Mario y Santiago Rodas, lideran un negocio con cuarenta años de historia en Ecuador. En 2018 los números se volvieron rojos. "Entendimos que, si no innovábamos, íbamos a desaparecer. El primero en ingresar al negocio fue Mario, graduado de Administración de Empresas en la Universidad San Francisco de Quito. "Era el mensajero de mi papá, hacía lo que él me ordenaba, sin protestar".
En ese entonces, Ingevitro solo se dedicaba a la instalación y compraba los materiales a proveedores. Todo marchaba bien hasta que sus mismas proveedoras decidieron también instalar, con precios más competitivos. "Las obras empezaron a caer en dominó".
Esa fue la chispa del cambio. Mario se obsesionó con buscar soluciones fuera del país. Pasaba noches enteras frente al computador explorando qué hacían las grandes firmas en Estados Unidos y Europa. "Descubrí que la tecnología era el futuro". Sin dudar, estableció contacto con Viracon, un fabricante estadounidense de materiales arquitectónicos integrales. Sus productos se han instalado en más de 100.000 edificios, con más de 500 millones de metros cuadrados de cristal.
Noticia relacionada: Ecuador se mantiene como el segundo mayor exportador de atún en el mundo
Ecuador no tiene una industria de planchas transparentes a gran escala, por lo que este tipo de insumo se importa principalmente de Asia. Según la base de datos Comtrade de las Naciones Unidas, Ecuador compró a China US$ 65 millones en vidrio y cristalería en 2024
En esta parte de la historia entra en escena Santiago, graduado de Finanzas en la USFQ. Siempre le gustó descubrir cómo funcionan las cosas. Entre risas recuerda que de niño armaba y desarmaba todo lo que encontraba a su paso. Su verdadera habilidad, sin embargo, esta en los números.
El primer reto fue convencer a su padre. "Al principio se mostraba reacio a los cambios, tuvimos muchos choques. Decía que los materiales nuevos eran carísimos, que nadie en Ecuador pagaría por eso". Decidieron arriesgarse, elaboraron un anteproyecto con las dos opciones: la tradicional y otra con la nueva ingeniería con sistemas de cámara térmica de alto desempeño. "Vimos números, la diferencia era mínima, encontramos un nicho de mercado poco explorado en el país.
En este punto no pudimos dejar de preguntarles ¿Qué es una cámara de alto desempeño? "Son productos arquitectónicos y de construcción diseñados con propiedades mejoradas y ofrecen aislamientos térmicos, control solar, resistencia y seguridad".
Así nació la nueva era de Ingevitro. Hoy se dedican a la construcción de fachadas inteligentes, que se adaptan al diseño de cada construcción y requerimientos del cliente. Los vidrios se importan del tamaño, color y características específicas, por lo que el desperdicio es mínimo. Pero el cambio no solo fue de materiales, sino de mentalidad. Las mediciones se realizan con drones que generan nubes de puntos geolocalizados y así el cristal llega del tamaño y modelo exacto. "Usamos metodología BIM (Building Information Modeling), que nos permite ejecutar las obras con precisión milimétrica. Integramos diseño, costos, cronogramas e incluso generamos reportes automáticos del avance la obra". La inversión tecnología supera los US$ 500.000.
Desde su reinversión, han ejecutado más de 30 proyectos entre ellos, Udla Park, Go Hotel, Banco Internacional, Hotel Le Parc. El valor promedio de cada fachada está entre US$ 1 millón y US$ 3 millones según los metros cuadrados utilizados. "Construimos el edificio digitalmente antes de levantarlo en la realidad".
Mario y Santiago revelan algunos detalles que marcan la diferencia de otros trabajos. "Por ejemplo, en el caso del Banco, por seguridad no había posibilidad de entrar porque están los casilleros, las bóvedas y otras áreas de acceso restringido, por lo que medir con flexómetros y personal no era una opción". Otro caso complejo fue el hotel Le par, pero por otras razones. "Era un rompecabezas, más de 8.000 metros cuadrados de diferentes tamaños y formas: vidrios cuadrados, rectangulares, grandes, medianos y pequeños".
Noticia relacionada: De recicladores a exportadores
En promedio, cada año importan unos 15.000 metros cuadrados de paneles y entre cuatro y cinco contenedores de aluminio, herrajes y accesorios. El valor destinado para eso es superior a los US$ 800.000.
En 2023 los ingresos fueron de US$ 3,5 millones. En 2025 aspiran superar los US$ 4 millones. Cuentan con 40 colaboradores fijos, y sobre 100 durante la ejecución de proyectos.
Fuera del trabajo, Mario conserva la disciplina que aprendió del deporte. Fue levantador de pesas y hoy practica crossfit y es entrenador personal de sus padres. Su jornada arranca a las cinco y media de la mañana. Santiago, está próximo a casarse y espera volver pronto al gimnasio.
Detrás de estas cifras hay una historia de perseverancia y resiliencia Estos hermanos no solo modernizaron un oficio, sino que redefinieron el concepto de la empresa familiar. Su meta a mediano plazo es incorporar cristales fotovoltaicos, desarrollados en España, capaces de generar su propia energía a partir de la luz. (I)