Forbes Ecuador
2 Septiembre de 2025 04.00

María Judith Rosales Andrade

El espirituoso ecuatoriano que apunta a Medio Oriente

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Con una inversión de US$ 1,2 millones levantaron en Quito una planta para producir un espirituoso premium. Hoy los productos de Casa Lima se vende en cuatro países.

Detrás de esta marca están los peruanos Miranda Lima y Jossimar Luján, dos emprendedores que decidieron crear una nueva categoría en el mundo de las bebidas espirituosas. Un destilado de té con notas aromáticas, concebido para que cada mezcla despierte emociones y recuerdos. 

Jossimar Luján nació hace 37 años. Graduado de Hospitalidad por la Universidad Católica San Pablo en Arequipa, llegó por primera vez a Ecuador con el Grupo Z para dirigir las operaciones de Zinc Gastro Bar durante dos años. "Desde entonces sentí una conexión única con Quito, siempre supe que un día volvería".

Tras liderar proyectos en Cusco y Miami, en 2016 Metropolitan Touring lo trajo de vuelta a Ecuador como Director de Bebidas y Restaurantes de Casa Gangotena, Mashpi Lodge, Finch Bay y cruceros en Galápagos. "Siempre tuve la convicción de que generar valor era el camino. En la universidad descubrí que tengo el talento de memorizar sabores y combinarlos en mi mente antes de volverlos realidad". 

Mientras imaginaba combinaciones en su cabeza, no abandonaba la idea de tener algo propio, diferente, único, un legado. En 2019 instaló un pequeño laboratorio en su casa en Quito e invirtió unos US$ 95.000 para probar mezclas. Recuerda que el primer intento, un espirituoso con té negro, piña, hierba luisa, coco y naranja, resultó rico, pero no transmitió la sensación que buscaba. 

Este primer tropiezo lo convenció para seguir intentando, hasta que en 2023 decidió dejar todo y perseguir su sueño. "Comienza la etapa más linda de mi vida", escribió entonces en su Instagram.

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 En este punto de la historia entra en escena Miranda Lima.  En Madrid, un amigo en común los presentó. Graduada en Hospitalidad en Les Roches, en Suiza. Ella soñaba con elaborar un pisco con láminas de oro. "Nos miramos y nos dimos cuenta de que estábamos en el mismo camino. Fue una coincidencia loca, hicimos clic de inmediato".

Miranda se une a nuestra conversación por Zoom desde Grecia donde vive actualmente. "Lo que empezó como un intercambio de ideas, se transformó en un proyecto común. En noviembre de 2023 viajé a Quito para concretar el inicio de nuestra sociedad". 

Los fundadores decidieron apostarle con todo. En el norte de la ciudad levantaron una planta de 560 metros cuadrados. Además, instalaron un sistema de tratamiento de agua, para reducir el impacto ambiental. Su estrategia fue poco convencional, primero configuraron la marca, obtuvieron licencias y registros,  luego diseñaron y adquirieron los equipos y botellas. 

La apuesta económica inicial ascendió a US$ 1,2 millones. "No queríamos competir en una categoría existente, sino construir una experiencia desde cero. Inspirados en el arte de la perfumería, compusimos un espirituoso de 40 grados de alcohol a base de té. No es solo un licor, es una creación sensorial. Nada es dejado al azar, cada decisión es intencional y todo importa". 

Casa Lima
Jossimar Luján , CEO Casa Lima.  Fotos: Pavel Calahorrano

Hoy Casa Lima tiene tres variedades en el mercado y ocho en proceso. Los ingredientes son 90 % locales, provenientes del noroccidente, la Amazonía y el páramo del Chimborazo. La base son los tés negro, verde y blanco, combinados con jazmín, rosas, mango, coco, variedad de frutas, vegetales, flores, esencias y no contiene azúcar. 

Cada botella de 500 ml cuesta US$ 55. Con una maleta llena de botellas Miranda abrió el mercado en Suiza, México y Grecia. El escenario fue la Alumni Night de Les Roches, que incluía un business exchange. En Ecuador, la bebida se vende en hoteles y restaurantes. Este año el negocio cerrará con ventas superiores a US$ 400.000 y prepara el lanzamiento de una bebida sin alcohol destinada a Arabia Saudita y otros países de esa región.

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Más que un producto, Casa Lima busca ser una experiencia. En su showroom en la capital, los invitados pueden vivir la fascinación de este destilado en un ambiente acogedor. El equipo de Forbes Ecuador no solo fue testigo, sino que creo su propia vivencia. Cada uno de nosotros combinó sus ingredientes para diseñar su espirituoso único, que transformó el momento en especial y propio.

Estos emprendedores pisan el acelerador a fondo. Los próximos pasos incluye levantar capital externo para escalar la operación, siempre con un principio claro. No diluirse más del 30%. "No es negociable, sino nos quedamos como estamos y seguimos despacio. Para 2026 proyectamos una primera ronda de US$ 5 millones".

La meta es vender 200.000 botellas en tres años y abrir una segunda planta en Atenas. Para ellos no hay límites, solo magia (I).

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