Si yo fuera indígena
Treinta y cinco años mas tarde las consignas y peticiones de los lideres indígenas siguen siendo las mismas y el discurso se mantiene intacto. "No hemos podido salir del subdesarrollo por culpa de los gobiernos de turno".

Si yo fuera indígena buscaría liderar a mi comunidad para que su nivel de vida mejore sustancialmente.

Mis prioridades serían, hacer de mi pueblo un grupo de personas relevante, que sean el ejemplo del desarrollo comunitario, con una educación de clase mundial y salud de calidad para todos. 

Buscaría que las nuevas generaciones se integren al mundo manteniendo sus tradiciones y cultura, exponiéndola en todos rincones de la tierra como un ancla para el turismo.

Mi prioridad serían los jóvenes, impregnando los nuestros valores culturales y tradiciones generando en ellos la orientación al logro y un componente de competitividad a través de la constancia, disciplina y sobre todo el respeto a los demás en un ambiente de igualdad.

Generaría un canal de comunicación cercano y frecuente con los gobiernos de turno para que integren mi plan de desarrollo en su gestión. Les solicitaría apoyo para que el Estado nos de conectividad, financiamiento y asesoría para desarrollar la agricultura y los servicios turísticos, actividades donde la ventaja comparativa existe.

Me acercaría a las cámaras de la producción y de comercio para buscar aliados que me permitan llegar con los productos de la comunidad a los mercados de mayor valor. Buscaría estar en las perchas, con los productos agrícolas y agroindustriales, en los principales supermercados del país con nuestra propia marca.

A través de la academia, generaría los espacios para la transferencia de tecnología y conocimiento en áreas de mercadeo, control de calidad, producción técnica y eficiente y en logística.

Estructuraría un listado de necesidades en el área medica y educativa con el objetivo de establecer centros de salud, hospitales de atención ambulatoria, apoyo en programas de nutrición infantil y adulta, escuelas y colegios con asesoría de los mejores centros educativos del país y del extranjero. Propondría programas de intercambio de corto plazo para que estudiantes de la ciudad asistan a nuestras escuelas en el campo y aprendan de nuestra identidad y puedan entendernos mejor. 

Me aseguraría que el gobierno, a través de las instituciones correspondientes, nos extienda becas para poder prepararnos en el exterior con el compromiso de traer esos conocimientos y difundirlos en nuestra comunidad y en otras similares.

Es evidente que han existido individuos referentes y con visión de progreso, que se han formado y criado en las familias indígenas. Se me viene a la mente Luis Chango o Lourdes Tibán y posiblemente otros más cercanos y más amigos míos, pero menos visibles, que hoy se desempeñan en organismos multilaterales en Washington o son la imagen de empresas multinacionales en el sector de las telecomunicaciones. Pero también es real que la gran mayoría del pueblo indígena sigue atrapado en la pobreza. Algunos se han convertido en ciudadanos urbanos, escapando de su cultura para adoptar otras menos relevantes. Y otros han caído en la trampa de los políticos, convirtiéndose en siervos de la dadiva y han terminado apoyando causas muy poco éticas.

El primer paro nacional indígena ocurrió en junio de 1990, Treinta y cinco años mas tarde las consignas y peticiones de los lideres indígenas siguen siendo las mismas y el discurso se mantiene intacto. "No hemos podido salir del subdesarrollo por culpa de los gobiernos de turno". La historia continua sin probabilidad de que cambie. Que pobreza intelectual. (O)