Iniciar un emprendimiento con amigos es una aventura emocionante, pero también un gran desafío. A lo largo de la historia reciente, varias empresas exitosas nacieron a partir de una charla amistosa en una noche de cervezas, demostrando que la confianza y la visión compartida pueden traducirse en gigantes corporativos.
A nivel internacional, Google y Facebook (hoy Meta) también empezaron como proyectos de compañeros de estudio. En la región destaca Mercado Libre, el primer unicornio argentino. Repasemos estas tres historias empresariales donde la amistad fue el punto de partida que dio lugar al éxito.
Dos compañeros de Stanford que revolucionaron Internet
En 1995, en los pasillos de la Universidad de Stanford, Larry Page (un ingeniero de Michigan) y Sergey Brin (matemático ruso-estadounidense) se conocieron por casualidad. Sergey, estudiante de doctorado, fue asignado para mostrarle el campus a Larry, quien evaluaba ingresar al posgrado. Según cuentan, en ese primer encuentro discutieron sobre todo y no simpatizaron de inmediato. Sin embargo, al año siguiente ya se habían hecho amigos y socios de investigación. Juntos empezaron a desarrollar un algoritmo para buscar información en Internet, un proyecto académico al que llamaron "BackRub". Trabajando codo a codo desde sus dormitorios estudiantiles, Page y Brin lograron en 1997 construir un motor de búsqueda que ordenaba los resultados según la relevancia de los enlaces.
Renombraron su invento como "Google", un juego de palabras con googol (el término matemático para un 1 seguido de 100 ceros), simbolizando su misión de "organizar la información del mundo y hacerla accesible y útil universalmente". El potencial del emprendimiento no pasó inadvertido. A fines de 1998, cuando la World Wide Web crecía de forma explosiva, Larry y Sergey recibieron el apoyo de un inversor clave: Andy Bechtolsheim, cofundador de Sun Microsystems, quien tras una breve demostración les extendió un cheque de 100.000 dólares antes incluso de que la empresa existiera formalmente. Con esa inyección, fundaron oficialmente Google Inc. en septiembre de 1998.
Su primera oficina fue el garage de una amiga en Menlo Park, California: la dueña de la casa era Susan Wojcicki (hoy conocida por ser ex-CEO de YouTube), quien les alquiló el espacio donde instalaron unos pocos servidores armados de forma casera (incluso se dice que uno de los primeros racks estaba hecho con piezas de Lego). En ese garaje, decorado con una alfombra azul chillón y provisto de una mesa de ping-pong como esparcimiento, el pequeño equipo de Google trabajó días y noches dando forma al buscador.
El ambiente siempre fue poco convencional: en 1998, antes de irse todos a el festival Burning Man en el desierto, Larry y Sergey dejaron un doodle en la portada del sitio (un dibujo del monigote de Burning Man sobre el logo) para avisar a los usuarios que no estarían disponibles. También adoptaron informalmente el lema "Don't be evil" ("No seas malvado") como guía cultural.
La explosión de Google en los años siguientes fue extraordinaria. De ser un proyecto universitario pasó a dominar las búsquedas en Internet a escala global en pocos años. Ya en 2000 obtenía su primera financiación importante de los fondos de Silicon Valley (Sequoia y Kleiner Perkins) e introducía la publicidad contextual de AdWords. En 2004 salió a bolsa, y su crecimiento no se detuvo más. Los dos amigos de Stanford, entonces con poco más de 30 años, se convirtieron en multimillonarios casi de la noche a la mañana. Formaron la empresa Alphabet en 2015 como holding, pero Google sigue siendo su corazón: actualmente más de 4.300 millones de personas usan alguno de sus productos (sea el buscador, Android, YouTube, Gmail, Maps, etc.). Hoy Google/Alphabet vale alrededor de 2 billones de dólares en bolsa, ubicándose entre las empresas más valiosas del mundo. Emplea a más de 180.000 personas en 2025 y mantiene centros operativos en todos los continentes.
Larry Page y Sergey Brin, los "Google Guys", se retiraron de la gestión diaria en 2019, pero siguen siendo accionistas controlantes y miembros del directorio. Bajo la conducción actual de Sundar Pichai, Google enfrenta nuevos desafíos, como la competencia en inteligencia artificial, pero se sostiene sobre el legado innovador de sus fundadores-amigos. Aquella amistad forjada en Stanford no solo produjo un negocio exitoso, sino que cambió para siempre la forma en que el mundo accede a la información.
