Crueldad indefendible: niños migrantes frente a la violencia
Vuelvo a los niños y a su tristeza, abandonar un país, sus raíces, su cultura su lenguaje sus amigos y familia ya es bastante, y ahora han tenido que presenciar cómo sus padres son vulnerados y su madre tremendamente agredida.

En redes sociales circuló un video que se volvió viral: la ecuatoriana Mónica Moreta Galarza fue empujada violentamente por un agente del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de Estados Unidos (ICE) en Nueva York. La mujer cayó al suelo mientras su esposo era detenido, todo frente a sus dos hijos, en medio de una audiencia de asilo.

Las reacciones de rechazo de la comunidad latina se manifestaron a través de la Cancillería ecuatoriana y el Gobierno de Ecuador condenando la agresión. Human Rights Watch, calificaron este hecho como "crueldad indefendible". Hay que recordar que esto forma parte de las políticas migratorias que el Gobierno de Estados Unidos han impuesto desde la llegada de Donald Trump. 

De acuerdo con lo difundido por medios de comunicación, el agente fue relevado de sus funciones y referido a la fiscalía general de Estados Unidos para un procesamiento por delitos graves. Esto fue confirmado a través de un comunicado del representante estadounidense Dan Goldman y Brad Lander, contralor de la ciudad de Nueva York.

Por su parte, la subsecretaria del ICE, Tricia McLaughlin, había declarado anteriormente que la conducta del agente en el video "es inaceptable e indigna de los hombres y mujeres del ICE", quienes "se rigen por los más altos estándares profesionales". Sin embargo, estas conductas son comunes y son parte de las realidades que viven todos los ecuatorianos migrantes que están con situación de ilegalidad en EEUU. 

John Raphling, director asociado para Estados Unidos de Human Rights Watch, mencionó a un medio que la operación de deportación masiva del Gobierno "es esencialmente violenta", señalando que "los funcionarios detienen a personas en la calle o cuando estas se presentan ante tribunales, separan a familias y siembran el miedo en comunidades enteras".

A pesar de que, esta familia tuvo cierta contención después de ser violentados, y de que, el agente tendrá que rendir cuentas por su accionar violento, hay algo que no se me puede borrar de la mente cada vez que miro el video y, es lo que se ha guardado en la memoria de esos niños al ver a su madre en el piso siendo agredida, sin motivo o razón. Ellos en su momento tratan de ayudarla, pero, entre gritos de desesperación toda acción es inválida porque la ira y la tensión siempre estuvieron desbordados.

Siento mucho que, niños sufran estos traumas, y pienso también, en las consecuencias si no existe un proceso sostenido de reparación y acompañamiento.

Por otro lado, pienso en ella en el maltrato que injustamente recibió y en el abuso de poder del atacante. Esta mujer preguntaba con desesperación por su esposo, habían acudido a la cita que estaba programada y todo terminó mal.

Vuelvo a los niños y a su tristeza, abandonar un país, sus raíces, su cultura su lenguaje sus amigos y familia ya es bastante, y ahora han tenido que presenciar cómo sus padres son vulnerados y su madre tremendamente agredida.

A veces quisiera estar cerca de estos niños y brindarles apoyo, soporte poder decirles, que todo irá mejor, que sus padres estarán bien. Yo quisiera sanar un poco sus corazones heridos por el trauma y el dolor de aquel momento.

Escribo esto porque la empatía no debe perderse y, aunque debemos pensar en temas positivos también, es necesario reflexionar y, ser críticos con este tipo de actos que son injustificables. 

No faltará quien, opine que ellos se lo buscaron, las redes están llenas de crueldad, y hay que aislarse de esta peste contagiosa de miseria humana que justifica actos como estos.

Que más quisiera yo que la niñez estuviera más protegida y que sus mentes pudieran crecer en paz. (O)