Trilogía deuda, crecimiento y ajuste
Sin duda son decisiones difíciles en el ámbito político pero si se las ejecuta de manera coordinada, defendiendo conceptos y principios, el país reconocerá que las políticas públicas aplicadas fueron las correctas y el país entero se beneficiará.

Uno de los grandes retos de la política económica es saber balancear las interacciones entre las necesidades de la estabilidad macroeconómica que muchas veces pasan por el requisito del ajuste, la contratación de deuda que también termina siendo una pieza de la estabilidad y el objetivo del crecimiento económico donde a veces el ajuste para la estabilidad se torna un impedimento para el crecimiento.

La realidad de la coyuntura económica del país es un claro ejemplo de este problema de buscar crecer, estabilizar la economía y seguir dependiendo de financiamiento interno y externo. Para ilustrar por el último factor, debe indicarse que si las finanzas públicas no generan los recursos suficientes para atender el gasto público, las necesidades de buscar bajar el gasto, subir los ingresos, combinar ambas políticas y requerir de nueva deuda, se tornan elementos de un mismo todo. Sin embargo, no debe analizarse esta realidad sin hacer una cirugía rigurosa de las razones por las cuales los ingresos no son suficientes y el gasto se torna excesivo. Si el país no logra mejorar la producción petrolera porque la empresa encargada de tal objetivo no brinda los resultados esperados, será imposible aumentar estos ingresos sin cambios de forma y de fondo a Petroecuador. Si el gasto involucra una entrega de recursos fiscales donde la rendición de cuentas no existe, si parte del gasto se produce en actividades no ajustadas al rol del estado como son las empresas públicas de generación de energía o las de telecomunicaciones o si persisten subsidios ineficientes que no responden a una subvención estatal que justifique la necesidad de la ayuda del estado, las acciones que debe emprender el gobierno están sobre la mesa. El estado no puede seguir de gestor empresarial porque no lo hace eficientemente, no debe continuar entregando fondos a la salud, a la educación, a los Gad´s y a todos los preceptores de una participación del presupuesto estatal si no se definen claramente metas, resultados y no se tiene una trazabilidad en el tiempo. Tampoco es un manejo adecuado de las finanzas públicas si el tamaño de la nómina burocrática que casi se ha duplicado frente al PIB en los últimos 20 años sigue sin que se tomen acciones en esa materia. De la misma forma como se ha procedido en materia del subsidio al diesel se lo debe hacer en estos campos citados, sabiendo de antemano que siempre existirán protestas y reclamos. Los gobiernos responsables deben hacer lo que el país requiere y no esperar aplausos de todas sus decisiones, pues su objetivo es trabajar para el país mucho más que para el movimiento político o el beneficio personal del gobernante. Es obvio pensar que la parte política no se puede aislar totalmente, pero en ese balanceo de acciones debe primar la política económica antes que la economía política.

Las explicaciones anteriores calzan en el tema de la estabilidad y como las acciones no brindan resultados inmediatos, la necesidad de recursos se torna necesario, por lo que mantener las líneas de financiamiento externo abiertas es sin duda esencial. No obstante, a mediano plazo si se persiste en ordenar las cuentas públicas la dependencia de más deuda pública irá gradualmente reduciéndose.

La necesidad de actuar de forma paralela en otras acciones es lo que facilitará que las posibilidades de reactivación económica se tornen viables. 

Entre las decisiones sustantivas están aquellas que reduzcan el costo de producción en el país, pues son frenos a la inversión privada nacional y extranjera, insumos básicos para la recuperación económica. Entre las principales decisiones está el disponer de un marco laboral moderno que facilite la contratación y no la complique. Que el estado pueda ser socio del crecimiento económico con obra pública de magnitud, lo que será posible si se ejecutan las acciones antes mencionadas. Otra pieza fundamental es la vigencia de arbitrajes internacionales que aseguren mayor presencia de inversión extranjera. Así mismo, que el estado garantice una justica independiente es otro factor importante dentro de los costos de producción. El costo de financiamiento externo es una variable que puede ayudar si la presencia de banca internacional es mayor siendo un paso importante la venta del Banco del Pacífico.

En la medida que las acciones anotadas se vayan ejecutando de forma sistemática, la trilogía o el conflicto que puede haber entre ajustar la economía, encontrar el financiamiento necesario y reactivar el aparato productivo, será menor. Sin duda, por el problema de inseguridad de los últimos años, es prioritario que se vaya avanzando en esta materia, pues buscar atraer inversión con inseguridad se vuelve un objetivo difícil de cumplir.

Todas las decisiones deberán estar enmarcadas en un ambiente de democracia y de respeto a la institucionalidad, pues sin esto los avances que se consigan en el manejo económico pueden ser insostenibles en el tiempo. Así mismo, las pretensiones de agrupaciones políticas de desestabilizar al gobierno también deben ser repelidas y sancionadas con toda la fuerza de la ley.

No es correcto asumir que la difícil realidad del país no se puede corregir. Muchas sin duda son decisiones difíciles sobre todo en el ámbito político pero si se las ejecuta de manera coordinada, defendiendo conceptos y principios, el país reconocerá que las políticas públicas aplicadas fueron las correctas y el país entero se beneficiará. (O)