Amigos de Harvard que conectaron al mundo

La historia de Facebook es quizás la más novelesca de este recuento, con traiciones, reconciliaciones y un éxito arrollador. Todo comenzó en febrero de 2004 en una residencia de Harvard, donde Mark Zuckerberg, de 19 años, lanzó "Thefacebook" desde su dormitorio junto a un grupo de amigos y compañeros de clase. Entre los cofundadores estaban Eduardo Saverin (estudiante brasileño de Economía, amigo cercano de Mark), Dustin Moskovitz (compañero de cuarto de Mark), Chris Hughes (su compañero de habitación y vocero del proyecto) y Andrew McCollum (programador que colaboró en la primera versión).
La idea inicial era simple: un sitio donde los alumnos pudieran tener un perfil con su foto y datos, y conectarse entre sí, exclusivo para la comunidad de Harvard. Zuckerberg ya había hecho un experimento previo con Facemash (un sitio polémico para rankear rostros de estudiantes), pero esta vez, con ayuda de sus amigos, apuntaba a algo más grande y menos conflictivo.
Con los primeros usuarios llegando, el equipo necesitó algo de dinero para comprar servidores y mantener el sitio. Zuckerberg y Saverin aportaron US$ 1.000 cada uno de sus ahorros iniciales, y luego otros US$ 18.000 cada uno a medida que Thefacebook crecía. Ese capital semilla -apenas unos US$20.000 en total- fue suficiente para mantener la plataforma en sus primeros meses. En el verano boreal de 2004, el fenómeno ya se había expandido a otras universidades de EE.UU., y Mark decidió mudarse con Moskovitz a Palo Alto, California, para impulsar la startup desde el corazón de Silicon Valley.
Allí alquilaron una casa que hizo de oficina improvisada (famosamente caótica, con colchones en el suelo y cableado por todos lados) y recibieron la visita providencial de Peter Thiel, inversionista que en agosto de 2004 les otorgó US$ 500.000 a cambio del 10 % de la compañía, valorando a Facebook en US$ 5 millones en aquel entonces. Ese fue el salto definitivo: con fondos de venture capital, Facebook pudo contratar a sus primeros ingenieros formales y escalar rápidamente.
Para 2005, Facebook (ya sin el "The") había dejado de ser solo cosa de universitarios: abrió primero a estudiantes de secundaria y luego, en 2006, al público general. Los caminos de los amigos fundadores tomaron rumbos distintos en esos años: Eduardo Saverin tuvo roces con Zuckerberg y salió de la empresa en 2005 (más tarde alcanzó un acuerdo legal quedándose con un pequeño porcentaje, hoy multimillonario). Hughes dejó Facebook en 2007 para trabajar en la campaña presidencial de Barack Obama, aportando su expertise en redes sociales. Moskovitz, considerado el "código humano" por su capacidad de programar maratónicamente, permaneció hasta 2008 y luego fundó Asana, otra exitosa empresa tecnológica. Mark Zuckerberg quedó como el único fundador activo cuando Facebook dio su primer gran paso financiero en 2012 al salir a la bolsa, convirtiendo a todos los early founders en jóvenes extremadamente ricos.
En la actualidad, Facebook es parte de Meta Platforms, el conglomerado que Zuckerberg creó en 2021 al reorientar la compañía hacia el metaverso y otras tecnologías emergentes. Sin embargo, la red social original sigue siendo su buque insignia: alrededor de 3.000 millones de personas la usan mensualmente, lo que la convierte en la plataforma social más grande del mundo. Meta, la empresa matriz, vale cerca de US$ 1,8 billones en el mercado en 2025, situándose entre las 10 corporaciones más valiosas del planeta. Además de Facebook, el imperio de Zuckerberg incluye a Instagram, WhatsApp y Oculus (realidad virtual).
Mark Zuckerberg, a sus 41 años, continúa como CEO de Meta y uno de los hombres más ricos del mundo (patrimonio estimado en US$ 242.000 millones). En contraste, sus amigos fundadores han seguido distintos caminos: Saverin vive en Singapur dedicado a invertir en startups; Moskovitz dirige Asana y apoya causas filantrópicas junto a su esposa; Hughes se ha volcado a la escritura y el activismo por la regulación de las big tech; y McCollum lidera una empresa de streaming.
