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Liderazgo

La psicología oculta tras las negociaciones exitosas de capital de riesgo

Christian Kwame

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Más allá de balances y proyecciones, quienes dominan las reglas no escritas del juego entienden que el factor humano suele inclinar la balanza en acuerdos millonarios. Ego, miedo, confianza y rapidez definen mucho más que las hojas de cálculo.

13 Octubre de 2025 06.16

En el mundo del capital de riesgo, las cifras suelen acaparar la conversación. Múltiplos de ingresos, comparaciones de mercado y modelos de valuación copan las salas de reuniones y las presentaciones comerciales. Sin embargo, después de veinte años analizando negociaciones de alto riesgo en distintos sectores, detecté una verdad que muchos prefieren ignorar: la psicología detrás de estos acuerdos suele pesar más que cualquier hoja de cálculo.

Esta realidad quedó clara en una charla reciente con Kamran Ansari, un inversor tecnológico con dos décadas de trayectoria y participación en apuestas clave como Venmo, Recurly y Pinterest. Sus ideas expusieron una diferencia clave entre cómo imaginamos que deberían avanzar las negociaciones y cómo ocurren, en realidad.

El trasfondo emocional de los acuerdos basados en datos

"Si estos acuerdos fueran puramente matemáticos, sería facilísimo", suelo decirles a emprendedores e inversores. El verdadero desafío no está en acceder a los datos, sino en moverse dentro del entramado emocional que atraviesa cada decisión.

Muchos fundadores se obsesionan con las valuaciones que aparecen en los titulares, motivados por lo que llamo el "síndrome del estatus de unicornio", indica. No siempre buscan la cifra más alta por motivos estratégicos, sino porque alimenta su ego y les da una forma de validación social.

Como explicó Ansari durante nuestra charla, esta trampa psicológica puede llevar a los fundadores a aceptar condiciones comerciales peores solo para quedarse con una valuación más alta.

Quienes negocian con más éxito entienden esa dinámica y la aprovechan con inteligencia. Saben que detrás de cada dato hay una persona con miedos, aspiraciones y sesgos que influyen en cómo toma decisiones.

Mi amigo Matt Orr, asesor estratégico, especialista en inversiones y fundador de Elevate Advisory Partners, profundizó sobre ese punto.

Con casi veinte años de experiencia en renta variable pública, renta fija, capital privado, capital de riesgo y bienes raíces, compartió una reflexión sobre el peso que puede tener el miedo en este tipo de transacciones.

M. Orr
Matt es un profesional de inversiones con casi dos décadas de experiencia en acciones públicas, renta fija, capital privado, capital de riesgo y bienes raíces; ha ocupado puestos de liderazgo en Crane Investment Company y Stonehenge Capital, y comenzó su carrera en Procter & Gamble. Matt Orr.

"El miedo, especialmente el miedo a la pérdida, puede paralizar la toma de decisiones, provocando que los participantes adopten un enfoque de autoprotección en lugar de buscar soluciones para un beneficio mutuo", explicó Orr. "Ví a inversores rechazar acuerdos atractivos porque no se sentían cómodos con el liderazgo", señaló.

La confianza como arma secreta en una negociación

Hay algo que la mayoría de las escuelas de negocios no enseña: tu reputación entra en la sala antes que vos y cambia por completo tu posición en la negociación, incluso antes de que alguien diga una palabra.

Imaginá dos acuerdos idénticos: mismas condiciones financieras, mismo equipo y misma oportunidad de mercado. En uno, negociás con alguien reconocido por su transparencia y confiabilidad. En el otro, tratás con alguien conocido por cambiar las reglas o por comunicarse mal. La dinámica será totalmente distinta, más allá de las habilidades técnicas que tenga cada parte.

La confianza no solo hace que las conversaciones sean más fluidas, sino que también trae beneficios concretos. Las partes confiables suelen conseguir respuestas más rápidas, condiciones más favorables y más flexibilidad durante la etapa de diligencia debida. Como remarcó Ansari, el capital de riesgo exige una investigación profunda sobre información que no está disponible al público. Los inversores tienden a compartir más datos con fundadores en quienes confían, lo que genera un círculo virtuoso de transparencia.

