Salario emocional: la clave para impulsar el talento femenino
Crear entornos donde las madres trabajadoras puedan prosperar es invertir en el éxito de todos.

"Mami, ¿cuándo vienes a vivir con nosotros?"

Esta fue la pregunta que, con apenas 3 años, me hizo mi hija una mañana. Me atravesó el alma.

Como muchas madres que trabajamos, conocía bien esa culpa silenciosa: salir muy tempano, volver cuando ya es hora de dormir, perder momentos únicos e irrepetibles. 

Esa culpa, en realidad ya la sentía antes. Mi primer hijo vivió todo lo que implica dejarlo pequeñito para volver al trabajo. Y aunque, uno cree que con el tiempo se hace más fuerte, esa frase de mi hija fue una alerta que resonó aún más profundo. Me recordó lo que muchas mujeres sentimos, aunque no siempre lo decimos. 

En medio de todo esto, he tenido la fortuna de no estar sola. Contamos con el amor inmenso de sus abuelitos, quienes, con cariño y entrega incondicional, fueron un pilar fundamental en su crianza. También, el apoyo de siempre de mi esposo, con quien, en sintonía, construimos juntos un hogar lleno de amor, respeto y apoyo. 

Hoy, nuestros hijos ya están en la universidad, lejos, en otros países. Verlos seguros, exitosos y felices me confirma que escuchar aquella alerta fue una de las mejores decisiones que tomé. Que buscar y pelear por un balance real entre trabajo y familia, cambia vidas. Que ser mamá y profesional, no debía ser una elección, sino una armonía posible. 

Cada vez, más organizaciones reconocen que el salario emocional es el verdadero motor para retener y potenciar el talento femenino.

Empresas que apuestan por la flexibilidad laboral marcan la diferencia en el desarrollo profesional de las madres trabajadoras. 

Y no estamos solas; el 75% de las mujeres experimentamos culpa materna al intentar equilibrar nuestra vida profesional y familiar (Bright Horizons, 2023).  

Es una carga emocional que llevamos con fuerza, pero que no debería ser invisibilizada. 

No se trata de falta de compromiso laboral. De hecho, cuando las madres trabajadoras contamos con respaldo organizacional, somos percibidas como más productivas y comprometidas (Harvard Business Review, 2022). Por eso, hoy más que nunca, el salario emocional importa. Importa tanto como el salario económico. Importa para quedarnos, para elegir una organización, para rendir al máximo y liderar con propósito.

El 83% de las madres trabajadoras afirman que la flexibilidad laboral es un factor decisivo para permanecer en una empresa (McKinsey & LeanIn, 2023). 

Flexibilidad, días de teletrabajo, comprensión en momentos familiares clave... no son beneficios extra. Son señales de una cultura que entiende que detrás de una profesional hay también una mamá, una hija, una mujer.

Y cuando esa cultura existe, el resultado es claro: las empresas con políticas sólidas de apoyo a la maternidad tienen un 25% menos de rotación de talento femenino (Great Place to Work, 2022). Sin embargo, en nuestra región, solo el 28% de las mujeres sienten que su empresa ofrece condiciones equitativas para compatibilizar trabajo y familia (BID, 2022). (O)

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No tengo todas las respuestas, pero sí tengo claro algo: el día que mi hija me hizo esa pregunta, reafirmé mi compromiso de trabajar por entornos más humanos. Por ella, por mí, por nosotros. Porque al final, el éxito más grande no es solo profesional: es saber que logramos educar seres humanos íntegros, felices y libres. Y eso, fue un trabajo de amor, de equipo, de familia y de mucha consciencia.