Pensemos mal
Sabemos que esta decisión dura, compleja, ilegítima, impidió que una persona que debe purgar sus penas en prisión (y que está investigada en otras causas que aún no concluyen), no haya podido llegar a la fiesta que preparaban sus cuates en México, para reírse una vez más en la cara de este país al que le duele cada muerto que ponen en las calles las mafias del narcotráfico, al que le duele cada dólar de los miles de millones que se llevaron sus compadres.