Orr también volvió sobre este punto.

"En el capital privado, el capital de riesgo, la financiación especializada y la inversión en oficinas familiares, generar confianza y actuar de buena fe suele determinar el resultado más que la valoración o la estructura", compartió.

El coraje para tener conversaciones difíciles

Las negociaciones más complicadas no siempre giran en torno al dinero, sino a las personas. Ya sea que se trate de discutir la salida de un fundador, reordenar el capital o encarar problemas de rendimiento, estos diálogos ponen a prueba tanto la habilidad como el carácter de quien negocia.

Mi manera de abordarlas se apoya en tres principios: reconocer la carga emocional, validar lo que el otro siente y recién después presentar los datos que respaldan la decisión. Muchos negociadores intentan saltear lo humano y pasar directo a los números. Ese camino, casi siempre, fracasa. Ignora por completo las necesidades psicológicas del otro.

"Tienes que lanzarte de inmediato", les digo a mis clientes cuando se enfrentan a estas situaciones. "Debes reconocer y validar lo que la persona siente. Debes reconocer que será doloroso. Y luego compartir los datos que te llevaron a tomar la decisión", añade.

No se trata de ser blando. Se trata de ser eficaz. Cuando una persona se siente escuchada y comprendida, es mucho más probable que responda con madurez ante una noticia difícil.

Velocidad y certeza como herramientas de negociación

En las negociaciones de capital de riesgo, muchos fundadores tienden a sobrevalorar las estructuras complejas y a subestimar el valor de la rapidez y la certeza. En medio de un proceso de financiación estresante, un fundador podría preferir una valuación un poco más baja si el inversor actúa rápido y presenta condiciones claras.

Esa lógica abre jugadas estratégicas para ambas partes. Los inversores que agilizan sus procesos y deciden con rapidez obtienen ventajas que no dependen solo del monto que ofrecen. Por su parte, los fundadores que entienden esta dinámica pueden usarla a su favor para cerrar acuerdos con más eficacia.

Más allá del juego de los números

El mundo del capital de riesgo se volvió cada vez más sofisticado en su costado analítico, pero esa evolución muchas veces dejó en segundo plano una verdad básica: invertir con éxito sigue siendo un proceso profundamente humano. Los mejores inversores que conocí combinan análisis rigurosos con una inteligencia emocional poco común.

Para quienes están dando sus primeros pasos en este terreno, hay algo que conviene no olvidar: cada encuentro con un inversor es una negociación, incluso cuando no lo parezca. La capacidad de generar confianza, hablar con claridad y manejar conversaciones difíciles no solo influye en si se consigue financiación, sino en la calidad del vínculo que se construya a partir de ahí.

Orr también dejó algunos consejos útiles para quienes buscan avanzar en este camino:

"Considera la recaudación de fondos como una forma de construir relaciones, no como una transacción única. El mejor momento para conocer a los inversores es antes de necesitarlos, cuando puedes tener conversaciones auténticas en lugar de presentaciones urgentes. La mayoría de los inversores necesitan múltiples puntos de contacto en diferentes contextos antes de considerar seriamente un compromiso sustancial. Piensa en cada interacción como una oportunidad para poner a prueba tus suposiciones, refinar tu tesis y obtener la perspectiva del inversor sobre tu modelo de negocio, mercado objetivo y panorama competitivo".

En el caso de Kamran Ansari, su trayectoria demuestra con claridad que la permanencia en el mundo del capital de riesgo no solo exige entender la ciencia de la valuación, sino también dominar el arte de leer la dinámica humana que mueve toda relación comercial relevante.

La próxima vez que te sientes a negociar, ya sea para buscar inversión o para analizar una oportunidad, recordá que tu éxito no depende solo de tener los números en orden, sino de tu habilidad para conectar de forma genuina con quien tenés enfrente.

 

Nota publicada por Forbes US

 

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