Forbes Ecuador
Orlando Espinoza
Liderazgo
Share

Orlando Espinoza hace que los desafíos sean su motor de crecimiento. Desarrolló una plataforma de logística que fue adquirida por Grupo El Rosado. Su propuesta más reciente es Karta con la que en 2024 levantó US$ 5,4 millones de fondos brasileños y estadounidenses.

15 Agosto de 2025 11.36

Nació hace 29 años en Guayaquil. Al terminar el colegio ingresó a la Escuela Politécnica del Litoral (Espol) para estudiar Economía, pero desertó un año después porque sentía que perdía tiempo y quería hacer negocios. "A mi madre casi le da un paro cardiaco. Recuerdo que le dije, en un año sabré si valió la pena tomar esa decisión". Exactamente 365 días después nació Gacela, una plataforma tecnológica de logística.

Este Under 30 se define como hiperactivo y curioso. Su historia como emprendedor empezó en 2014, con su amigo de la infancia, Julio Nogales: abrieron un pequeño local de hamburguesas en Samborondón. "No podíamos pagar un motorizado para el servicio a domicilio y en esa época en Ecuador no había aplicaciones". Con la inquietud en su cabeza creó la aplicación para contratar motorizados de entrega. "Necesitaba US$ 10.000 para arrancar, toqué muchas puertas. Llegué donde un empresario, conversamos por cuatro horas. Salí convencido de que tenía el dinero asegurado. Al siguiente día me dijo que 'no'". 

Espinoza, en lugar de rendirse, le pidió que le enseñe a ser gerente. Pasaron cuatro meses de conversaciones y aprendizaje hasta que, finalmente, llegó una inversión de US$ 50.000.

También puedes leer: Dos grupos empresariales invierten US$ 95 millones para construir un nuevo centro comercial en Daule

Gacela pasó de cinco a 1.000 repartidores en poco tiempo, pero por falta de experiencia las cosas no funcionaron. "Tenía 19 años, me gasté la plata porque quería crecer rápido, no sabía nada de finanzas. Me quedé sin flujo de caja, empecé a tapar huecos. Tuve que vender mi negocio de hamburguesas". 

En 2018 contaba con unos 60 clientes, gestionaba 60.000 pedidos mensuales y contaba con una red de 2.000 motorizados. Facturaba sobre los US$ 200.000. "El 85% se destinaba a los motorizados. Mi salario era de US$ 300 mensuales". Un año después Grupo El Rosado adquirió la empresa.

Con la mente inquieta propia de un milenial aplicó y fue aceptado en Y Combinator, la aceleradora de startups más grande del mundo. Se mudó a México y creo Mipos, una plataforma para restaurantes que integraba ventas, pedidos en línea y contabilidad. "Logré levantar US$ 1,5 millones, pero repetí los errores. Contraté demasiado personal, pagué salarios altos, abrí demasiados frentes y perdí el foco". Mipos cerró dos años después.

En poco más de una década este guayaquileño vivió el vértigo de crecer rápido, vender una empresa, perder otra y volver a empezar desde cero. "Decidí tomarme un tiempo para pensar, entendí que no basta tener un buen producto, sino que necesitas un modelo financiero sólido".

Noticia relacionada: Así se cultiva genética de Ecuador para el mundo

Volvió a Guayaquil de vacaciones y un amigo en común le presentó a Fredy Juez. La química fue inmediata y pronto estaban explorando posibilidades de negocio.  Pensaron que Estados Unidos era el lugar para emprender. Tras muchas reuniones con contactos, financieras y bancos descubrieron que los extranjeros con activos en EE.UU. no podían acceder a una tarjeta de crédito local. Era el inicio de su nuevo proyecto.

En alianza con Interaudi Bank nació Karta, una tarjeta de crédito que no requiere número de seguro social. "Nosotros asumimos el riesgo si un cliente no paga".

El costo anual es de US$ 300. Su modelo es trabajar solo con personas que tengan dinero en ese país con recomendación de bancos privados. El cupo depende de los activos con los que cuente el cliente y la compañía cobra un 2% de cada transacción. 

"Karta llegó para resolver un problema real: la falta de acceso a crédito para personas con buen historial fuera de EE.UU.,  pero que eran invisibles para su sistema financiero".

En 2024 levantaron US$ 5,4 millones de fondos brasileños y estadounidenses. Actualmente operan con 10 bancos, cuentan con 3.000 clientes en 12 países y una lista de espera de 6.000. En 2024 cerraron con ingresos por US$ 500.000 y proyecta llegar a US$3 millones anuales en dos años.  

La mayoría de sus usuarios son de Brasil, por lo que no dudó en mudarse a vivir en Sao Paulo.  Se autocalifica como un workaholic que trabaja de lunes a domingo, sin horario. Su jornada es intensa, empieza a las 5 am con ejercicio y pasa gran parte del tiempo en aviones entre Sao Paulo, Miami y Guayaquil. 

Y como no sabe quedarse quieto, también lidera Bosko, un proyecto inmobiliario en Vía a la Costa, con una inversión de US$ 80 millones. "Si algo aprendí en Y Combinator es que no debes depender de una sola fuente de ingresos".  En alianza con la constructora Inmocost, el plan contempla 40 casas, seis edificios con 89 departamentos cada uno y 16 locales comerciales. Está en un terreno de siete hectáreas que pertenece a su familia.

Cuando estamos por finalizar la entrevista por Zoom, recuerda una promesa pendiente: entregarle un título universitario a su madre. Mientras tanto, no deja de soñar, creer y aprender, porque para este emprendedor el universo no tiene límites para quién se atreve a intentarlo.(I)

10