Si bien Facebook enfrentó polémicas (desde la privacidad hasta la desinformación) en su travesía, su éxito como negocio es innegable. En 2025, los ingresos anuales de Meta rondan los US$ 170.000 millones, impulsados principalmente por la publicidad digital. Pocas empresas han tenido un impacto tan profundo en la sociedad en tan poco tiempo. Aquellos estudiantes de Harvard difícilmente imaginaron que en dos décadas su creación conectaría al 40% de la humanidad y redefiniría las relaciones sociales. La historia de Facebook es un recordatorio poderoso de cómo un grupo de amigos emprendedores -con iniciativa, algo de osadía y código escrito en madrugadas- logró "hacer un mundo más conectado", cumpliendo (y a veces complicando) el viejo sueño de llevar la amistad al terreno global de los negocios.
De un garaje de Buenos Aires a conquistar Latinoamérica

Mercado Libre nació en un pequeño garage del barrio porteño de Saavedra en 1999, fruto de la visión de Marcos Galperin y su amigo Hernán Kazah. Galperin, graduado de la Universidad de Wharton, estudiaba su MBA en Stanford, donde conoció a Kazah (licenciado de la UBA y también MBA en Stanford). Allí compartieron la idea de crear un sitio de subastas y comercio electrónico enfocado en Latinoamérica, en tiempos donde pocos creían que la región adoptaría las compras por Internet.
Con solo 28 años, Galperin aprovechó una conferencia en Stanford para presentarle su plan de negocios al inversionista John Muse (cofundador del fondo Hicks Muse). De manera poco convencional, manejó hasta el aeropuerto junto a Muse para hacerle el pitch de su idea durante el trayecto. El resultado: Muse quedó seducido y, junto a otros inversores como JPMorgan y Goldman Sachs, aportó los fondos iniciales.
Un cheque de US$ 100.000 de Muse en agosto de 1998 marcó el nacimiento oficial de MercadoLibre, permitiendo que el equipo pasara de la universidad al primer local: el modesto garaje cedido por un conocido. Aquella oficina improvisada tenía goteras y cables por todos lados, pero sería la cuna del primer unicornio argentino. "Cumplimos 25 años desde el inicio de aquella aventura en un garaje del barrio de Saavedra, en la ciudad de Buenos Aires. Llegamos lejos, pero estamos convencidos de que lo mejor está por venir.", resumió la empresa en 2024 al celebrar su aniversario.
Los comienzos fueron austeros. Con los US$5 millones obtenidos de inversores iniciales, Galperin y Kazah armaron un pequeño equipo (varios compañeros de Stanford se sumaron). Mercado Libre se lanzó oficialmente el 2 de agosto de 1999 como un sitio de subastas inspirado en eBay. Pronto recibió una inversión estratégica de la propia eBay, que en 2001 adquirió el 19,5% de la empresa e integró sus operaciones en Brasil. La empresa sobrevivió al estallido de la burbuja puntocom y continuó expandiéndose por América Latina. En 2007 hizo su oferta pública inicial en Nasdaq, recaudando US$ 333 millones.
Hoy, en 2025, Mercado Libre es la compañía tecnológica más valiosa de Argentina, con una valoración bursátil que ronda los US$ 120.000 millones. Opera en 18 países, cuenta con más de 84.000 empleados, y diversificó su negocio más allá del marketplace original: desarrolló la fintech Mercado Pago, la unidad logística Mercado Envíos, créditos, publicidad e incluso producción audiovisual. Solo en 2024 anunció la incorporación de 1.800 empleados en Argentina y 18.000 en la región para atender su crecimiento.
Marcos Galperin sigue al frente (desde Uruguay, donde se radicó), y la empresa continúa batiendo récords: supera en valor de mercado a gigantes latinoamericanos tradicionales como Petrobras. Lejos quedó aquel garaje con pronósticos pesimistas; hoy Mercado Libre es sinónimo de comercio electrónico en la región y un ejemplo de cómo un proyecto entre amigos universitarios puede transformar la forma de comprar y vender de millones de personas. (I)