Forbes Ecuador
10 Agosto de 2025 22.00

Daniela García Noblecilla

Comenzó como bartender y hoy abre puertas a latinos desde la banca en EE.UU.

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Esta es la historia de un migrante que aprendió a adaptarse. Pasó nueve años en JPMorgan Chase y hoy lidera un equipo en Valley Bank, una institución con más de US$ 62.000 millones en activos. Conecta a la comunidad latina con oportunidades financieras y estatales.

Pablo Rivadeneira tenía tres años cuando emprendió su primer viaje. Era 1987. Sus padres decidieron dejar Ecuador y unirse a la ola migratoria de la época que buscaba en Estados Unidos las oportunidades que en su tierra escaseaban. Su infancia se convirtió en una sucesión de paisajes y acentos. Temporadas en Ecuador, una corta estadía en Venezuela y, finalmente, se estableció en el norte de Nueva Jersey. Entre mudanza y mudanza, aprendió que la casa no siempre es una dirección, pero sí las personas que la habitan.

No tuvo un grupo de amigos de infancia. Cada cambio de país lo obligaba a empezar de cero. Lo que existía era un núcleo fuerte con sus padres y hermanos; ellos fueron su ancla en cada comienzo. Aquella vida itinerante, lejos de debilitarlo, lo hizo adaptable y capaz de encontrar su lugar en cualquier entorno. Adaptarse no era opcional. 

Debía encajar en aulas con reglas, culturas e idiomas diferentes. A veces era el niño que no hablaba bien español; otras, el que no dominaba el inglés. Esto lo preparó para todo, le enseñó a trabajar con equipos y entornos cambiantes y a mantenerse firme mientras otros buscaban comodidad. 

Este ecuatoriano empezó su vida universitaria detrás de una cámara. El cine no era una moda pasajera para él, era una vocación marcada por su hermano. Hasta que en su último viaje a Ecuador, Rivadeneira conoció a quien hoy es su esposa. Ella se mudó con él a Estados Unidos y, con la llegada de la vida en pareja, vino el cambio de prioridades. Abandonó el cine para estudiar administración de empresas en Essex County College y desde los 23 años trabaja en la banca, un escenario muy distinto al que imaginó.

Estuvo nueve años en JPMorgan Chase. Uno de los bancos más grandes del mundo, que reportó activos de US$ 4 billones en 2024, según Statista. Allí, pasó de atender clientes en ventanilla a dirigir un equipo de cinco personas como gerente comercial, responsable de "las cuentas de negocio de un corredor de cinco bancos" en Nueva Jersey. Su ingreso al sector bancario fue un encuentro casual. Mientras trabajaba como bartender en un evento, un asistente se fijó en su manera de conversar y en su soltura para entablar diálogos que iban más allá de la cortesía del servicio. 

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Aquel hombre lo invitó a una cena de entrevistas y, poco después, Pablo ya estaba estudiando para obtener las licencias que la banca estadounidense exige a quienes ofrecen inversiones y fondos mutuos. A sus 23 años, fue certificado y contratado. "Era representante de ventas en este lugar. Esa fue mi primera posición (...) estuve dos años y medio antes de que me den otro cargo como especialista de negocios".

Valley bank Pablo Rivadeneira
Pablo Rivadeneira y su equipo en una de las agencias de Valley Bank. Foto: cortesía.

Dicen que quien entra a la banca se queda para siempre, pero este experto sabe que no es un terreno para todos. "Primero hay que entender qué es el servicio". Recuerda que antes de abrir cuentas y asesorar inversiones, afinó el oído y la mirada sirviendo mesas, atendiendo barras y conversando con toda clase de personas, obreros, abogados, médicos...

Fue su secreto para dominar un producto financiero, hablar el lenguaje del cliente —y no se refiere al español o al inglés—, sino a su entorno, su industria y su realidad. "He visto a colegas estancarse por no saber adaptarse". Aprendió a leer entre líneas y a conectar necesidades con soluciones de personas que, aun siendo prósperos, carecen de educación formal, o con aquellos que, con título en mano, no tienen oportunidades. 

Rivadeneira administró una cartera cercana a los US$ 200 millones. Tenía clientes de diversos sectores. Impulsó la expansión de decenas de negocios. Su trabajo se centraba en tender puentes con la comunidad latina, muchas veces marginada por barreras lingüísticas o culturales incluso dentro del sistema bancario. 

Dejó de trabajar en este gigante para fundar una compañía de logística de transporte pesado. El negocio creció, pero la muerte de su hermano lo llevó a replantearse qué hacer en su vida y buscó volver a un banco en donde pudiera alinear su experiencia profesional y propósito para los latinoamericanos. Según este banquero, entre 2000 y 2021, esta comunidad fue responsable del 39 % del crecimiento del PIB. Regresó con fuerza y esta vez con la certeza de que quería trabajar en una institución más cercana a la gente.

La encontró en Valley Bank, donde hoy es vice president - market manager, dirige a un equipo de 16 personas y gestiona una cartera de US$ 280 millones, en un mercado reconocido entre los cinco mejores del país. Replicó un modelo basado en la cordialidad, la capacitación y la adaptación cultural. Contrató incluso a personas sin experiencia bancaria para formarlas desde cero en un servicio de atención que le recuerda a Ecuador. "No se trata de juzgar, hay que entender". 

Esta entidad regional tiene más de US$ 62.000 millones en activos, más de US$ 65.000 millones en depósitos y alrededor de 200 sucursales de banca comercial en comunidades, ubicadas en seis estados. Cuentan con más de 6.000 colaboradores. 

Está vinculado a la Statewide Hispanic Chamber of Commerce of New Jersey, la cámara de comercio latina más grande de Estados Unidos, por tener más de 1.200 miembros. Este ejecutivo dice que busca ser el canal entre el gobierno estatal y la comunidad hispana. Esta organización busca facilitar el acceso a subvenciones y programas estatales que, por barreras de idioma y formato, suelen pasar desapercibidos.

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 "Nos dedicamos a desmenuzar cada oportunidad, explicar paso a paso cómo aplicar y acompañar a los empresarios en el proceso (...) Un dato relevante es que si la economía latina en Estados Unidos se considerara de forma independiente, se ubicaría como la sexta potencia económica del mundo". 

Está estudiando Comunicación en William Paterson University. Tiene un estudio de cine. Afirma que quiere comunicar de la mejor manera posible lo que su institución busca y adaptarlo a un lenguaje que la gente entienda. "Veo a personas que llegan llenas de sueños, pensando que no se puede. Mi papel es ayudarles a ver que sí, que aquí se puede reformular la historia". (I)

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