Forbes Ecuador
29 Octubre de 2025 11.05

Julissa Villanueva Periodista

Ecuador tiene un modelo acuícola sostenible que el mundo replica

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La industria camaronera nacional es el punto de partida para las compañías multinacionales, enfocadas en investigaciones que combinan nutrición funcional, algoritmos bio inteligentes y plantas con propiedades metabólicas diseñadas a medida. Actualmente, el 40 % de las camaroneras del país opera bajo certificaciones internacionales de sostenibilidad.

Ecuador dejó de ser visto solo como exportador de camarón y hoy es un laboratorio acuícola estratégico con impacto mundial. Científicos internacionales, centros de investigación y equipos técnicos globales trabajan junto a talento ecuatoriano, mientras las multinacionales prueban, en tiempo real, las tecnologías que definirán la próxima generación de proteína sostenible. 

Moisés Poli, líder de Estrategia y Tecnología en Acuacultura de la  corporación Cargill, explica que una de las más recientes investigaciones de la compañía estuvo centrada en permitir que el camarón retenga 30 % más fósforo, para evitar la sobrecarga de nutrientes que alteran los ecosistemas. 

Para dimensionarlo vale una explicación: la retención de fósforo normalmente se encuentra entre el 13 % y 15% en esta especie. "No se trata solo de crecer más, sino de crecer sin degradar", resume Poli.

Este avance es el resultado de dos años de investigación científica, en los que se analizó cómo mejorar el metabolismo mineral del animal con precisión fisiológica. Parte de esta exploración se realizó en Ecuador, dado que la genética del camarón ecuatoriano "es una de las más robustas, eficientes y competitivas del mundo, adaptada a condiciones únicas que no pueden replicarse en laboratorio extranjero", precisa Poli, de origen brasileño y con con amplia trayectoria en la industria acuícola ecuatoriana.

En paralelo, el suizo David Bravo, director científico de la empresa holandesa Nutreco, señala que una de las líneas de innovación más importantes de la compañía no nació en laboratorio, sino a partir de lo que los camaroneros ecuatorianos reportaron como una alerta hace cuatro años. El crustáceo crecía bien al inicio, pero luego frenaba su desarrollo sin razón aparente. 

Aquella señal activó una respuesta inmediata: Nutreco dejó atrás el modelo tradicional de extraer solo un ingrediente de una planta —como cuando se aisló la morfina de la amapola— y ahora aprovecha todo el potencial natural de la planta completa. En Suiza levantaron lo que la empresa llama el "jardín del futuro": un centro donde ciencia y tecnología trabajan con plantas completas, tal como existen en la naturaleza. No buscan un extracto aislado, sino la inteligencia biológica de miles de moléculas actuando en conjunto.

Esa innovación ya se integra al alimento balanceado para atender procesos críticos como la inflamación o el metabolismo energético del camarón, para lograr más estabilidad productiva y menos dependencia de fármacos. Cuatro años después, aquella apuesta que comenzó con señales desde Ecuador ya está convertida en producto comercial bajo Skretting, la división acuícola de Nutreco.

"Ecuador es, literalmente, el laboratorio acuícola más avanzado del mundo. Si una empresa quiere probar, innovar o desarrollar tecnología real, este es el único lugar donde puede ver los problemas y las soluciones en tiempo real. En mercados menos tecnificados simplemente no se puede aprender lo mismo", sostiene Bravo.

María Alejandra Rivera, gerente de Sostenibilidad y Asuntos Corporativos de Vitapro, señala que el trabajo que realiza la compañía en esta materia no responde a un hito puntual, sino a un proceso de ajuste permanente sobre la cadena productiva. 

Rivera, oriunda de Perú, explica que uno de los cambios más relevantes ha sido la reducción gradual del uso de ingredientes hidrobiológicos, como harina o aceite de pescado, sustituyéndolos parcialmente por insumos de origen vegetal, como soya o trigo, siempre con verificación de origen responsable y libre de deforestación.

Agrega que el 100 % de los ingredientes marinos que aún utilizan provienen de pesquerías certificadas o en proceso de mejora, en línea con estándares internacionales que buscan asegurar equilibrio entre disponibilidad del recurso y demanda industrial. 

Desde Ecuador, la empresa aplica modelos de trazabilidad, nutrición avanzada y acuicultura regenerativa que ya responden -e incluso se anticipan- a lo que exigen Europa y Asia. Esta visión basada en evidencia, certificaciones como ASC Feed Standard y medición científica con Análisis de Ciclo de Vida posiciona al camarón ecuatoriano no por precio, sino por confianza, seguridad alimentaria y liderazgo sostenible desde Latinoamérica para el mundo.

La presentación de estos resultados se realizó en Guayaquil, en el marco de Aquaexpo 2025, evento comercial técnico internacional, donde quedó claro que la sostenibilidad dejó de ser narrativa para convertirse en criterio mínimo de acceso al mercado, que demanda más camarón ecuatoriano. 

Entre enero y agosto de 2025, la industria camaronera generó US$ 4.942 millones, con un crecimiento del 23,4% frente al mismo período del año anterior, según el Banco Central del Ecuador (BCE).

El 40 % de las camaroneras tiene certificación sostenible

Ecuador es el punto de partida para las compañías enfocadas en la nutrición del camarón, porque su modelo productivo ya opera bajo certificaciones Global GAP, BAP (Best Aquaculture Practices) y ASC (Aquaculture Stewardship Council), demandadas por los compradores internacionales. 

La primera abarca la agricultura, la ganadería y la acuicultura con un enfoque en buenas prácticas, inocuidad alimentaria y trazabilidad; la segunda se enfoca en la acuicultura y toda la cadena de producción desde la granja hasta el procesamiento; y la tercera es una certificación específica para la acuicultura que se centra en la sostenibilidad ambiental y la responsabilidad social. 

Para Leonardo Maridueña, director ambiental de la Cámara Nacional de Acuacultura (CNA), la sostenibilidad dejó de ser un ideal reputacional, para convertirse en un instrumento de negociación comercial. Lo resume así: "El mercado prefiere al productor capaz de demostrar trazabilidad, equilibrio ecológico y límites claros de capacidad de carga". Es decir, hoy la sostenibilidad es poder.

Pero ¿cuánto invierte Ecuador en tecnologías, investigación y procesos sostenibles? La respuesta es compleja, ya que depende de los planes de acción de cada empresa. 

Sin embargo, Maridueña explica que cada certificación sostenible puede costar alrededor de US$ 14.000 por implementación y hoy cerca del 40% de las 220.000 hectáreas camaroneras existentes —unas 88.000— ya operan bajo esquemas certificados (como Global GAP, BAP o ASC), lo que evidencia un avance acelerado en sostenibilidad en los últimos años.

Ecuador, en consecuencia, dejó de exportar únicamente camarón: hoy exporta el método de cómo producirlo sin colapsar el ecosistema que lo sostiene. Y ese modelo, no solo el producto, es lo que ya está mirando el mundo. (I)

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