Conocer es averiguar por el ejercicio de las facultades intelectuales la naturaleza, cualidades y relaciones de las cosas. Una manera de medir el conocimiento es usando el número de años de educación promedio de las personas, este dato nos permite obtener una importante relación: a más años de educación, mayores los ingresos de una persona. Así podemos observar que países con mayores tasas de educación tienden a tener mayor riqueza. Naturalmente surge la pregunta: ¿Cómo podemos lograr que las personas incrementen su conocimiento y en consecuencia aumentar la riqueza de la sociedad?
Necesitamos cierta estructura para comprender completamente la naturaleza, cualidades y relaciones de las cosas. Necesitamos práctica, repetición y responsabilidad para alcanzar la maestría en algún campo, cualquiera que fuere. Por eso, normalmente los cursos académicos están diseñados para que nuestro cerebro, mediante la repetición, fije conceptos y procesos importantes.
Con las nuevas tecnologías y las redes sociales nos enfrentamos ante la amenaza del aprendizaje superficial. Engañamos a nuestro cerebro para que piense que estamos aprendiendo. En la práctica, no retenemos conceptos ni datos específicos porque no estamos usando los procesos necesarios para que nuestro cerebro aprenda. Si leemos un pasaje de historia en una red social, es probable que a los tres meses no recordemos las fechas específicas.
Normalmente, el tiempo que dedicamos al ocio es bastante superior al que necesitamos y parte de ese tiempo lo podemos dedicar a capacitarnos de manera estructurada. A conocer y crecer. Lo mejor es tener una estructura previamente definida, un plan que nos permita enfocarnos en temas que nos interesan con objetivos claros. En este plan podemos incluir tiempo para practicar conceptos complicados, tiempo para repetir datos importantes, evaluar nuestros avances; verdaderamente aprender.
Si dedicamos una hora diaria a estudiar podemos generar un gran cambio en nuestras vidas. Pongamos algunos números a esta lógica. Tenemos 24 horas al día, 168 horas a la semana, 720 horas al mes. Si estudiamos 5 horas a la semana (1 hora diaria de lunes a viernes) durante 15 años sumaríamos aproximadamente 4.000 horas. Alrededor de 500 días completos de 8 horas.
Comparemos esa cifra con el tiempo que requiere una carrera universitaria. Los créditos universitarios son una medida estandarizada para medir la cantidad de trabajo necesario para aprobar una asignatura. 1 crédito suele ser de 15 horas. Y un título universitario requiere 120 créditos. Eso quiere decir que, durante 15 años, estudiando 5 horas a la semana de manera constante, podríamos terminar 2 carreras universitarias completas. Supongamos que tenemos 50 años disponibles para estudiar después de la universidad. Según nuestros cálculos podríamos obtener 7 títulos universitarios en esos 50 años.
El costo de oportunidad de las distracciones que se acumulan en nuestras vidas es inmenso. Podemos y debemos aprovechar el tiempo que tenemos para buscar mejorar nuestras capacidades de conocer. Esto nos permitirá entender de mejor manera el mundo y sus relaciones, y al mismo tiempo nos permitirá tener un mejor desarrollo profesional y personal en un mundo cada vez más competitivo.
Es imperativo utilizar las ventajas del internet que este se convierta en una verdadera herramienta de desarrollo y no de deterioro de nuestro conocimiento. Si como sociedad logramos incorporar un hábito de estudio constante, de fomento a la educación y de reconocimiento al esfuerzo, la capacidad de generación de riqueza, basada en el incremento del conocimiento, aumentará considerablemente. Si como sociedad valoramos demasiado al ocio, las redes sociales y la pérdida de tiempo, terminaremos perdiendo capacidad de conocer realidades a profundidad. (O)
