantes, cafeterías, taxis y más negocios de Quito así como para aerolíneas y cooperativas de buses que operan desde y hacia la capital del país. Cuantificar las cifras es complicado, pero basta hablar con conocidos o mirar las redes sociales para darse cuenta de que estamos ante un show inédito en Ecuador.
Shakira es un fenómeno global, desde hace por lo menos una década, si no es más. Y como tal su nombre es considerado una marca que genera decenas de millones de dólares.
Un reporte de Celebrity Networth, sitio web especializado en la fortuna de celebridades, Shakira cuenta con un patrimonio neto valorado en cerca de US$ 400 millones. Y la mayor parte de esa cantidad proviene de su talento musical.
Más datos, ahora tomados de Forbes España. La artista generó en Youtube más de US$ 2,5 millones por sus colaboraciones musicales; en Spotify tiene ingresos semanales por cerca der US$ 50.000 y solo en Estados Unidos más de 165 millones de personas tienen al menos una de sus canciones en sus listas de reproducción. Confirmado entonces que estamos ante una estrella sudamericana que conquistó buena parte del planeta.
Ahora, veamos la magia que se esconde detrás de esta mujer que lleva una carrera artística en la que se reinventa con el paso del tiempo. Shakira logró mezclar sonidos latinos, árabes, pop y rock en una propuesta coherente y original, con fanáticos declarados y otros que se han alejado sin dejar de admirar el talento. Su herencia colombiana y libanesa se refleja en su música, su baile y su estética; es precisamente esa mezcla multicultural el factor clave para conquistar audiencias variadas por decenas de países.
Al analizarla desde la visión emprendedora, me animo a destacar algunos rasgos particulares. Primero está una visión estratégica de largo plazo: habla varios idiomas y entiende la cultura de cada mercado, cuida su marca personal con disciplina y coherencia; y tiene un impacto social al combinar arte con activismo a través de su Fundación Pies Descalzos.
Otro elemento es su capacidad de reinvención. Empezó en el pop-rock latino, luego brilló con el pop en inglés, se adaptó al reguetón y desde el 2020 colabora con otros artistas y así extiende su popularidad y, claro, sus negocios.
Finalmente está el talento. Shakira escribe algunos de sus temas, baila y domina el escenario con una energía inconfundible. Estamos ante un referente, una artista con alma empresaria, con ADN emprendedor. (O)