Forbes Ecuador
7 Noviembre de 2025 06.00

Pedro Maldonado Ordóñez Editor

El emprendedor gastronómico ecuatoriano que suma cinco restaurantes en Suiza

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Esta es la historia de un ecuatoriano-suizo que aprendió en su adolescencia que la disciplina y el esfuerzo traen resultados en el largo plazo. Federico Freiermuth Gaete cuenta cómo creó siete negocios en el mundo de la gastronomía.

Federico Freiermuth Gaete tiene 38 años, nació en Suiza y vivió su niñez y adolescencia en Ecuador hasta 2006, año que fue un primer punto de quiebre en su vida. Estaba recién graduado del colegio y tuvo períodos intensos con mudanzas, estudios y aprendizajes de vida. "En mi casa me educaron y me prepararon para una vida en el extranjero", cuenta este empresario del mundo gastronómico de madre ecuatoriana y padre suizo, en una videoconferencia desde Zúrich, Suiza.

Su primer destino fue Australia, en donde permaneció seis meses practicando su inglés. Luego llegó a Berlín, en Alemania. "Me gustaba, era una ciudad grande, quería vivir algo distinto, tenía 19 años, pero Berlín fue gris, triste, tenía un poco de miedo de coger la curva equivocada y permanecí allí apenas cuatro meses".

Su ruta cambió de rumbo y decidió ir a Suiza, aprovechando el pasaporte que tiene por el lado paterno. En este país de los Alpes, Freiermuth halló la tranquilidad que buscaba. "Me sentía más asentado, más enfocado y empecé a estudiar hotelería en un país conocido por tener los mejores colegios de hotelería".

Estudiaba, pero siempre tenía en mente la idea de seguir recorriendo el globo para escapar del invierno suizo. Australia y la Polinesia Francesa estaban en la mente de este ecuatoriano. "Tenía unas ideas locas. Pero luego uno se va acostumbrando al tren puntual, a la calefacción, a la novia, a tener una moto y lo más lejos que llegué fue St. Moritz, un destino turístico top". El destino de Freiermuth se escribía con sus estudios en Schweizerische Hotelfachschule Luzern, una de las escuelas de hotelería más importantes de Lucerna, donde pasó seis años.

En ese andar descubrió su espíritu emprendedor. Luego de terminar sus estudios fue gerente de un restaurante en una pequeña localidad en las afueras de Zúrich. Tenía 26 años y daba todo su esfuerzo hasta que al cumplir 30 se dijo: "Tengo que intentarlo yo mismo en la gastronomía hotelería, estoy trabajando tanto y lo estoy haciendo bien, pero no es para mí". Entonces, creó la empresa Damn Delicious y el primer 'hijo' fue un pequeño local de hot dogs que se adecuó en una casa desocupada. "Se llamó Dog Father y la imagen era un perro con una salchicha al frente de los ojos", recuerda entre risas. Fue un concepto de restaurante pop-up, con punto de venta fijo y un stand móvil para eventos y fiestas. La marca llegó a tener un espacio en un cine, pero se cerró con la llegada de la pandemia.

El siguiente negocio llegó en 2018 con la adquisición del restaurante Weisses Rössli, en el distrito 2 de Zúrich; su oferta varía según la temporada y con los gustos del jefe de cocina. Hay comida italiana, francesa suiza y los ingresos anuales suman 1,7 millones de francos suizos. Y un año más tarde nació picknick.ch, una tienda en línea de "cestas de picnic" que se entregaban en cajas de vino reutilizadas, que sirven como base de mesa y se devuelven después del uso. "Fue una idea ingeniosa y respetuosa con el medio ambiente".

Freiermuth también tiene una cafetería llamada Coffe and Plants, en un centro comercial. "Ese es uno de los conceptos de los que más orgulloso estoy. La gente del del mall solo llegaba hasta el primer piso y no subía al segundo piso. Con mi cafetería eso cambió y ahora también vendemos plantas. Además, explica que en la cafetería los pedidos se hacen en un counter, se recibe un turno y se recoge el café. "La gente no estaba acostumbrada a esto y muchos me dijeron que no funcionaría, pero nos va muy bien. Es el negocio que más me agrada".

Este ecuatoriano se reconoce como un empresario gastronómico y calcula que solo en Damn Delicious suma cerca de 40 empleados. "Soy una persona que nunca se queda en paz, a veces creo que sería feliz trabajando en un supermercado, pero luego caigo en cuenta todo lo que he logrado. A veces me tengo que sentar y pensar en todo lo que he hecho, es una gran cosa, no todos logran algo así", dice este padre de una pequeña de dos años a manera de auto confesión. Se detiene y añade: "me siento muy contento, estoy en Suiza, dando trabajo a suizos, es una locura".

¿Cómo es un día de este ecuatoriano? La primera actividad, y una de las que más disfruta, es jugar con su hija pequeña durante una hora. Luego llega a uno de sus restaurantes para reuniones y resolver problemas, planifica acciones, conversa con su equipo, revisa y contesta mails. "Miro los números, lo más importante en Suiza es tener los costos controlados. Acá los costos de empleo son la mitad de las ventas. Si no tienes eso bien controlado rápidamente lo vas a notar en el banco", detalla.

También recuerda los inicios. "Hace ocho años, era yo el que abría, era yo el que cerraba, dormía en el local. Me tocó hace así durante tres años ganando el sueldo mínimo, fue durísimo. Me preocupaba que cada cliente quedara satisfecho. Solo así puedes alcanzar un éxito saludable", cuenta este emprendedor que disfruta de pasear en su moto BMW tipo naked bike o de jugar fútbol.

El ritmo es intenso y este año abrió Casi Casa, donde destacan los sabores latinos, y en el que la inversión hasta la fecha llega a 250.000 francos. Damn Delicious suma en la actualidad los siguientes negocios: Weisses Rössli, Coffee and Plants, Casi Casa, Stadthof Bremgarten, Sträme Wädenswil
 picknick.ch y Dogfather; los dos últimos son servicios de catering. Este pequeño grupo gastronómico calcula cerrar el 2025 con ingresos por cerca de 7 millones de francos suizos.  Y al hablar de planes Freiermuth dice: "No voy a abrir nada de aquí en un año".

Se reconoce como un player pequeño, pero también sabe que está haciendo bien las cosas. "No digo que soy el mejor en nada, pero sí me esfuerzo mucho, soy madrugador y me gusta trabajar, me gusta ir adelante y eso es lo que me ha llevado a mí adelante. Y ahora sí tengo eso dentro de mi ser. Por ese lado soy bien suizo". Y al terminar la conversación lanza otra frase: "Nunca supe que quería hacer, hasta el día de hoy no sé qué voy a hacer. Sigo ahí buscando mi camino". (I)

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