"No basta con tener un buen producto. Si no tienes un plan, puedes fracasar en el camino hacia la internacionalización".
Con esta convicción, Carolina Ávalos fundó Achachay una empresa que en ocho meses está transformando el destino de marcas ecuatorianas. ¿Cómo? Las ayuda a romper el techo de crecimiento que enfrentan para posicionarse en mercados globales como el de Estados Unidos.
La historia de Carolina refleja la trayectoria de muchas mujeres que buscan trascender en el mundo corporativo. Si bien ella logró el éxito, sentía que algo faltaba. Estudió Supply & Value Chain Management y Business Information Systems en Texas Christian University.
Su primera experiencia laboral fue en Citi y en 2010 fundó su primer emprendimiento: Lemon and Lime, una marca de ropa infantil que alcanzó ventas por US$ 300.000 anuales. "Pese a que me iba bien, quería ir más allá. Entendí que mi fuerte eran los números, armar estrategias, y los negocios. Decidí poner en modo espera a mi marca, hice maletas y volví a Estados Unidos para hacer una maestría en Design and Media Management, en Miami International University".
Después vinieron años intensos en empresas como Aeropost, PriceSmart y Whole foods, una cadena de supermercados estadounidenses con más de 460 tiendas que fue adquirida por Amazon; esta ecuatoriana fue parte del equipo encargado de la integración en la plataforma.
Su carrera profesional avanzaba aceleradamente, sin embargo, un fuerte problema de salud la obligó a hacer una pausa. "Sentí que iba a morir en seis meses". Tras ganar la batalla decidió darle un giro a su vida con el propósito de construir algo grande.
Así nació Achachay un ecosistema de abastecimiento, distribución y estrategia comercial que conecta productos ecuatorianos con compradores especializados en mercados internacionales. "Yo entiendo al emprendedor ecuatoriano y se cómo piensa el consumidor estadounidense. Ese es nuestro valor".
Para ella, el nombre lo dice todo. Una expresión del habla andina que evoca autenticidad, emoción e identidad, y eso es lo que ella quiere exportar: productos que cuentan historias, que reflejan cultura y que están preparados para competir al más alto nivel.
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Las marcas que ingresan al ecosistema creado por Ávalos deben cumplir criterios estrictos como ser sostenibles, tener fundadores comprometidos, impacto social probado y ventas sobre los US$ 3 millones en el mercado local.
El modelo de negocio es claro: las marcas pagan un fee de entrada de US$ 2.500 para acceder al ecosistema y manejan un margen de entre 7 % y 10 % de las ventas netas generadas. Para este año tiene proyectadas ventas por medio millón de dólares y en los próximos 18 meses asegura que superará los US$ 1,5 millones.
Actualmente, Achachay representa a cinco marcas ecuatorianas en cuatro categorías: textiles finos; salud y belleza; cuidado personal; y cosmética. Dos de las marcas ya se venden en el sur de Florida y las demás están en la fase final del proceso de ingreso. "Yo no soy una asesora externa, sino un partner comercial. Construyo lo que las empresas no tienen aún internamente para salir al mundo. El proceso es riguroso e incluye análisis de producto, pruebas de mercado, branding, cumplimiento normativo, logística, publicidad digital y conexión con una red de aliados estratégicos para cumplir con los estándares internacionales".
El proceso incluye análisis de producto, pruebas de mercado, ajustes de empaque y branding, cumplimiento normativo, logística, publicidad digital y conexión con aliados estratégicos —muchos de ellos en EE. UU.— para cumplir con los estándares internacionales.
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El programa de aceleración Dare2Scale de Endeavor le abrió las puertas con fondos de inversión y firmas de venture capital. "Me conectaron con mi similar en África y fueron cuatro meses de conocimiento a la vena. Para finales de año lanzaré mi primera ronda de inversión por US$ 500.000". Esta ejecutiva tiene claro hacia dónde va su futuro y lo ve con optimismo.
Sonríe con naturalidad, mientras se define como perfeccionista, apasionada por el deporte y la música. Asegura que aprendió a superar frustraciones y ser ella misma, fiel a sus principios con convicción y sentido. "Si algo sale mal, lo proceso y sé que mañana será un mejor día", nos dice con la seguridad de que cuando se une estrategia y propósito, las fronteras dejan de ser un límite. (I)
